Trasversales
Armando Montes

Paz, Libertad y "el proceso"


Revista Trasversales número 4,  versión electrónica, otoño 2006




Las esperanzas de un pronto fin de la violencia de ETA están en un punto bajo… respecto, claro está, al inicio del denominado "proceso" propuesto por Zapatero, no, desde luego, en comparación con los momentos en que ETA mataba y mataba…
Punto bajo, sí, ya que se están cometiendo actos de violencia terrorista. Contra locales, autobuses, etc. Y el lanzamiento de gasolina y cócteles incendiarios contra policías en Bilbao coloca ya la violencia en un terreno en el que cualquier día podría haber una muerte. ETA sigue siendo una banda de asesinos.

Ahora bien, lo que no entiendo es que por ello se pida que Zapatero cambie de política. ¿Qué es lo que tiene que cambiar? ¿La resolución del Congreso de diputados en que se basa la estrategia seguida? Pero esa resolución, en su apartado más discutido, dice:
"Expresamos nuestra convicción de que el Estado de Derecho ha demostrado su fortaleza y superioridad frente al terrorismo. A ETA sólo le queda un destino: disolverse y deponer las armas. Ésta es la exigencia de la ciudadanía vasca y esta es también la actitud de la totalidad de los grupos parlamentarios del Congreso de los Diputados. Por eso, y convencidos como estamos de que la política puede y debe contribuir al fin de la violencia, reafirmamos que, si se producen las condiciones adecuadas para un final dialogado de la violencia, fundamentadas en una clara voluntad para poner fin a la misma y en actitudes inequívocas que puedan conducir a esa convicción, apoyamos procesos de diálogo entre los poderes competentes del Estado y quienes decidan abandonar la violencia, respetando en todo momento el principio democrático irrenunciable de que las cuestiones políticas deben resolverse únicamente a través de los representantes legítimos de la voluntad popular. La violencia no tiene precio político y la democracia española nunca aceptará el chantaje."

¿Hay que cambiar eso? Claro que no. Si ETA y su entorno dan muestra de voluntad de poner fin a la violencia, podrá abordarse un diálogo sobre algunos temas que sin duda se plantearán (por ejemplo, el estatus de los presos etarras). Mientras eso no llegue, no caben concesiones, pero el gobierno español no las ha hecho, ni siquiera aquellas que Aznar sí hizo. Lo cierto es que la policía sigue deteniendo, los jueces juzgando, Batasuna ilegalizada, etc. Todo lo demás es humo. Como lo es la mentirosa calumnia de que ZP se propone unir la Comunidad Vasca y Navarra contra la voluntad mayoritaria de los navarros.

Tal vez se hayan cometido errores tácticos, ingenuidades. Tal vez habría sido menos costoso no poner sobre el tapete la posibilidad abierta y haber hecho lo mismo pero a la chita callando y a la espalda del Parlamento, como hizo Aznar. Menos costoso para el Gobierno, quizá, pero también menos democrático. ¿Vamos ahora a pasar factura a un Gobierno por contar lo que está haciendo y por contar con las demás fuerzas políticas?


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