Los temas de Trasversales

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Tema seleccionado: Las revoluciones en el mundo árabe

Una Siria destruida es el símbolo del actual estado del mundo. La revolución siria se ha roto al chocar con el duro muro de la comunidad internacional, no sólo al chocar contra el muro de las fuerzas alineadas con el fascismo de los Assad. Esta comunidad internacional permite que políticos como Obama y Putin, junto con sus agentes y clones, gente sin ningún sentido de humanidad, tomen decisiones que violan nuestro derecho de autodeterminación, de construir nuestro destino como individuos, como grupos y también como nación. No les hemos elegido, y no tenemos acceso a ningún mecanismo para pedirles que rindan cuentas por lo que hacen. Este injusto sistema se opone ferozmente a la democracia. Por tanto debe cambiarse.Todos eran sombras que se oponían al poder de la injusticiaEstamos en contra de un golpe militar. No estamos a favor de defender al gobierno Morsi. ¿Por qué no? Porque su gobierno, si se consolidase, amenaza con quitar la luz y el aire al movimiento obrero egipcio en una forma mucho más completa de lo que Mubarak lo pudo hacer o incluso de lo que podrá hacerlo el ejército en las condiciones previsiblesLo que ahora está ocurriendo en la región árabe demuestra que, de hecho, estamos ante un proceso revolucionario a largo plazo, iniciado en 2011. Gilbert Achcar entrevistado por Joris Leverink ¿Puede alguien que se reclama de la izquierda hacer caso omiso de una solicitud de protección de un movimiento popular, aunque sea por mediación de bandidos-policías imperialistas, si el tipo de protección que se pide no les permitirá a estos imponer su control sobre el país? Desde luego que no, tal como entiendo yo lo que es ser de izquierda. Ningún progresista real puede hacer oídos sordos sin más a la solicitud de protección de los insurgentes, a menos, como ocurre tan a menudo en la izquierda occidental, que cierren los ojos ante las circunstancias y la amenaza inminente de una matanza masiva, que solo presten atención al conjunto de la situación una vez que su propio gobierno se ha implicado, despertando de este modo su reflejo (normalmente sano, por cierto) de oponerse a tal implicación.¿Es esta la peor masacre, o la siguiente será aún peor? Tras la pregunta, vuelve el miedo, el mismo miedo: que olvidemos lo que ha pasado, y lo que pasará..."Solo vencerán cuando importemos los olivos y florezcan las balas.
Nosotros tenemos temporadas de la aceituna y ellos cajas de balas
Mejor pensar que las balas no van a florecer..."
Comunicado leído en la macromanifestación que tuvo lugar en Madrid el 24 de junio desde Sol hasta la Embajada siria, pasando por el ministerio de Asuntos ExterioresApoyamos la revolución del pueblo sirio en su afirmación de los derechos de justicia y dignidad.Se necesita es material medico de primera intervencion y necesidadmedidas urgentes de apoyo al pueblo sirio en sus legítimas reivindicaciones de libertad y justiciaReconozco que lo que planteo no está de acuerdo con las tradiciones anti-imperialistas que tenemos en la izquierda, pero también pienso que aquí no se trata de quedar bien con las tradiciones, ni con los discursos.Si en cambio se sostiene que el eje del conflicto continúa siendo un combate por acabar con la dictadura, deberíamos seguir abogando por el triunfo de los sublevados. En consecuencia la intervención imperialista debería evaluarse en relación a ese fin. Y en este respecto todo indica que si no se producía la intervención, las tropas de Khadafy ya habrían aplastado a los rebeldes. Pero esto deja imperturbables a muchos militantes de izquierda que desean el triunfo del movimiento anti-Khadafy. “Ninguna injerencia de potencias extranjeras”, es su consigna. Por lo cual los sublevados deberían exigir la retirada de la OTAN y derrotar con sus propios medios (por ahora no se atisba que el proletariado mundial acuda en su ayuda) a las tropas de KhadafySi miles arriesgan sus vidas por sacarse de encima a la dictadura de Mubarak, se trata de “luchadores