Trasversales
Carlos Artola

Todo vale

Revista Trasversales versión electrónica, febrero  2006


Todo vale en la política de oposición maniquea y destructiva que desarrolla el Partido Popular. Todo vale si permite generar inquietud y crispación. Todo vale si permite sembrar la duda. Da igual la verdad que la mentira, la afirmación que la insinuación o la calumnia. El partido de Rajoy, Acebes, Zaplana y Martínez Pujalte se ha convertido  en un instrumento permanente de desestabilización potencial. ¿Sólo del Gobierno?

En la estrategia de la tensión desarrollada por el PP ocupa ahora el estrellato la utilización de las víctimas de ETA como ariete de su furia. Para ello cuentan con la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), convertida en un dócil instrumento de una extraordinaria manipulación. La manifestación del próximo día 25 de febrero va a escenificar la colosal desfachatez con que se acusa a otros sin pruebas de algo que el PP sí hizo, legítimamente, es decir negociar con ETA para intentar acabar con el terrorismo o aplicar las decisiones judiciales que interpretan la ley penal respecto al cumplimiento de las penas por los condenados por actos terroristas.

¿Por qué se ponen tan nerviosos ante la posibilidad de que finalice definitivamente la violencia de ETA? Tal vez mismo motivo en que han reaccionado con tanta crispación al acuerdo PSOE-CIU respecto al Estatuto catalán. Porque lo único que les interesa en la utilización sectaria de cualquier materia. Está por ver si se trata de una táctica de fines preelectorales o si estamos asistiendo a un definitivo giro hacia la ultraderecha.

De momento, todo vale. Si Ignacio de Loyola definía los ejercicios espirituales como “todo modo” para buscar y hallar la voluntad divina, los dirigentes del PP, tan afines a la búsqueda divina (y a la indiferencia respecto a los métodos), parecen definir la actividad política como todo modo de preparar su regreso al poder. Todo vale. Caiga quien caiga y pase lo que pase. Tomemos nota.   

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