José
M. Roca Matrimonicidas en la calle Revista Trasversales número 8, otoño 2007 Textos del autor en Trasversales Por un instante, creí que sería
oportuno que la Conferencia Episcopal sacara este domingo a la gente a la
calle para salir al paso de las declaraciones del obispo de Tenerife equiparando
homosexualidad y pederastia, y para dejar claro, si es que puede hacerlo,
que ni curas ni obispos están tentados de tener relaciones sexuales
con menores ni se sienten provocados por ellos, como afirma sentirse provocado
monseñor Álvarez. Pero no. Los obispos españoles, célibes
por vocación y sexualmente reprimidos porque no les queda otro remedio,
han llamado a manifestarse a miles de católicos con el pretexto de
defender la familia de no se sabe qué presuntos ataques, pues el Gobierno
no ha prohibido los matrimonios entre católicos, ni el matrimonio
canónico, ni entre hombre y mujer, ni ha obligado a nadie a casarse
con persona de su mismo sexo, ni ha obligado a curas y obispos a casarse,
aunque muchos lo estén deseando, incluso con personas de su mismo
sexo, ni ha obligado a nadie a divorciarse ni a abortar. Tampoco ha limitado
el número de hijos por familia. En realidad, las reformas del Gobierno
han permitido que haya más matrimonios, aunque más diversos,
y eso es lo que molesta a la Iglesia, que pretende conservar la patente del
único matrimonio que admite: el matrimonio católico.
Es realmente paradójico que la Iglesia, que prohíbe el matrimonio entre sus funcionarios, y que ha renunciado, por tanto, a seguir el mandato de su dios de crecer y multiplicarse, acuse al Gobierno de atacar a la familia y saque a los feligreses a la calle por ese artificioso motivo. Cabe sospechar que el motivo es otro: como en otros casos de esta legislatura, la Iglesia convoca a manifestarse contra el Gobierno y a defender tácitamente el programa del Partido Popular. La campaña electoral ha comenzado y la curia española ha tomado partido por la derecha más rancia con el apoyo de Roma. Mientras tanto, sigo esperando la llamada de la Conferencia Episcopal para salir a la calle a protestar contra la pederastia en la Iglesia. A esa manifestación sí iré, y uniré mi grito al de los miles de católicos que espero acudan para defender a los niños de los abusos de quienes están más obligados a protegerles y a darles ejemplo de rectitud moral. |