por sus libertades”. Pero si otros miles hacen lo mismo en Siria o Libia, no pueden ser menos que “manipulados”, o “títeres a sueldo” de las potencias. En el fondo, lo que odia esta izquierda es la movilización. Tiene miedo de que la gente cuestione a sus “líderes sacrosantos”, y a los burócratas que los rodean, y que abra espacios para la crítica y la reflexión, para la organización y la actividad política. Es por este motivo que se organizó un “frente unido” de hecho, ideológico y político para vilipendiar a las masas movilizadas, y en especial a los sublevados en Libia.Las mujeres estuvieron presentes tanto o más que los hombres en todas llas manifestaciones de diciembre, enero y febrero, y en todas las luchas de nuestro puebloEn muchos de los paises llamados musulmanes, desde el Magreb hasta el subcontinente indio pasando por Oriente Medio, toda este alboroto ridículo pero sangriento llega a punto para ocultar los verdaderos problemas, los de hambre, el desempleo, la pobreza y la opresiónHay hombres y mujeres en Túnez o Egipto que no esperan ni una democracia de fachada ni mucho menos una política económica dictada por la Unión Europea y las instituciones financieras internacionales. Tienen claro que la orientación neoliberal de Europa conducirá a más paro y miseria. Las mujeres revolucionarias, además, confían en que este proceso emancipatorio consiga la igualdad de derechos de la mano de un nuevo estado, laico y democráticoLas respuestas represivas de los gobiernos dictatoriales de Siria, Libia, Yemen y Bahréin mantienen a las poblaciones de estos países en condiciones inaceptables, en el intento y en el afán de poner freno a las aspiraciones democráticas y de justicia social que recorren los países árabesEl pueblo que se levantó contra la injusticia y por su libertad y dignidad no aceptará que se reproduzca la dictadura bajo nuevas denominaciones, ni permitirá que su revolución sea desviada de sus objetivos y esenciaSolicitamos así mismo retirar el reconocimiento de la misión diplomática libia en España, ya que representa y colabora con un régimen terrorista y genocida, que sigue cometiendo crímenes contra la población civilCreemos que las autoridades y el pueblo español no pueden permanecer por más tiempo en actitud pasiva ante los gravísimos hechos que se desarrollan a una distancia de apenas una hora y media de vuelo. Pedimos acciones urgentes- tanto a los estamentos oficiales como a la sociedad civil- para contribuir a detener la matanza en Libia, así como para coordinar la presión hacia el dictador en organismos internacionales como la Unión Europea y las Naciones UnidasAsimismo, queremos transmitir los momentos de angustia por los que atraviesa nuestro pueblo y nuestras familias, junto a una sensación de asombro e incredulidad ante la pasividad de la Comunidad Internacional, que está reaccionando demasiado lentamente a la vista de un régimen dictatorial que bombardea y asesina a una población civil inerme... la intervención de las Naciones Unidas ha sido solicitada por el pueblo libio como grito de auxilio y como última esperanza para defenderse del bombardeo indiscriminado de las brigadas de GadafiAfirmamos rotundamente que la única negociación posible con el régimen Gadafi es la que conduzca a la salida del dictador del país, con el objetivo de evitar más muertes de personas inocentes y mayor destrucción. Pero nos consta que el dictador pretende utilizar el argumento del alto el fuego como método para ganar tiempo y continuar su tarea de destrucción y exterminio de una población que rechaza mayoritariamente una tiranía sin escrúpulos que ha durado ya 42 añosNo necesitamos la lista interminable de atrocidades toleradas y cometidas por el sistema capitalista o por los gobiernos occidentales, las conocemos. Lo que hace falta es la unidad para defender y profundizar las revoluciones árabes que a todos nos han sorprendido y lo inmediato y perentorio es impedir que Gadafi lleve a cabo sus planes de destrozar el levantamiento popular, y la primera condición es pararlo militarmente y derrotar el