Trasversales
Sonia Tridente

El velo


Revista Trasversales número 4,  versión electrónica, otoño 2006




El uso del velo por las mujeres musulmanas ha vuelto a ser centro de atención pública a causa de tales o cuales declaraciones. Daré mi opinión en breve.

Cada persona tiene derecho a vestir como quiera, siempre y cuando que eso no viole otros derechos (por ejemplo, el derecho de una persona usuaria de algún servicio a reconocer por su rostro a la persona que le atiende). Claro está que esto no significa sólo que si una mujer QUIERE llevar velo, que lo haga, sino también que nadie debería imponer o presionar a una mujer para que lleve velo.

No obstante, pregonar que las mujeres DEBEN llevar velo es una doctrina reaccionaria, discriminatoria y patriarcal. Eso no quiere decir que deba coartarse el derecho a expresar tal doctrina, de la forma que tampoco hay que prohibir a la Iglesia católica que exprese sus reaccionarias doctrinas sobre la homosexualidad, el divorcio o los preservativos. Por descontado, tenemos todo el derecho a decir claramente que tales doctrinas, ya sean islámicas o católicas, son miserables, infames y causantes de mucho dolor.

Por último, cualquier actuación dirigida a IMPONER en cualquier ámbito, desde el familiar al estatal, que una mujer lleve un velo que no quiere llevar, es un comportamiento tiránico, salvaje, que debe ser combatido ya no sólo como una doctrina reaccionaria sino como se combate a toda dictadura. Así, en un país democrático un hombre que fuerce a una hija o esposa a llevar un velo debería ir a la cárcel. Y un régimen político que avale esa opresión debe ser combatido hasta su derrocamiento.

Sí, es cierto, hay mujeres que llevan el velo porque quieren, y debemos convivir con ellas respetándolas y ayudándolas. Tienen derecho a hacerlo. Pero el problema esencial planteado en torno al velo no es ése. El problema principal es la combinación de adoctrinamiento, presión, opresión y violencia que fuerza a millones de mujeres a usarlo. Algunas son degolladas por negarse a hacerlo. No se puede hablar del velo sin poner eso en primer término. Menos frivolidad.

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