Trasversales
José Luis Redondo
La otra cara de Imperio


revista Iniciativa Socialista 77, otoño 2005

Guías. Cinco lecciones en torno a Imperio, Antonio Negri, Ed. Paidos
Multitud. Guía y democracia en la era del Imperio. Michel Hardt y Antonio Negri, Ed. Debate.

Esta crítica es continuación de la realizada a Imperio en I.S. nº 66. Allí se señalaban las insuficiencias, las carencias que existían en el análisis del Sistema Mundo, que los autores designan con el nombre de Imperio. En estas dos obras, especialmente en Multitud se pretende analizar los movimientos sociales, el otro polo del Imperio, la Multitud. En las Guías se recogen las lecciones y debates de Negri en la Universidad de Cosenza-Arcavacata durante la primavera del 2004.
Allí se profundiza en conceptos usados tanto en Imperio como en Multitud, a partir de  tres fuentes teóricas principales: el marxismo de los Gundrisse, la lectura de Spinoza que había hecho Negri y los análisis de Foucault, Deleuze y Guattari. Es discutible la compatibilidad teórica de estos pensadores, pero más bien son utilizados como instrumentos para el análisis del mundo actual.
En la lección 1 se estudia la guerra como forma actual de soberanía y el posmodernismo.
En la lección 2 se reflexiona sobre el trabajo inmaterial, productor de signos, de cooperación, de la vida total, la biopolítica, sobre la democracia de la Multitud.
En la lección 3 se entiende la multitud como límite de la soberanía, sobre su poder constituyente. La Multitud no se unifica y mantiene la diversidad de las singularidades.
La lección 4 busca la nueva subjetividad, la relación entre guerra y democracia, las diferencias entre resistencia, insurrección y potencia constituyente, la democracia absoluta.
La lección 5 versa sobre la lógica de la investigación ligada a lo que antes se denominaba praxis. También sobre el mantenimiento y la superación de las categorías marxianas.
En definitiva, es una obra aclaratoria de conceptos que se utilizan en estas dos obras.
Multitud
Es una obra más accesible, sin duda para facilitar su lectura a los militantes de la Multitud. Consta de tres capítulos con tres divisiones cada uno: Guerra, Multitud, Democracia. Cada uno tiene reflexiones filosóficas o literarias que rompen el discurso y permiten otra mirada.
Los tres capítulos no tienen el mismo estatus, Guerra pretende describir y analizar la situación actual, mientras Multitud se convierte en el correlato de Imperio, en la descripción de la realidad social, lo que es más estructural. Y Democracia sería el proyecto de la Multitud.
Ya en el prefacio se advierte que la Multitud no es una como el pueblo, ni indiferenciada como las masas, la multitud engloba a lo diverso, pero es global, no como la clase obrera.
Así, el Imperio sería la soberanía que se está creando con la globalización, engloba lo económico, político, social, cultural y militar; la Multitud sería la clase global que sustenta al Imperio y lo desborda.
Estamos ante una reelaboración de la lucha de clases, el Imperio es al Capital con sus estructuras socioeconómicas, como la Multitud al proletariado. Recordamos que el Imperio es el conjunto de los estados, con EEUU a la cabeza, las organizaciones internacionales, las empresas multinacionales, la nueva estructura de poder.
En el capítulo sobre la Guerra no queda claro por qué esta es la forma actual de biopoder que construye la vida social. No se trata aquí de la coyuntura, de que bajo Bush la guerra contra el terrorismo y la invasión de Irak sean la forma de intentar mantener la hegemonía de EEUU, de fortalecer los estados de excepción con menos libertades y tortura, se trata de afirmar de que el Imperio se desarrolla bajo la guerra, que ésta es civil ya que no hay un fuera, que es productiva construyendo el nuevo orden. Cabe la duda: ¿el Sistema no puede funcionar sin el horizonte de la guerra?, ¿se trata de una coyuntura o es estructural? Aceptando esta premisa se desarrolla un análisis interesante de la guerra, cada vez más acción policial, del establecimiento de un derecho del vencedor, de su privatización parcial, de la cada vez menor diferenciación entre la guerra y la paz.
Se estudia la resistencia que es prioritaria a la contrainsurgencia, como lo es el trabajo al capital. Se exploran los movimientos de guerrilla que tendían a formar un ejército popular, en China, en Vietnam, para resaltar la forma actual en red de los movimientos altermundialistas. Aquí se anticipan exposiciones posteriores, la correspondencia entre las formas de la resistencia y las del trabajo inmaterial, con la forma red, y la aspiración democrática de la Multitud, “la guerra contra la guerra”.
En esta caracterización de las formas de resistencia por la red, sin centros, se dice que Al Queda tiene un centro y se diferencia de otros movimientos. Es evidente que esto no es así, los atentados de Madrid y Londres muestran esta estructura descentralizada, la diferencia está en el contenido, progresista o de fanatismo que pretende volver a otras etapas de la humanidad. Este análisis debe hacerse de otros movimientos con forma red, como fascistas y de la ultraderecha norteamericana.