régimen y esa es la exigencia que desde la izquierda social y política debemos hacer a nuestro Gobierno y a la Comunidad internacional. Esta parálisis de la actuación de los aliados está de nuevo llevando la situación a un rearme de Gadafi y sus fieles y a tres días de repliegue de los revolucionarios justo cuando estaban al borde de tomar la emblemática Sirte. Y hoy una de las claves de la situación es el apoyo firme y decidido a los rebeldes libios, y dentro de ellas el imprescindible armamento y apoyo logístico a las tropas insurrectas. Los estados nacionales y extensiones autoritarias, están totalmente agotados como fuentes de liberación en el siglo XXI. Los pueblos desde ya tendrán que conformar sus propias organizaciones de liberación capaces de involucrar a toda la sociedad desposeída, como lo están haciendo mujeres y hombres kurdosNosotros luchamos una batalla legítima por la liberación, que también es la lucha que da poder al pueblo, poniendo como prioridad la liberación de las mujeres; está lucha busca una relación armónica con la naturaleza, un ciclo interconectado del que incluso los seres humanos son parte; esta lucha pretende eliminar el autoritarismo, luchando contra la mentalidad que lo genera. Nuestra lucha también es responsable de su propia auto-defensa, a través de las YPG-YPJ, porque los poderes que la atacan son muchos y mortales.¿Es que no basta que seamos seres humanos, seres humanos sirios llenos de vida y deseos de vivir y de lograr un futuro mejor en libertad en el marco de un Estado libre y democrático?la Libia que perdurará en el tiempo es la que sus ciudadanos y ciudadanas están construyendo, desde abajo, en comunidad, cooperando y colaborando y así recuperando su dignidad y la libertad y justicia que durante tanto tiempo se les ha negadoQuienes contribuyen a fomentar la imagen de esta sociedad como potencialmente víctima (de la OTAN, de la CIA, de la opresión imperialista y hasta de sí misma) no sólo se revelan como eminentemente paternalistas sino que también se autorreferencian veladamente como únicos seres capaces de pensar críticamente y de reflexionar sobre sí mism@s y su entorno. Tratan además de convertir en mito la ficción del socialismo y anti imperialismo de Gaddafi, a la sazón guardián del laicismo y pacificador tribal, apoyándose en un sinfín de falacias siempre encuadradas dentro de parámetros economicistas, con las que miden en términos monetaristas el supuesto bienestar del que la población gozaba hasta el pasado Febrero.El antídoto de las políticas que aspiran a instaurar una dictadura personal no son ni pueden ser los golpes militares. Por el contrario, este tipo de intentos de golpe de Estado han sido siempre una palanca para acelerar y aplicar de manera brutal políticas represivas y liberticidas El pueblo no está condenado a elegir entre dictadura y golpe de Estado.Mientras el debate sobre el futuro de Egipto se lleve a cabe con la plena participación de una clase obrera organizada y de sus aliados entre los pobres, los estudiantes y las clases medias, tanto más factible será que se mantengan los objetivos sociales, económicos y políticos de la revolución, y tanto más crecerá la posibilidad de alcanzarlosLas izquierdas occidentales no pueden seguir repitiendo declaraciones y consignas políticamente correctas en los papeles, pero estériles para los que luchan. Tenemos la enorme responsabilidad de ayudar con todo lo posible, para evitar las derrotas. Debemos movilizarnos una y otra vez, para alentar la movilización de nuestras sociedades, para así poder ofrecer a las y los revolucionarios, todo lo que ellas demanden o necesiten, en ello les va su vida, y la nuestra tambiénEsta victoria es un golpe decisivo no solo contra el régimen dictatorial de Gadafi, sino contra todos los regímenes autoritarios y represivos como el de Siria, Yemen, ..., o el Israel Como revueltas contra poderes despóticos, tanto la tunecina como la egipcia, son justas; la primera, una vez abandonado el país por la camarilla gobernante, parece que está encontrando una salida pacífica, aunque el