Trasversales
Juan Manuel Vera

Ignacio Iglesias: una gran pérdida

Revista Trasversales número 1,  invierno 2005-2006


El pasado 15 de octubre falleció Ignacio Iglesias. Tenía 93 años. Cuando me llamó su hijo José Luis para darme la triste noticia sentí la desazón que produce perder a un amigo con el que había establecido una línea perfecta de comunicación al margen de las distancias generacionales. Ignacio mantuvo hasta sus últimos días esa maravillosa curiosidad que abarcaba desde los acontecimientos mundiales hasta cualquier nuevo libro y, siempre, su pasión por la historia y la política española.

Su vida no fue fácil, pero pese a las adversidades siempre fue capaz de defender sus ideas tal y como las sentía. Aunque era muy sobrio sobre sus propios méritos y poco aficionado a los elogios, ahora diré  que fue una importante personalidad de la izquierda española del siglo XX, un representante muy destacado de aquella brillante generación republicana de luchadores por el socialismo y la libertad.
Un retrato suyo debería reflejar diversas facetas. Fue periodista, escritor y editor de diversas publicaciones. Su larga trayectoria se inició como precoz activista de la izquierda obrera asturiana, militante del primer trotskismo español y uno de los fundadores del POUM, partido en el que militó hasta los años cincuenta. En plena clandestinidad, en 1938, escribió un admirable folleto sobre la represión estalinista y el proceso contra el POUM, incluido  en el libro “Experiencias de la revolución española” (Laertes, 2003).

Tras la derrota republicana se desarrolló la etapa más dura de su vida. En el exilio francés fue internado en los campos de refugiados. Durante la ocupación de Francia fue encarcelado y condenado a una larga pena de prisión y, finalmente, deportado a un campo nazi próximo a Dachau, de donde logró salir en 1945.

Durante el largo exilio, Ignacio Iglesias fue un comprometido antifranquista y participó en diversas iniciativas de la oposición democrática, asistiendo a la Conferencia de Munich en 1962. Asimismo, en plena guerra fría desarrolló un papel activo en iniciativas contra el totalitarismo, tales como la revista Cuadernos, de la cual fue secretario de redacción. Aunque Ignacio Iglesias no regresó a España después de la muerte de Franco, mantuvo la pasión por un país que había cambiado enormemente desde los años treinta, como le gustaba destacar. Siempre con la referencia de los ideales de libertad e igualdad, indisociables en su forma de entender la izquierda, hasta el final de su vida ha sido una persona intensamente comprometida con el socialismo democrático.

Para el consejo editorial de Trasversales su fallecimiento es una gran pérdida. Apoyó intensamente la revista Iniciativa Socialista a lo largo de sus 17 años de publicación,  participando en su consejo de apoyo internacional y colaborando con sus artículos y con comentarios y sugerencias. Me consta su alegría cuando recibía cada número y su gran proximidad a muchas de  nuestras preocupaciones y convicciones. Para mí, Ignacio Iglesias será un recuerdo inolvidable de amistad. Le debo muchas reflexiones, muchas enseñanzas y un fructífero diálogo epistolar que sólo su muerte ha interrumpido. Como homenaje he rescatado una entrevista inédita que le hice hace algunos meses, durante la preparación de su libro “Escritos del exilio”, cuya  edición está prevista en 2006.

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