Armando
Montes Magdalena Álvarez, dimisión Revista Trasversales número 8, octubre 2007, versión electrónica No puede ser. El desastre social en que se ha convertido la crisis de las infraestructuras en Cataluña, muy en particular en las Cercanías ferroviarias, no permite que no haya nadie que pague políticamente por ello. Magdalena Álvarez debe dimitir o Zapatero debe pedirle que lo haga. En primer lugar, y ante todo, porque el gravísimo y prolongado daño hecho a la vida cotidiana de miles de personas no puede ser pasado por alto ni se arregla con meras peticiones de paciencia. En segundo lugar, porque es muy posible que ese precio lo paguemos todos los que queremos un país más libre e igualitario, ya que los resultados electorales de Cataluña pueden ser decisivos para decidir si en 2008-2012 España tiene un gobierno sesgado hacia la izquierda o uno de la derecha. En tercer lugar, porque la mayoría del parlamento lo pide. No hay excusa. Magdalena Álvarez debe dimitir, sea cuál sea el grado de responsabilidad que ella pueda tener. Cierto es que las culpas vienen de lejos. Que el proyecto ha sido heredado. Que los gobiernos del PP en España y los de CiU en Cataluña abandonaron las infraestructuras en esa bella tierra, su nación para muchos catalanes. Que parece que alguna empresa concesionaria ha sido incapaz de cumplir los compromisos. Pero no valen excusas. Igual que sea cambió el Plan Hidrológico, se podía haber cambiado el plan AVE. En sí misma, la opción por el AVE es ya discutible, pero dejemos ese debate de lado. Lo que es absolutamente inadmisible es que el desarrollo de un proyecto AVE interfiera o cause dificultades a un servicio de uso masivo y necesario como las Cercanías. La verdadera modernización no reside tanto en la alta velocidad de los trenes, sino sobre todo en crear un país donde los ciudadanos sean respetados, donde las decisiones políticas les faciliten la vida y no se la dificulten. Ya es muy tarde, pero Magdalena debe dimitir. Por el daño causado a la gente de Cataluña y por haber dado a Rajoy su mejor baza electoral, que podría resultar decisiva. Y tanto el Gobierno de Cataluña como el Gobierno de España deben volcar todos los medios posibles para una pronta y segura solución. No por electoralismo, pues en ese caso todo se hace deprisa y mal, sino porque hay gente sufriendo la incompetencia de políticos y empresarios implicados en esto. Durante esta legislatura se han hecho muy buenas cosas, sobre todo durante el primer periodo en el que las anteriores movilizaciones sociales marcaron la agenda de ZP. Pero el olvido de las "pequeñas cosas", que no lo son, puede dar al traste con todo lo hecho. Pido pues a Magdalena Álvarez que dimita ya, y a la gente progresista de Cataluña que reivindique sus derechos con energía, gobierne quien gobierne, pero que electoralmente sea consciente, llegado el momento, de lo que está en juego, de que el PP está diciendo que se hace demasiada inversión en Cataluña y que ésta da menos al reequilibrio social de lo que debería… En todo caso, tienen más de una opción de izquierda para elegir, si no quieren votar PSC pueden votar, por ejemplo, IC-V. Eso ya es cosa de cada cual. Mejor no abstenerse, en todo caso. Ni a la hora de protestar por lo que está ocurriendo ni a la hora de votar. |