proceso puede torcerse dependiendo de la avenencia entre los sobrevivientes del régimen y la élite de sus detractores sobre la profundidad y la velocidad de los cambios que exija la población movilizada.En realidad, los acontecimientos de los países musulmanes muestran que se sigue desdibujando la representación del mundo según el mapa de la guerra fría, donde todo lo que ocurría podía ser explicado por la tensión existente entre dos sistemas mutuamente excluyentes, y que estamos en una fase de reconfiguración del mundo, que ha aumentado en complejidad y dinamismoreo que la izquierda ha perdido la oportunidad de subrayar que si allí se han levantado contra una dictadura, aquí podríamos levantarnos contra la dictadura de los mercados; que no hay régimen que no pueda derrocarse (ni siquiera un régimen económico injusto como éste) que las revoluciones pacíficas son posibles, que la democracia tiene que ser mucho más que introducir el voto en las urnas, que puede que el hartazgo popular y la sensación de humillación no tengan que ver siempre con la pobreza, sino con la convicción de que estos políticos, estos partidos y este sistema electoral no representan la voluntad popular, sino que sólo representan a los bancos. En realidad, en los pueblos árabes ha pasado algo parecido a lo que pasó en Islandia, sólo que en Islandia no se liaron a tiros. Un pueblo que se pone en una plaza y dice Basta. La izquierda ha perdido la oportunidad de unirse a la idea de que a veces los pueblos dicen que por ahí no pasan, y no pasanhaciendo. Por eso, el cambio que se está viviendo en esos países hacia la democracia y el respeto a los derechos humanos es fundamental para que las mujeres puedan hacer su revolución. No hay fuerza capaz de oponerse a eso. Puede que las echen de las plazas y que pretendan mandarlas a la cocina, pero no será por mucho tiempo cuando puedan votar y voten, cuando puedan ser juezas y lo sean, y diputadas y algunas lo sean, y activistas feministas y lo sean y se organicen y reivindiquen.Las revueltas árabes hay que apoyarlas, hay que combatir a los dictadores, en este caso hay que combatir a Gadafi y evitar que masacre a su pueblo, la lentitud en la respuesta de occidente hay que criticarla, su falta de claridad respecto a su objetivo final también es sospechosa; y sobre todo hay que denunciar la permanente hipocresía occidental respecto a las distintas dictaduras, guerras e injusticias que pueblan el mundo y que son apoyadas o no según circunstancias diversas que nada tienen que ver con la justicia. Sin embargo sigo creyendo que esta hipocresía no puede determinar nuestra posición en este u otros casos porque entonces caeríamos en la misma hipocresía que denunciamos. El humor es uno de los más potentes corrosivos no sólo de los integrismos de todo tipo, sino del orden y del poder, porque el orden y el poder necesitan ser percibidos como importantes, serios, sagrados. Por eso la burla es, a veces, más subversiva que cualquier proclama política.La revolución egipcia no ha dicho aún su última palabraSobre el mundo árabe se ha alzado un amanecer que tiene el color de la dignidad recuperada y de la libertad.ada día comprobamos que esta revolución, iniciada por el pueblo encolerizado en Deera el 18 de marzo de 2011, exigiendo la libertad, la dignidad y el derrocamiento del régimen, esta revolución que ha pasado de la lucha pacífica a tomar las armas en su propia autodefenda, sigue el camino que la lleva hacia sus objetivos...la tragedia de un pueblo en rebelión por la libertad y por su emancipación de las garras de una dictadura, de su represión salvaje y de su explotación salvaje sobre los oprimidos en nuestro país, al servicio de la intereses de una pequeña camarilla burguesaSin embargo, el conflicto actual tiende, por un lado, a aumentar la posibilidad de debilitar a las fuerzas reaccionarias y, por otra parte, a refrescar la conciencia revolucionaria independiente de las masas. Pero también tiende a precipitar un nuevo inicio del movimiento popular tras un período de declive durante el año pasado, a causa de la