Trasversales
Luis M. Sáenz

Pese al ruido, avanza el cambio

Revista Trasversales número 5,  invierno 2006-2007


 

Ellos hacen ruido. Tanto que podría parecer que la acción política ha quedado atrapada en la querella sobre la política antiterrorista. Pero eso es falso.

En estos últimos días han tenido lugar dos hechos políticos importantísmos, dos reformas legales de gran alcance, que reconocen lo evidente y tratan de poner fin a discriminaciones injustificables, pero que en el contexto de la legislación vigente a lo largo y ancho del planeta toman una dimensión radical y de verdadera vanguardia, es decir, aquello que permite ir hacia delante.
Por un lado, ha sido aprobada definitivamente la Ley de Identidad de Género, con el voto en contra del Partido Popular. Por otro, el Senado ha aprobado, incorporando alguna mejora, la Ley de Igualdad, con la abstención del Partido Popular; el 15 de marzo será ratificada de forma definitiva por el Congreso.
Eso es lo verdaderamente importante. Nuevos derechos para muchísima gente, nuevos intrumentos para su ejercicio, nueva cultura para las futuras generaciones. El cambio sigue avanzando.

No perdamos de vista nuestro horizonte de cambio. No dejemos que nos ciegue la furia del PP, no permitamos que nos desaliente o que nos haga caer en su mismo juego de confrontación civil. Tampoco dejemos que ellos nos marquen de qué queremos hablar.
De la decisión tomada sobre De Juana Chaos por el Gobierno puede pensarse que es correcta o que es incorrecta. Al fin y al cabo, tiene sus pros y tiene sus contras, quizá haga falta un poco más de tiempo para conocer sus consecuencias. Pero las personas "progresistas", de "izquierda" o como nos queremos llamar no deberíamos ignorar la diferencia entre lo principal y lo secundario. Lo principal es que este país ha cambiado en tres años muchísmo... a mejor. Lo principal es que las personas tenemos hoy más derechos y nuestra libertad está más protegida por las leyes. Lo principal es que el cambio debe seguir adelante. Si alguien lo duda, le rogaría que piense un poco qué podría ocurrir si entrase ahora en el gobierno la actual derecha, que ha perdido todo sentido de la medida y se ha hipotecado con extremistas reaccionarios y clericales de toda laya.

Se acercan elecciones en mayo. No voy a anunciar que "vamos a ganar", como hacen con frecuencia muchos políticos que en realidad no tienen ni idea de si tal cosa va a ocurrir y que si alguna vez aciertan es por pura casualidad. Lo que digo es que debemos hacer todo lo posible, todo lo que esté en nuestra mano, para que el cambio gane. Por dos motivos: para seguir al menos otros cinco años con el proceso reformador y para que cuando la derecha vuelva a ganar (sí, es casi seguro que alguna vez pasará) esa derecha ya no sea esta derecha peligrosa.


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