Trasversales
Paul Laverty

El discurso de aceptación que nunca di...

Revista Trasversales número 4,  versión electrónica, otoño 2006, y número 5, versión papel, invierno 2006-2007


 
El viento que agita la cebada, película dirigida por Ken Loach, fue nominada en cinco categorías a los Premios del Cine Europeo, ceremonia que se celebró en Varsovia (Polonia) el 2 de diciembre de 2006. Paul Laverty fue uno de los cuatro nominados al mejor guión pero, debido a las circunstancias que se detallan más abajo, nunca viajó a Varsovia. Los distribuidores de la película le pidieron que escribiera un discurso de aceptación por si acaso. Al final, fue una fantástica película alemana, La vida de los otros, la que ganó el premio a la Mejor Película y el Mejor Guión. Una película que recomiendo a todo el que pueda ir a verla. Fue un galardón bien merecido y deseo mucha suerte a todo el equipo que participó en ella.


Este es el texto del DISCURSO QUE NUNCA DÍ
 
PREMIOS DEL CINE EUROPEO, VARSOVIA, 2 DE DICIEMBRE DE 2006

Estimados colegas:

Me disculpo con todos por no poder asistir a la ceremonia. Hace unas 24 horas caducó mi pasaporte de hace 10 años y a pesar de mis denodados esfuerzos con un supervisor ex estalinista de Air Europa, todas mis súplicas, mis exageraciones, mi rastreras adulaciones y mis amenazas de órdago cayeron en saco roto y finalmente no fui admitido en el vuelo que salía para el Aeropuerto Chopin, en Varsovia.

Sólo ahora me doy cuenta de mi gran error. A apenas 160 km al norte de Varsovia, en la localidad de Szymany, se encuentra otro aeropuerto más pequeño donde me habrían acogido sin problema. Tenía que haberlo intentado ahí. El pasado miércoles, un informe del Parlamento Europeo acaba de identificarlo como lugar clave de los vuelos de la tortura de la CIA. Por lo visto, puedes aterrizar en él sin problema en tu avión privado repleto de víctimas secuestradas, hacer un corto viaje hasta el campo polaco de detención que se encuentra al lado, en Stare Kiejkuty, y refrescar a los incomunicados con un poco de agua de la casa. Por ejemplo: meter su cabeza en agua hasta casi ahogarlos y, si eso no funciona, se les puede mandar para Marruecos (como hicieron con uno de esos "malvados") para que les mutilen el pene con una cuchilla de afeitar. Así que pensé que quizás habrían hecho la vista gorda con mi pasaporte caducado.

El escándalo alcanza los más altos niveles y el informe lo corrobora. Los líderes de los Gobiernos europeos se han cubierto de vergüenza en esta servil colaboración con el terrorismo de estado de los Estados Unidos que lo único que consigue es fomentar más terrorismo privado en cualquiera de sus muchas aberrantes formas.
Si todos ponemos un poco de nuestra parte, quizás podamos sacar a la palestra a los torturadores y a todos aquellos que los apoyan para obligarles a dar cuenta de sus actos.

Espero que mis palabras no os hayan perturbado demasiado.
Y gracias por vuestro reconocimiento a nuestra película.

Paul Laverty, 2 de Diciembre de 2006



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