doble represión del régimen y de las fuerzas reaccionarias y contrarrevolucionarias antes mencionadasAntes de acercarnos os hemos dicho que son 4 rosas negras por los más de 4000 mártires en Siria, ¡y no nos habéis dejado! ¡No nos habéis dejado poner 4 míseras rosas negras en la puerta de la embajada!Las redes sociales son un instrumento al servicio de… pero en última instancia el cambio político o social viene  de los suburbios, las calles, los centros de trabajo o las universidades.En el caso de Libia, consideramos esencial señalar que todo internacionalista tiene que apoyar la victoria militar de los rebeldes y, por lo tanto, la derrota de GadafiLo que está en juego hoy en Libia es mucho. Sí Gadafi gana la guerra afectará al conjunto del proceso revolucionario que se vive en toda la región. El resto de dictadores habrán podido comprobar que el listón de la represión puede ser muy alto. Por eso en el último mes hemos podido comprobar dos cosas: la primera que el recurso a la violencia contrarrevolucionaria ha ido en aumento como se está viviendo en Yemen y Siria. Y la segunda, que hasta hace unos días las movilizaciones en otros países había entrado en un compás de espera. Para dar forma al discurso de la conspiración es necesario perder la memoria, y ello implica borrar de ella las realidades que dieron origen a la revolución popular siriaEl camino exige fundar una nueva cultura política que se aleje de los aires de grandeza de las vanguardias y se fundamente en la modestia, la solidez y la identificación con las plazas y calles de la revoluciónLos sirios están solos y saben que su misión es de máxima importancia, porque el destino de su revolución determinará el futuro de su país y el futuro de los árabesEl triángulo de las revoluciones árabes en Egipto, Túnez y Siria es el triángulo de la esperanza real de la salida de los árabes de la decadencia que provocó la dictaduraA pesar de toda la destrucción y el caos, a pesar de los errores y pecados que algunos sectores armados unidos a la revolución han cometido, a pesar de este dolor sin límites -el dolor de la muerte, el dolor de la diáspora-, todas estas fuerzas que se reúnen contra vuestra revolución, no lo lograrán...hemos de ser conscientes de que nuestra defensa de los valores no puede ser inocente, sino que debe estar ligada a una visión política y social. Si no, su inocencia será ingenua y su defensa de los valores una humillaciónNuestra Nakba en Siria tiene tres nombres. La primera es la Nakba del salvaje déspota –Bashar al-Asad- y su escuadrón de asesinos y carniceros que han decidido quemar Siria. Después, la Nakba de los ejércitos de Al-Qaeda y sus semejantes: los fundamentalistas de quienes se desprende el olor del petróleo, y que quieren borrar la existencia nacional para sustituirla por un discurso producto de la decadencia que pretende sacarnos del tiempo. Finalmente nuestra tercera Nakba es la de la élite política opositora que ha decidido dirigir desde fuera y se ha encomendado a la estupidez de la intervención exterior. Una intervención que no tardó en llegar, pero que no lo hizo como, ingenuamente, esperaban, sino que vino a favor del dictador por medio del apoyo ilimitado iraní y rusoAhora es el momento del dolor, pero no el de la desesperación. Es el inicio de un tiempo después de la desesperación, que debemos construir con paciencia e insistencia en el sueño de la libertadComo personas de todas las ideologías, razas, religiones, países y culturas, apoyamos sin distinción las legítimas aspiraciones de dignidad, democracia y libertad de los pueblos marroquí, argelino, sirio, libio, yemení, saharaui, bahreiní, y las de todos aquellos otros pueblos que se levanten en contra de cualquier dictadura, de cualquier tirano, de cualquier forma de opresión del puebloesde cualquier punto de vista humanitario, socialista o incluso desde un liberalismo decente, es conveniente no permitir que las fuerzas de Gadafi, formadas por personal militar bien preparado y por mercenarios, masacren a los rebeldes, mal armados y con escasa o nula preparación militar.
