Trasversales
Delia Blanco

Silencio en la cuenca

Revista Trasversales número 6,  primavera 2007


Delia Blanca es diputada del PSOE. Intervención en el acto de homenaje a Wilebaldo Solano celebrado en Madrid


 

Buenas tardes, quiero agradecer en primer lugar a la Fundación Andreu Nin, que me ha permitido estar aquí, hoy, en el homenaje a D. Wilebaldo Solano, último Secretario General del POUM, luchador inquebrantable por las libertades y la democracia en nuestro país.

Soy una apasionada amante del cine y tengo entendido que participó en Tierra y Libertad, la película de Ken Loach, sobre la Guerra Civil, probablemente el primer intento de visualizar la Guerra con los conflictos internos de la izquierda española.

Yo no soy académica ni historiadora, creo que estoy aquí porque en la tierra de la que procedo, que es la Cuenca minera del Norte de Palencia, tuvo lugar una lucha muy olvidada, excepto por los que la llevaron a cabo y por los que la sufrieron; También, porque Agustín Santos y Enrique del Olmo, de la Fundación, con su habitual generosidad me han invitado.

Fui una espectadora de la historia siempre contada en voz baja de los mineros y sus mujeres, y también, por primera vez presencié la tremenda represión contra los mineros y sus familias, que se oponían al cierre de las minas en 1968. Después de ese año, la diáspora de los mineros hacia Bilbao, fue masiva. El silencio en el que quedó el Valle, dura hasta hoy.

Por tanto mis palabras, son un relato que tiene que ver con mi memoria, con la de mi gente, y con el descubrimiento consciente de la vida, de la realidad, no de las apariencias en las que hubieran querido que me integrara.

1.    La Mina. La historia de la mina empieza en 1843 con el nombre de Empresa Esperanza, pero en realidad es a principios del siglo XX, cuando la compañía Crédito Mobiliario vende las minas a Ferrocarriles del Norte, y es bajo el mando de esta Compañía cuando se producen los sucesos de la Revolución de Octubre de 1934.

El sistema de organización de los mineros se nucleaba alrededor de la UGT, con 800 afiliados en ese momento, del Partido Socialista, y de Izquierda Comunista, que se convertiría en 1935 en el POUM.

Las elecciones de Noviembre de 1933, que dieron el triunfo a las Organizaciones del Centro Republicano y de la derecha, con Lerroux y La Ceda de Gil-Robles, iniciaron una política claramente antirreformista, cuyo objetivo era claro: desmantelar la tarea, que se había realizado durante el primer Gobierno Republicano de la Coalición Republicana Socialista … la respuesta a estas Elecciones fue inmediata: desde Cataluña se constituía la Alianza Obrera, que era la concreción de un Frente único, formado por la mayoría de las Organizaciones Obreras y, que debía frenar el ascenso del fascismo en España. El fenómeno se extendió por toda España, hasta la entrada de La Ceda en el Gobierno de la República, que acabó provocando una huelga general, la revuelta de la Generalitat de Cataluña y una auténtica Revolución obrera en toda la Cuenca minera, que comienza en Asturias, sigue por la Cuenca minera de León y llega hasta el norte de Palencia.

2.    1934. Los mineros fundamentalmente de Barruelo, Guardo, Valle y Revilla de Santullán, tomaron las armas en las últimas horas del día 5 de Octubre, y se hicieron con el control de los pueblos. Se extendió la revuelta a otros pueblos, como Brañosera y Salcedillo, las iglesias de estos pueblos fueron incendiadas el día 6.

La dotación de Guardias Civiles era muy pequeña, en concreto 5 agentes, hasta el día 7, que llega media compañía del batallón de Palencia y 60 guardias civiles. La resistencia de los mineros fue tremenda y se desplazaron desde Logroño aviones bombarderos que amenazaban con atacar toda la zona. Ese mismo día 7, los mineros socialistas y del POUM huyeron al monte, y el día 7 las tropas del Gobierno controlaban la situación. La mayoría de ellos se entregaron y 130 mineros fueron llevados a la prisión de Burgos, el alcalde de Barruelo, socialista, Francisco Dapena, moriría en las dependencias de la Guardia Civil después de una brutal paliza.

Los pozos que se levantaron se llamaban y hasta el día de hoy se llaman el Calero, Dos de Valle, Perajido, San Rafael, … con todos los barrios que habían crecido a su alrededor: Elechar, Mercedes, Vallejo de Orbó, Barruelo, Revilla de Santullán, …

Después del fracaso de la Revolución, el Sindicato minero dejó prácticamente de existir, excepto en una mínima estructura clandestina. En 1935 cuando se crea el POUM, los pocos mineros que quedaban se afilian masivamente, en la clandestinidad, teniendo a sus compañeros todavía en la cárcel de Burgos. Fueron casi dos años, muy duros hasta la victoria del Frente Popular en 1936, que devolvió el Gobierno a los partidos de izquierdas y que de inmediato proclamaron la amnistía para todos los detenidos.

Así, entre Marzo y Julio de 1936 volvieron a ser 700 afiliados en el Sindicato minero de la UGT, y repartidos entre el Partido Socialista y el POUM.

3.    1936, 18 de Julio. Toda la zona minera del norte de Palencia quedó en manos de las tropas nacionales, tras el alzamiento, puesto que ya estaba tomada prácticamente desde la Revolución del 34. La línea del Frente se estableció en los montes colindantes. Los mineros volvieron a pasar la línea del Frente para defender a la República masivamente y esta lucha duró hasta Agosto de 1937, fecha en que fueron definitivamente derrotados por el avance de las Fuerzas Nacionales.

