Trasversales
Armando Montes
11 de enero 2006

Las amenazas del general


Las cosas claras: el problema no es que un militar hable de política. Tampoco, más en concreto, que el general Mena haya dado su opinión sobre el proyecto de reforma del Estatuto de Cataluña. Lo verdaderamente grave es que ha atribuido al Ejército la capacidad de actuar contra las decisiones de las instituciones políticas del "Estado de Derecho".

Así es. Al sugerir una posible intervención del Ejército si algún Estatuto sobrepasa los límites constitucionales, atribuye a los militares una potestad que no tienen. Para que un Estatuto entre en vigor se requiere, entre otras cosas, la aprobación de las Cortes generales. Además, hay diversos mecanismos para, una vez aprobado, recurrir ante el Tribunal Constitucional, que tendría la última palabra en ese sentido.

Por descontado, es legítimo discrepar de lo que digan las Cortes o el Tribunal Constitucional. Pero en ningún caso corresponde al Ejército pretender "arreglar" esos errores por medio de la fuerza. Tal idea es, pura y llanamente, golpista.

Afortunadamente, no parece que hoy por hoy el Ejército español se incline hacia tal tipo de intervención violenta contra la legalidad. Desgraciadamente, a muchas personas nos preocupan hoy mucho más las inclinaciones del partido Popular que las de los militares. Desde luego, la comprensión mostrada por los líderes de la derecha hacia el general Mena es un paso más en la subida al monte que están propiciendo los Acebes, Zaplana y Rajoy...


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