No se trata de pensar que Gran Bretaña y Francia buscan  hacer el bien. Pero es posible y necesario distinguir entre las diversas actuaciones de esas potencias. Algunas de las cosas que hacen son, desde nuestro punto de vista, deseables y no deberíamos oponernos a ellas. Nuestra arraigada oposición de clase no exige que nos opongamos y condenemos toda y cada cosa que hacen
Basta con escuchar las palabras de los guerrilleros y de las guerrilleras del YPG/YPJ, que no es difícil de encontrar en la red, para entender que estos muchachos y estas muchachas, estos hombres y estas mujeres, han tomado las armas para afirmar y defender este modo de vivir y cooperar. Es entonces fácil comprender las razones de la ofensiva del ES contra Kobane. Pero también es fácil ver por qué no intervienen en su defensa los turcos, la columna de la OTAN en la región, y por qué es tan "tímido" el apoyo de la "coalición contra el terrorismo". ¿Os imagináis lo que pueden pensar los emires del Golfo de la experiencia de Rojova y del principio de igualdad de género? ¿Y los norteamericanos, los "occidentales"?¿Quién gana con la caída de Gadafi? Sin lugar a dudas, quien se ha jugado la vida para hacer que eso sea posible, es decir, el pueblo libio. A partir de ahora, si triunfan, podrán construir con más libertad su futuro. Para quienes hemos sufrido una dictadura, eso debería ser un elemento tan determinante que algunas dudas y descalificaciones de este proceso deberían sonrojarnosEn Egipto, como en todo el mundo árabe, no se reduce todo a ejército e islamistas. La tercera fuerza, la mayor de todas cuando se rebela, derrocó a Mubarak y acaba de echar a Morsi. El resultado depende de su capacidad para organizarse: de las luchas obreras, de la organización de las mujeres contra violadores, policías e islamistas, de la juventud, de la solidaridad internacionalEchar a ese gobierno sin esperar a nuevas elecciones era, a mi entender legítimo, a la vista de lo que estaba haciendo, siendo el objetivo explícito de las luchas la convocatoria de nuevas elecciones, más limpias que las anteriores. Lo que pasa es que la destitución no fue ejecutada directamente desde el pueblo rebelde, sino que fue obra de una élite militar que actuó con miras a impedir el desbordamiento revolucionarioHay que preguntarse: si una población se rebela masivamente contra la opresión sufrida, pero lo hace sin una identidad inmediatamente identificable con lo que por aquí llamamos "izquierda", ¿apoyamos su rebelión o eso lo hacemos depender de factores ideológicos, intereses de Estado, bloques y geoestrategias? Ese es el punto de partida desde el que abordar las demás facetas de la realidad y los nuevos interrogantes. Assad utilizó armas químicas contra su propio pueblo. No tengo ninguna duda sobre esto. Y esto podría haber sido evitado si la resistencia siria hubiera obtenido las armas necesarias para inclinar la balanza contra el régimen. Pero las potencias extranjeras se quedaron mirando mano sobre mano porque no querían que ganase Assad pero tampoco querían que ganase la resistenciaDesde el 15 de marzo de 2011 Siria vive un levantamiento popular contra el régimen dictatorial de Bashar al-Assad. A las manifestaciones pacíficas, que desde el inicio de la sublevación pedían libertad y dignidad, la dictadura respondió con una represión sangrienta y feroz. olidaridad con las mujeres y con los hombres que en Egipto al igual que en Túnez, Yemen, Argelia, Marruecos y en otros países árabes se han alzado en rebelión contra los dictadores que los oprimen, que los explotan, que les impiden decidir en libertad cómo quieren vivir su propia vida y cómo quieren construir en común su destino colectivoSiria es hoy testigo de los días más duros y dolorosos, pero al mismo tiempo ve el nacimiento de un nuevo amanecer de nueva libertad que la juventud libia está construyendo con su sangre y sacrificio, sobre el terreno, a través de protestas pacíficas, dando al pueblo sirio la responsabilidad de trabajar con sus hermanos y hermanas - dentro y fuera del país - para construir un nuevo futuro¿Triste horizonte y nubes