Muchos murieron en los combates o víctimas de las represalias del bando vencedor, otros fueron encarcelados, otros llevados a campos de trabajo y, por último, muchos de ellos fueron obligados a exiliarse fuera de España.

4.    La vida cotidiana. Entre tanto, las mujeres y los niños se quedaron en el Valle … sin hombres; los pequeños fueron incorporándose lentamente a las categorías profesionales de la mina, como lo habían hecho sus padres: picadores, rampleros, entibadores y una categoría muy peculiar, llamada “el penitente”, su misión era bajar a la explotación antes que la plantilla de obreros, con una lámpara de seguridad y un levitón realizado en lana, que recordaba a las chilabas, portaban un bastón con un cotón en el extremo; recorrían la explotación en busca del grisú, “el gas asesino” y donde lo encontraban arrojaban el bastón con el cotón inflamado, tirándose al suelo para que la llamarada no hiciese de él, un hachero … solucionado el problema, la Brigada comenzaba su trabajo … Los niños arrastraban las carretillas dentro de las minas, se les llamaba guajes … Este es el universo que yo conocí en la tardía  postguerra.

En los veranos de mi infancia veía llegar el primer turno, habían entrado a las 6 de la mañana, y volvían a las 2 de la tarde (los sábados doblaban el turno), explotaban de risa y de blasfemias, tenían el lenguaje más creativo y preciso, anticlerical que nadie pueda imaginar … En la mina, decían: “no se habla” “abajo no se pueden hacer las cosas a lo loco” “no te puedes agotar, tienes que distribuir las energías para toda la jornada de trabajo, porque con el agotamiento llega la obcecación, y con ella el riesgo, y con el riesgo la muerte” … Así cuando, salían de  la mina hablaban mucho y se reían, la vida valía muy poco, si no morían en la mina, lo hacían de silicosis o de tuberculosis en plena juventud, sus salarios en comparación con otros gremios, no eran pequeños, pero los mineros no viven como los demás, porque saben que la muerte les acecha, así que sólo viven el momento … traían la cara negra y sólo se veían los ojos y los pocos dientes que les quedaban, todos tenían una esponja naranja que colgaban de su cuello con dos gomas negras, era la esponja con la que se protegían dentro del pozo, y antes de llegar a casa pasaban por la taberna, El Almacén. Éste era bar, restaurante, ultramarinos, un colmado en general, ahí entraba yo a comprar una gaseosa, pero en realidad sólo iba para verlos y escucharlos, me gustaba lo propensos que eran a lo bronco de la vida, honestos y con una capacidad de aguante inigualable … Todos tenían motes, Gaspar el de Revilla, Severiano Santamaría, allí se pasaba  revista a la memoria, donde estaba tal o cual, si había llegado a Francia o no, las hazañas de la Revolución y la nostalgia de saber que eran los vencidos … seguían las palizas, llamadas “recordatorios” en el cuartelillo …

5.    Las mujeres. Las mujeres siempre esperaron, el salario, sacar los hijos adelante sabiendo que su futuro serían mandarles a la mina, quedarse viudas … fueron verdaderas resistentes a la adversidad … lavaban las ropas negras de sus compañeros y maridos en el río y en el lavadero comunitario. Allí, al igual que los hombres pasaban revista a lo que había ocurrido en el pasado y a lo incierto del porvenir … Siempre las recuerdo lavando, haciendo alianzas entre ellas, porque las pegaban mucho y ellas aguantaban y aguantaban; sabían que la mina y el vino no era una buena Universidad para el respeto … De ellas lo aprendí todo, escapaba a sus casas, a hurtadillas, a aquellas cocinas calientes donde todo era bastante conciliador hasta que sus hombres entraban, entonces ellos pasaban a mandar. Ellas no tuvieron tiempo de registrar su experiencia, no escribían, no sabían en su mayoría, eran escritas por otros

Quiero terminar haciendo un homenaje personal a algunas mujeres pertenecientes al POUM, algunas olvidadas por la historia, y muchas de ellas contempladas únicamente como las mujeres de compañeros del POUM, aún cuando ellas tenían autonomía y pensamiento propio.

1.    CARLOTA DURANY
2.    EMMA ROCA
3.    TERESA REBULL
4.    OTILIA CASTELLVI
5.    MIKA ETCHÉBEHÈRE
6.    NATALIA SEDOVA (*?
7.    MARY LOW
8.    MARÍA TERESA GARCÍA BANÚS
9.    Finalmente, a mi abuela, Paula, que no fue del POUM, ni socialista, -en realidad, era de derechas-, pero que en plena Revolución del 34, se le solicitó por parte de los compañeros mineros del POUM y socialistas, las armas que tenía en su casa, y las entregó. No denunció a ninguno de ellos.

* Natalia Sedova no perteneció al POUM pero forma parte de ese grupo de mujeres indomables

En el poemario de Ángela Figuera, “El Grito inútil”, hay un verso que me recuerda a todas ellas:

Dice:

¿Que puede una mujer en la riada
donde naufragan tantos superhombres
y van desmoronándose las frentes
alzadas como diques orgullosos
cuando las aguas discurrían lentas?.



 Madrid, a 28 de Marzo de 2007


Trasversales