Trasversales
José Luis Redondo

Elecciones autonómicas y municipales

Revista Trasversales número 7,  verano 2007




Este artículo se escribe nada más finalizar las elecciones, sin que se hayan concluidos los posibles pactos, por eso es prematuro hablar de balance global. Sin embargo, pueden señalarse algunas tendencias y problemas que van a influir en las próximas elecciones generales.
¿Quién ha ganado las elecciones? No ha sido ni el PP por 160.000 votos, ni el PSOE por obtener un mayor número de concejales. Las proclamas de uno o de otro pretenden sumar medidas heterogéneas, las peras con las manzanas ni son peras, ni manzanas ni plátanos. En las elecciones en cada municipio o Comunidad Autónoma se dirime un gobierno en función de realizaciones concretas y de promesas también ajustadas a sus ámbitos respectivos. Es verdad que la mayor parte de los concejales y diputados están encuadrados o bajo la referencia de alguno de los dos partidos, pero su elección no supone un apoyo a ese partido que pudiera repetirse en unas elecciones generales.
Además, hay muchos votantes a fuerzas locales que votan en las generales a partidos de ámbito estatal.

Es un despropósito, que ha esgrimido el PP y ha sido aceptado al final de la campaña por Zapatero, considerarlas unas primarias y ganador al que suma más votos. La reciente encuesta del CIS así parece confirmarlo. Sin embargo, la afirmación de que el ganador es el PP se va a convertir, con ayuda de los medios de comunicación que le apoyan, en una consigna hasta que ya sea una creencia común. Es la técnica del PP, siempre repetida, de producir realidades virtuales que posteriormente serán operativas. Hay que reconocerle la capacidad de iniciativa para lanzar sus consignas y hacerlas debatir a todos los medios y las demás fuerzas políticas  Esta proclama servirá para mantener movilizados a los votantes del PP, no está claro si desanimarán a los de la izquierda o al contrario les harán reaccionar y acudir a las urnas, lo que parece más probable.

La asociación estadística entre “ganar” las municipales y después las generales es una asociación casual y no causal. Sin embargo, es un hecho objetivo que el poder autonómico y municipal de la izquierda ha aumentado. ¿Y qué otra cosa que el poder se ventila en unas elecciones? En el momento de escribir este artículo, el PP ha perdido la mayoría de gobierno en Navarra, Baleares y Canarias, que mediante pactos pueden pasar al PSOE apoyándose en fuerzas nacionalistas, regionalistas y en IU.
En cuanto a los ayuntamientos se gana Las Palmas y Tarragona por el PSC, mediante pactos casi seguros con IU o fuerzas nacionalistas se ganarían Jaén, Toledo, Orense, Vigo y Vitoria, mientras gana el PP Cuenca y Guadalajara. Pueden también ser gestionados por el PSOE, aunque depende de fuerzas locales, Soria, Zamora, Palma de Mallorca, Cáceres y es más dudoso el caso de Pamplona.
Especialmente importante sería el caso de Baleares, emblema de la destrucción urbanística y de la corrupción, pero sobre todo está Navarra, donde el PP ha planteado los infundios de su entrega a Euskadi, lo que ha producido el salto espectacular de Nafarroa Bai, una alianza nacionalista. Sin embargo, el PSOE tendrá que plantear con tiento esta alianza, ya que será usada por el PP de forma desaforada de cara a las generales, como prueba de la entrega a Euskadi. En la misma línea se sitúa el gobierno de Vitoria, si se acuerda con el PN, sería un retroceso descomunal para el PP, que ha perdido votos en el País Vasco.
También debe señalarse la importancia de las fuerzas locales para los pactos, que favorecen en general al PSOE ante el aislamiento del PP.

La abstención ha sido algo superior a la de las anteriores elecciones municipales, pero sólo es significativa en Cataluña y Euskadi, explicable por las tres votaciones consecutivas en el primer caso y por el clima de coacción en el segundo.
Esto no quiere decir que no sea grave la caída general de votos del PSOE, agravada por la incapacidad de contestar la pretensión del PP de haber ganado las elecciones y de vender sus éxitos.

