El sufragio universal ha hablado. Deseo al próximo presidente de la república francesa que cumpla su misión al servicio de todos los franceses.
Expreso mi agradecimiento, con todo mi corazón, a los casi 17 millones de electores, de ciudadanos y ciudadanos, que me han dado su confianza. Conozco su decepción y su pena. Pero les digo que se ha alzado algo que ya no se detendrá. He empleado todas mis fuerzas y sigo con vosotros, cerca de vosotros.
Expreso mi agradecimiento a todos los militantes que nos han llevado a este gran momento democrático.  A los militantes socialistas, claro está, pero también a los demás militantes de la izquierda y de la ecología, a los de Désirs d'avenir y a todas aquellas y aquellos que se han unido en este movimento.
Mantengamos intactas la energía y la alegría de la inmensa convergencia popular, vibratante y fervorosa, que me ha acompañado a lo largo de esta campaña, aquí y en ultramar.
Me he comprometido con una renovación profunda de la vida política, de sus métodos y de la izquierda. La fuerte participación traduce una renovación de nuestra democracia, sobre todo entre los jóvenes, en todo el país y muy en particular en los barrios, en los que se han inscrito masivamente para votar. Bravo por todos estos jóvenes, por este compromiso cívico que recuerda a la República el deber de respeto y de igualdad que hacia ellos tiene.
Lo que hemos comenzado juntos vamos a continuarlo juntos. Podéis contar conmigo para profundizar la renovación de la izquierda y la búsqueda de nuevas convergecnias más allá de sus actuales fronteras. Esa es la condición de nuestras victorias futuras.
Acudiré a la cita con este trabajo indespensable y asumiré la responsabilidad que a partir de ahora me incumbe. Mi compromiso y mi vigilancia no desfallecerán al servicio del ideal que nos ha unido y nos une, y que, estoy segura, nos unirá mañana para otras victorias.