sombrías? ¿Todo bloqueado, la esperanza muerta? ¡Oh, no! Rebelándose y echando abajo un poder autocrático, los tunecinos nos recuerdan a todos que no hay nada más actual que la justa rabia y la sana cólera. Son nuestros hermanos, nuestros semejantes, y nos muestran el camino, el de la resistencia popular al imperio. Túnez es el futuro del mundoLa izquierda internacional debe advertir con voz alta y clara sobre la amenaza de los Hermanos Musulmanes. Debe solidarizarse con el nuevo movimiento sindical egipcio, vinculándose directamente con él y ayudándole a avanzar. Este movimiento obrero es la mejor garantía, no sólo de los derechos de los trabajadores, sino también de las libertades democráticas ante la amenaza de los islamistasEn primer lugar, no debemos olvidar que el núcleo de la revolución, su génesis y esencia, es la resistencia civil, que comenzó espontáneamente, pero que no tardó en buscar maneras de organizarse en los llamados comités de coordinación local para poder convocar manifestaciones en puntos más o menos seguros, llamar a huelgas generales que debilitaran al régimen económicamente, asistir a los heridos en hospitales de campaña clandestinos, pedir donaciones de sangre y un sinfín de actividades que desde aquí se nos pueden escapar. Este ambiente de tensión tiene como motivo principal la presencia de los militares en el poder desde hace más de siete meses, sin una hoja de ruta clara de cómo y cuándo van a ceder el poder a los civiles en unas elecciones democráticasTenemos que tomarnos en serio el derecho a decidir por sí mismas que tienen esas personas y esos pueblos, más aún cuando están implicados en una lucha a muerte y sometidos al fuego de bombardeos. Lo que exigimos al gobierno español, con urgencia, es que apoye a la revolución libia, y a los otras en marcha o que puedan estallar, dando la ayuda que se le pida, ni más ni menos, y que proponga eso mismo en la UE y en las instituciones internacionalesPor mucha inteligencia política que se tenga, nadie que viva en paz tiene autoridad ética para decir qué ayuda pueden pedir y qué alianzas pueden hacer quienes, bajo los bombardeos, están a la espera de que tropas mercenarias asalten a sangre y fuego su ciudad. Hacerlo es una variante más de soberbia eurocéntrica y de imperialismo ideológico El problema principal no son las intenciones y motivaciones de las potencias occidentales al intervenir, aunque hay que analizarlas, sino las consecuencias que el que intervengan o no intervengan tienen para el pueblo rebelde de Libia.Me parece peligroso partir de una mera negatividad. Nuestro punto de partida no puede ser el rechazo utomático a todo lo que haga el Estado estadounidense o nuestro gobierno, sino la afirmación positiva de solidaridad con la revolución democrática libia y con la rebelión de la gente corriente que recorre el mundo árabe e IránLa revolución democrática toma formas e intensidades diferentes en Túnez, Egipto, Libia, Bahréin, Yemen, Siria, Marruecos, Sáhara, Argelia, Jordania, Arabia Saudí, Palestina, Irán, Mauritania..., pero es un único y común proceso transnacional. Si se apoya la rebelión en algunos países pero no en otros se es enemigo de la revolución árabeEs momento de solidaridad con un pueblo torturado que se ha alzado y librado de sus torturadores. Es momento de confiar en la extraordinaria posibilidad que se ha abierto para el pueblo libio, no para instaurar un régimen "perfecto", lo que no existe ni existirá en ningún lugar del mundo, no un sistema sin discriminaciones ni dominaciones, lo que tampoco existe aún en ningún lugar del mundo, sino de construir un país mejor, más libre, más democrático, con mayor igualdad, en el que todas las opiniones puedan ser expresadaPase lo que pase habrá sido justo estar del lado del pueblo torturado contra Gadafi. Lo que no será justo en el futuro es estar del lado de cualquiera que vuelva a torturar al pueblo o a un sector de élEn Siria lo que ocurre es que hay un pueblo y que el país está siendo víctima de un crimen cometido por el régimen que va desde
el asesinato hasta el conflicto sectario y la tortura.
