El comentarista Iu Forn ha pedido disculpas a los militares por haber metido a todos ellos en un mismo paquete con los golpistas, asegurando que no era esa su intención. Es decir, ha aclarado que el calificativo de "hijo de puta" que, de forma indirecta pero evidente, utilizaba en su artículo se refería sólo a aquellos de ánimo golpista.

En lo que se refiere a diferenciar un colectivo profesional entero (los militares)  de unos individuos poco respetuosos de la democracia y que no dudan en emitir amenazas, excelente. Pero Iu Fort tiene pendiente otra petición de excusas, hacia aquellas personas a las que más ha ofendido y calumniado con su escrito: las mujeres que ejercen la la prostitución y sus hijos. ¿Qué derecho tiene el señor Forn a comparar a los hijos de esas mujeres con tipejos tan indignos como los golpistas?

Podrá decirse que son "frases hechas". Claro, como "perro judío", "moro de mierda", "maricón", "no seas gitano". Las frases de ese tipo perpetúan y y difunden los estigmas sociales y la discriminación.

Señor Forn, pida excusas, aunque ningún Ministerio le amenace con una demanda por sus injurias a un colectivo humano tan decente como cualquier otro y con frecuencia marginado.