Trasversales
Luis M. Sáenz

El día de la fiesta nacional yo me quedo en la cama en paz

Revista Trasversales número 8,  octubre 2007, versión electrónica

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Mal le ha salido el timo de la banderita a Rajoy. Muy pocas en los balcones, salvo en algunos bastiones del pijerío pepero. Poca gente decidida a montar follón durante el desfile. Y encima lo montan cuando ZP y Juan Carlos de Borbón están juntos y se guarda silencio por los soldados caídos. Rajoy con una pequeña banderita haciendo el rídículo más espantoso.
Algunos dicen que si fuésemos los "progres" a esas cosas y mostrásemos entusiasmo por la bandera nacional podríamos silenciar al facherío provocador. Pero eso es pedirnos demasiado, al menos a mí.
- No me gustan los desfiles. No estoy en contra del Ejército, aunque me gustaría que pudiese desaparecer en un mundo diferente, y creo que casi todas sus últimas actuaciones en España y en el exterior han sido útiles, excepto la aventura iraquí en la que le metió Aznar, pero no me gustan los desfiles.
- No me gustán las banderas estatales. Vale que las haya, mientras haya estados, como representación icónica de ellos, pero no me apasionan ni emocionan. A estas alturas la única bandera que me gusta es la arco iris. Y si algún día fuese la bandera de un estado, dejará de gustarme.
- No me gusta la bandera española. Los ya maduritos tenemos ciertos reparos con la roja y gualda, bajo la que se aplastaron la roja, la roja y negra o la tricolor; a estas alturas podemos aceptarla o hacer de eso asunto secundario, pero pedir que nos emocione ya es demasiado.

A eso añado que no entiendo por qué hay que estar orgulloso de ser español (o vasco, o catalán, o finlandés, o turco, o chino, o francés). Ser de aquí o de allá es pura casualidad. Sólo comprendo tal orgullo cuando hay una opresión y un menosprecio, frente al que el orgullo del que alza la cabeza y se rebela es subversivo. En vez de estar orgulloso de ser "español" me parece más interesante hacer algo para que España y el mundo sean mejores.
Comprendo que dejar de montar desfiles podría acarrear problemas al actual Gobierno. Vale, que los monte, no se lo critico. Pero que no me pida que acuda. Para otras cosas, que cuente conmigo, para eso no.

Último comentario. La quema de banderas rojigualdas y de fotos de la realeza me parece un acto contraproducente que sólo favorece los propósitos del PP. Pero que eso sea un delito, me parece una pasada reaccionaria. Quemar una tela o un papel, si son propiedad del que lo quema, no debería ser delito, como no lo es, por ejemplo, en Estados Unidos, donde la quema de banderas nacionales está protegida constitucionalmente. Llevar a alguien a la cárcel por quemar bandera o foto es otro acto cretino y mucho más desmesurado que el que se quiere castigar. Esa ley hay que cambiarla. Es mucho más intransigente y agresiva que los pirómanos de trapos y papeles.



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