  • (Manifiesto) Salameh Kaileh, Yasser Munif, Yassin al-Hajj Saleh, Mansur Attassi, Adeed Nassar, Miguel Sorans, Görkem Duru, Cristina Mas, Johannes Waardenburg, Raoul Guzman, Kosaro -: Rompamos el bloqueo a la Revolución Siria
Publicamos este manifiesto por coincidir con él en aspectos fundamentales sobre los que se cierra un muro de silencio. Eso no significa un acuerdo 100% con su planteamiento, por ejemplo nos llama la atención que no haya una referencia explícita a lo ocurrido en Kobane y al papel jugado por YPG/YPJ (Unidades populares de defensa y Unidades femeninas de defensa) en la lucha contra Daesh. En todo caso, es un grito justo contra el silencio y merece ser escuchado.Qué hermosa capacidad la de olvidar, mientras se prueba en París un Chanel o le hacen la manicura en Londres, que los adolescentes detenidos en su país por orden de su marido y sus cuñados, vuelven a casa días más tarde (si vuelven) sin dientes y con las uñas arrancadaComprender este momento de la historia que nos ha tocado vivir consiste en no ignorar el dolor de los y las demás. Fundir nuestro dolor con el dolor de las calles es un acto político que nos lleva de la individualidad al acto colectivo: a la política de la ira colectiva. Como dice Borges, “Hacia el Oeste, el Norte y el Sur / se han desplegado – y son también la patria – las calles; / ojalá en los versos que trazo / estén esas banderas”... condenar selectivamente los crímenes de unos gobiernos mientras se silencian los de otros nos lleva a incurrir en el mismo doble rasero que tan justamente denunciamos en nuestros dirigentes.Nos oponemos firmemente a las matanzas de Al-Sissi y su brutal intento de abortar la revolución egipcia. Las masacres de hoy son el primer paso hacia la contrarrevolución. Nos oponemos con igual firmeza a los ataques contra los cristianos egipcios y a la campaña sectaria que sólo sirve a los intereses de Al-Sissi y a su proyecto sanguinario"Mi postura, contraria a la intervención estadounidense y que duda de su eficacia y que cree que será peor, no significa en absoluto que yo tenga una causa compartida con la mayoría de aquellos que se han despertado ante la situación en Siria, tras más de dos años y medio de silencio sepulcral ante las masacres del carnicero criminal, para declararse en contra de “la intervención exterior” (como si la intervención exterior no hubiera sido continua por parte de Rusia, Irán, Hezbollah y otras milicias iraquíes en beneficio del régimen durante más de dos años y medio) y para difundir su veneno contra la revolución siria y su gente. Esos hipócritas desgraciados, que no han pronunciado ni una sola frase de condena contra el asesinato de un solo niño por parte del régimen “de rechazo”, que hacen manifestaciones y se concentran estos días, son peores que los shabbihaLas revoluciones árabes, todas ellas, son un acontecimiento de importancia histórica, ante el que sólo cabe una actitud de solidaridad con la gente corriente que se ha alzado contra sus opresores y ha manifestado el deseo colectivo de decidir su destino... (+)¿qué podemos hacer en España, cuando los grandes partidos no hacen nada al respecto y cuando sólo unos pocos y pequeños colectivos sociales o políticos tratan de dar alguna forma de apoyo? Pues apoyar sin mediaciones, hacerlo sin esperar a que lo hagan los de arriba o tal o cual organización. Pueblo con pueblo, mano con mano, por encima de idelogías cerradas y doctrinarias, por amor a la libertad, por el bien común de la humanidad.Necesitamos comprender el significado de las rebeliones a partir de sí mismas, de las aspiraciones que expresan, de los deseos y sufrimientos humanos. Cuando miles y miles de personas son asesinadas por un Estado criminal no podemos seguir pensando la realidad desde cuatro dogmas, desde amores y fobias a tales o cuales Estados ni de una anacrónica lógica de bloques que ya en su tiempo fue un arma de los opresores de uno u otro bloque contra las gentesEl sufrimiento en la zona, lo decisivo de la lucha contra una cruel barbarie, el éxodo masivo, que es fuga pero también resistencia, la conversión del Mediterráneo en inmenso cementerio, las consecuencias globales de todo esto, nos hacen sentir que Siria y Kurdistán son hoy el corazón del mundo y que es urgente un movimiento de solidaridad contra al-Assad e ISIS, de apoyo a la rebelión popular siria y a las milicias kurdas, movimiento cuya talla debería ser similar a la del que se alzó contra la criminal invasión de Iraq en 2003Ni Asad ni Erdogan, ni Trump ni Putin. Libertad, igualdad, justicia, democracia, dignidad, humanidad.El ISIS es una fuerza de invasión multinacional que no tiene un proyecto de liberación, sino de conquista. Son ladrones capitalistasDesde el comienzo de las protestas han pasado más de dos meses, pero el pueblo sabía desde la primera semana que no habría vuelta atrás. Se cuentan más de mil asesinatos y miles de desaparecidos, que probablemente ya no regresarán porque gran parte de ellos estarán muertos desde un principio. El régimen monstruoso ha usado toda la maquinaria a su alcance contra su pueblo. Ha liberado a sus mercenarios e incluso a los tanques que durante años protegían las fronteras con la excusa de que el enemigo estaba ahí fuera. Y al final resultó que el enemigo era el pueblo

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