El capítulo referido a la Multitud es el eje de toda la obra. La Multitud es un conjunto de singularidades, es activa, se funda en lo común, utiliza el término de que es “carne viva”. La Multitud como la clase se define por el proyecto político, que es la democracia. Se estudia la hegemonía del trabajo inmaterial, no en el sentido de que sea una nueva vanguardia, sino en el de que define lo nuevo del trabajo en la actualidad, lo cualitativo que tendencialmente caracteriza a otros trabajos, incluso la agricultura, la producción se hace biopolítica, el modelo es el lenguaje, se producen signos que toman significado por el conjunto.
Los pobres aparecen como el modelo de privación y de posibilidad general, ningún sector de la población queda fuera de la Multitud.
Este concepto de multitud es filosófico, no puede entenderse sociológicamente, se confunde con la humanidad, ¿nadie queda excluido por su posición en la estructura  del Imperio? La explotación se convierte en la apropiación privada de lo común.
En el apartado “De Corpore” se destruye la pretensión neoliberal de que el mercado funciona sólo, siempre ha sido necesario un poder político que le mantenga. Davos representa esta colusión entre lo político y lo económico.
Es interesante la mirada sobre las nuevas formas de legalidad y de apropiación de lo común, desde los descubrimientos científicos individuales hasta los conocimientos tradicionales de las comunidades.
En las huellas de la multitud se busca la producción de lo común, a través del concepto de “hábito” en el pragmatismo norteamericano como productor de nuestra naturaleza social y de lo “performativo” en el movimiento queer donde se plantea que no hay naturaleza. Aquí se contestan las críticas que han sufrido sus posiciones desde la publicación de Imperio acusándoles de posiciones contrapuestas, desde leninistas hasta anarquistas.
El último capítulo es Democracia, que pretende esclarecer el proyecto de la Multitud.
Se analizan las formas anteriores de la democracia, en Rouseau, Tocqueville y Weber. La democracia es de todos y a su vez usa la representación, aquí está la contradicción. El movimiento socialista pretendió romper con la representación en la Comuna, en los soviets, pero no fue posible. Todo el análisis da por sentado que ahora lo es, curiosamente no se reflexiona sobre la utilización de la informática para favorecer la participación directa. También se reflexiona sobre el concepto de opinión pública y de sociedad civil, se insiste en que las redes de la multitud no son una opinión pública, están insertas en el sistema global.
En el segundo subcapítulo se recogen y clasifican las demandas de la multitud, lo que ya han hecho distintos autores a partir de las formulaciones de los Foros mundiales. A estas demandas se han propuesto reformas por parte de los movimientos altermundialistas. Se señala que ya no hay diferencia entre Reforma y Revolución, sin embargo al final del libro parece invocarse un momento de ruptura revolucionaria por parte de la Multitud.
En el último apartado se intenta justificar la posibilidad de una democracia sin representación, que mantenga las propuestas que hace cada uno. La soberanía en sus diversas formas siempre ha sido dual, el soberano no es autónomo.
El biopoder une Imperio, capital y soberanía, ahora es global, no puede excluir, sólo explotar, y aquí está su debilidad. El trabajo inmaterial permite una organización autónoma, igual que los procesos paralelos en el funcionamiento de las neuronas del cerebro, como en el lenguaje, o en los códigos informáticos abiertos. El Imperio vive de la Multitud y ésta puede funcionar por sí misma.
Al final se analiza la violencia democrática, de resistencia, relacionando fines con medios, otras armas que no lo son en el sentido tradicional. Apenas se desarrollan estos aspectos.
Por último el poder constituyente de la Multitud parte de lo común y lo desarrolla, se habla de amor como concepto político. Sin apenas referencias, se utiliza el Lenin de El Estado y la Revolución y el Madison de los contrapesos en la creación de la república de EEUU, como indicios para la construcción de esa Democracia.
El final de la obra vuelve a ser decepcionante como en Imperio, aunque se advierte de la necesidad de explorar nuevos territorios en el proyecto de la Multitud, en la construcción de una democracia absoluta, que parece un acto de fe más que una postura racional.
Está claro que no se plantea un determinismo con la necesidad del triunfo de la Multitud, sino que se llama a combatir por el final del Imperio y el triunfo de la Democracia. Me parece que se dan pocos instrumentos de lucha, aún manteniéndose en el plano filosófico, y la Democracia juega el papel del paraíso final como antes el comunismo (como otro nombre de lo mismo).
¿Cómo puede vaciarse el Imperio, cuál si fuese una cáscara superpuesta a la Multitud?. El Imperio, el Sistema Mundo, el Capital global, como quiera que se le llame, vive de la carne y del trabajo da la humanidad, ¿qué significa romper con él? ¿esta ruptura será global? ¿se puede romper globalmente? ¿cómo se articulan las luchas dispersas que proponen otro mundo?
La obra Multitud es complementaria de Imperio pero con una elaboración menos acabada, probablemente porque como dice Marx, no es posible una teoría que no haya sido propuesta previamente por las prácticas sociales. Este fue también el problema de El Capital en Marx y de la obra de Weber. La jaula se hace cada vez más global, encierra fuertes contradicciones, pero ¿cómo hacer para destruirla?
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