Un tal Bertín Osborne, del que algunos dicen que canta, aprovechó una fiestecita pagada con dinero de la Comunidad de Madrid para pedir el voto a Esperanza Aguirre. Por descontado, Bertín puede pedir el voto para quien quiera, y era de esperar que las preferencias de Osborne se inclinasen a alguien tan de su clase y ambiente como Esperanza Aguirre. Pero está mal, muy mal, está pagar actos electorales con el dinero público.

Como de eso ya se ha hablado mucho, quiero aquí señalar otro aspecto de la cuestión pasado por alto. Bertín dijo exactamente esto:
"Ya que sois jefes de familia, que en vuestras casa todos voten a Aguirre en las próximas elecciones, ¡así podremos seguir bailando!"

Vaya, vaya, con el franquista tercio familiar y el voto de los cabezas de familia hemos topado. Aunque Bertín "mejora" la fórmula: que siga decidiendo el cabeza de familia, pero no sólo con su voto personal sino con el de todas las personas con derecho a voto de "su casa". Así, además de evitar los riesgos que puede traer la "inconsciencia" rebelde de las hijas e hijos que aún viven con su familia, se primaría políticamente a aquellos "jefes familiares" que hayan cumplido el deber cristiano de criar familia numerosa.

Ahora, en serio. ¿Qué mentalidad cavernícola puede tener el tal Osborne para pensar que en cada casa debe haber un "jefe" y preferencias políticas monolíticas decididas por éste? Apesta. Con razón Bertín apoya a Aguirre.