Trasversales
Lois Valsa

Cine: El viento ha agitado la cebada

Revista Trasversales número 4,  otoño 2006


 
Los británicos, por su parte, no reconocen su responsabilidad en Irlanda y, hasta que lo hagan, no veo de qué pueden negociar
Ken Loach

En esta última película de Ken Loach (Warwickshire, 1936) se cuestionan radicalmente los cimientos de Imperio Británico, concretamente del colonialismo inglés en Irlanda. Con ella Loach ha provocado una reacción airada de la derecha que ha llegado a tacharle de “antipatriota”, “antibritánico” y partidario del IRA, además de “discípulo de Leni Riefenstahl”, o sea de “nazi” . Todo porque cierta prensa británica considera ciertas cosas sagradas: una de ellas es la visión del imperio británico como institución de caridad. En la película el director muestra claramente que los ingleses no iban de hermanitas de la caridad por el mundo adelante sino que reprimieron sus colonias a sangre y fuego. Por otra parte, en el caso de Irlanda, los ingleses no fueron a solucionar las divisiones civiles internas de los irlandeses sino a crearlas, ya desde su temprana invasión en el siglo XII.
El viento ha agitado la cebada (The wind that Shakes the Barley), cuyo titulo proviene de un poema del poeta irlandés Robert Dwyer Joyce (1830-1883), se sitúa en los años veinte del siglo XX cuando tiene lugar una cruel represión de los “blak and tans” británicos (negro y caqui por el color de sus uniformes ) contra la población irlandesa que sufre y se rebela contra tales desmanes que van azuzando el independentismo irlandés. El tema concreto de la película es, pues, la revolución irlandesa: de la guerra de independencia a la guerra civil (1916-1921). Comienza con un simbólico partido entre irlandeses que, al terminar y dar lugar a una charla entre amigos, es castigada como reunión ilegal y reprimida brutalmente generando la revuelta contra la opresión inglesa. Del juego se ha pasado a la violencia y a la guerra: de la unida guerra de independencia de irlandeses contra los ingleses a la guerra civil entre irlandeses divididos, por la aceptación o no del Tratado de Paz con Gran Bretaña como acuerdo entre comillas que había impuesto cínicamente Churchill. en dos bandos irreconciliables.
Loach, y su guionista, nos presentan esta triste historia como una fatal tragedia entre hermanos, a la manera shakespeariana, que, poéticamente, resume a las mil maravillas la carta que escribe, antes de ser fusilado por su mismo hermano, el hermano menor. La división entre hermanos surge en un contexto de lucha de clases al defender el hermano menor, apoyado por un vapuleado luchador sindicalista, una revolución socialista en la línea del independentista Connolly, cuya figura y cuyo último mitin recuerdan ambos con gran respeto. Damien, el trágico protagonista, interpretado por el convincente Cillian Murphy, es el hermano menor, a quien primero la brutal represión inglesa y más tarde el palpar como médico el vacío estómago de los irlandeses pobres le cambia su manera de ver el mundo y su destino. Al viejo sindicalista Dan (experimentado Liam Cunninghan) su misma lucha lo ha concienciado. Esta película de Ken Loach nos muestra las contradicciones no sólo de los ocupantes sino también de los ocupados dentro de ese contexto de lucha de clases. Pero, ¿quién se acuerda en estos tiempos postmodernos de la lucha de clases?

Loach, siguiendo la estela de sus anteriores películas Agenda Oculta (1990) y Tierra y Libertad (1995), por cierto también premiadas en Cannes (la primera, que trata de la Irlanda contemporánea, fue Premio del Jurado, y la segunda, que habla también de las tragedias que conllevaron las divisiones de la izquierda en España en la Guerra Civil, fue Premio de la Crítica), se aleja de cruciales temas sociales y políticos de su propia tierra para ocuparse de problemas parecidos en diversos lugares del mundo, los que siempre va provocando el Capitalismo con sus diferentes formas de explotación. Con ésta dura, bella y emotiva película provoca duramente al “stablishment”, cuyos ocultos intereses quiere confundir Blair, y su gobierno, con los “intereses del país”. El hecho de que Cannes la haya premiado con la Palma de Oro ha irritado aún mucho más a la derecha británica. Loach tiene claro que sus películas son mejor recibidas en Francia, Italia y España que en su país, cuyo cine, para él, es una extensión del americano y los cineastas más críticos tienen muy difícil la financiación de sus películas.

 A mi manera de ver, con esta profunda y sincera película, en la que va más allá del mero didactismo al mostrar por encima de todo la verdad del personaje, Loach ha llegado a su madurez creativa y provocativa . Todo ello, no se debe olvidar ya que sería una gran injusticia, gracias a la eficaz ayuda de su combativo guionista Paul Laverty, quien logra contarnos una densa y compleja historia de una manera concisa y precisa, que Loach, con gran pulso y buen ritmo, logra trasladar a hermosas imágenes, formalmente bien logradas con una magnífica ambientación de época. Los actores, curiosamente Cillian Murphy y Liam Cunningham han trabajado en 2005 con el director Neil Jordan en Desayuno en Plutón (Breakfast on Pluto), dan su do de pecho coral y entregan su apasionado corazón al fatal empeño trágico. El viento ha agitado valle abajo la dorada cebada durante largo tiempo y la cebada, milagrosamente en apariencia, ha madurado. ¡Feliz cumpleaños, Ken!


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