Trasversales
Sonia Tridente

Feminismo y religiones


Revista Trasversales número 4,  versión electrónica, otoño 2006




Leo en El País que se ha celebrado el II Congreso de Feminismo Islámico. Soy escéptica ante la unión de "feminismo" con "islámico", "católico" o "judaico", ya que creo que las grandes religiones monoteistas son esencialmente patriarcales. Pero podría ser que haya católicas o islámicas feministas.

Leo que una de las ponentes dijo que "El islam no se contradice con ser feminista". Doctrinalmente me parece dudoso, pero políticamente me parecería muy bien si así se proclama una corriente del Islam que realiza una interpretación de su religión según la cual las mujeres y los hombres tienen los mismos derechos y deberes en todos los aspectos y se respeta la libertad humana para decidir cómo vivir… es decir, que…
- Se defiende que mujeres y hombres tengan iguales derechos a la hora de divorciarse, viajar, trabajar, estudiar, custodiar hijos en caso de separación, heredar, relacionarse con otras personas, etc.
- Se condena toda violencia contra la mujer y cualquier subordinación de las mujeres respecto a los hombres en la familia, en la vida pública o en las leyes.
- No se impone ni se aconseja a las mujeres "ocultar su atractivo humildemente" ni ponerse pañuelo o velo, aunque a algunas mujeres pueda gustarle ponérselo.
- Se condena la poligamia o, en todo caso, se admite, en iguales condiciones, tanto la poligamia como la poliandria
- No se considera el adulterio como "pecado" ni, menos aún, como delito
- Se reconoce el derecho de las mujeres a disponer de su cuerpo libremente en su sexualidad y en lo que derechos reproductivos se refiere
- Se rechaza los matrimonios concertados por las familias, así como los "crímenes de honor"
- No se condena la homosexualidad en general ni el lesbianismo en particular
- Se defiende que las normas religiosas no pueden ser de seguimiento obligatorio ni convertirse en ley.

Si fuese así,  esa interpretación del Islam podría ser compatible con el feminismo, aunque me parece que hoy por hoy sería, lamentablemente, una versión minoritaria y heterodoxa. Lo mismo puede decirse, claro, sobre el catolicismo o el judaísmo.
En realidad, de nada vale pelearse por el monopolio del término "feminista". Lo que nos identifica y define es aquello por lo que luchamos. Si hay objetivos comunes, podremos actuar codo con codo, como podemos hacerlo parcialmente junto a grupos como "Catholics for a Free Choice". En vez de disputar etiquetas, veamos de qué lado estamos.
Por ejemplo, quizá tengan razón quienes dicen que no ha sido afortunado prohibir en las escuelas de Francia el uso del pañuelo que no cubre el rostro. Pero si quienes dicen eso, que puede ser cierto, promoviesen el uso del pañuelo o del velo y no condenasen la imposición de su uso, entonces estaríamos en lados diferentes, como lo estamos respecto a la católicas que se oponen al derecho al aborto. No seamos racistas benevolentes para quienes las opresiones que no aceptaríamos en carne propia son meros "hechos diferenciales" si las sufren en carne ajena.

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