¿Cuál es el problema para la izquierda actual? ¿Qué puede desprenderse de estas elecciones? Se estanca IU que llega a perder la mayoría absoluta de Rosa Aguilar en Córdoba. Éste es uno de los problemas, ya que la izquierda es plural y ninguno de los dos partidos de ámbito estatal crece, frente a un  PP que articula toda la derecha. Debe señalarse el ascenso del PP en Valencia y sobre todo en Madrid. En Valencia y en Murcia es espectacular la nula influencia que ha tenido la corrupción en el voto. Casos como el de Fabra elegido para la diputación de Castellón, permiten preguntarse si la corrupción es aceptada como un mal menor. No puede pensarse más que en una cierta corrupción de la misma democracia; se supone que todos los políticos son iguales, que todos van a robar lo mismo o, peor, que una parte de los votantes se benefician de ella y se convierten en cómplices.
Desde los resultados del PP en la Comunidad y más todavía en el Ayuntamiento de Madrid, se explican de sobra los 160.000 votos de más en todo el país, ya que tienen una ventaja de medio millón en Madrid. También incide la menor tasa de participación en una comunidad de izquierdas como Cataluña y algo menos en Andalucía. Madrid se ha convertido en el fortín de la derecha. Esperanza Aguirre envuelta en su populismo y Gallardón en sus obras, se perfilan como candidatos a suceder a Rajoy si éste pierde las próximas elecciones generales.

Así que habría que mirar de cerca Madrid, ¿por qué este desastre? Algo tendrá que ver con una oposición que apenas se ha hecho notar durante estos cuatro años y con unos candidatos nada ilusionantes. Simancas, derrotado en la repetición de las anteriores autonómica tras la traición de dos miembros de sus listas, era un candidato que lejos de dimitir volvió a la carga. En cuanto al Ayuntamiento, es deplorable el episodio de Bono, la incapacidad de buscar un candidato con tirón y con tiempo por delante. Y, por último, la deplorable campaña de Sebastián disputando el centro a Gallardón y con terribles errores. A esto hay que añadir las divisiones en IU y el intento de desalojar de las listas a Inés Sabanés. Es increíble que el PP sea la fuerza más votada en todos los distritos salvo Puente y Villa de Vallecas y Vicálvaro. La falta de un trabajo con la gente, unida a la inexistencia de un proyecto de ciudad, debe haber conducido a la abstención de votantes de izquierda.
También tendrían que analizarse errores locales de gestión, de listas o deriva general para explicar la pérdida de ciudades como San Sebastián de los Reyes, Alcobendas y Torrejón.
Este fracaso tendría que llevar al PSOE a la renovación de su organización y a planificar sus candidatos, con los próximos cuatro años como periodo de lanzamiento. Lo peor que puede pasar es que la izquierda sea incapaz de ejercer una oposición, con nuevas propuestas de ciudad que incidan en los ciudadanos.

Independientemente de los errores de los partidos que representan a la izquierda hay que analizar el éxito del PP, el por qué de su subida. Madrid concentra todos los medios de comunicación más influyentes, en su mayor parte de derechas o que han apoyado a Gallardón. En Madrid se ha concentrado el discurso de manipulación del terrorismo con las grandes manifestaciones. También se han realizado obras de gran impacto, unas necesarias como el metro y otras innecesarias como la M30.
En Euskadi hay que señalar como positivo el mayor equilibrio entre el PSOE, debido a su subida, y el PNV, lo que, junto al retroceso del PP, supone el fracaso, al menos allí, de la estrategia de manipulación del terrorismo. Se pueden abrir acuerdos transversales entre nacionalistas y no nacionalistas, tan necesarios.
Son un problema los votos recogidos por ANV, rostro visible de Batasuna, que mantiene sus apoyos si se consideran las listas legales e ilegales; esos 187.000 votos no pueden despreciarse. Parece difícil eliminar el peso de una fuerza que en Guipúzcoa está en segundo lugar.

¿Se puede sacar alguna conclusión de cara a las próximas elecciones generales? No puede pensarse en una copia de los resultados, pues parece probable la movilización de votantes de izquierda que se han abstenido. También hay que considerar el cambio de voto que se da en la generales, aunque hay que tener en cuenta que muchos votos a IU en las demarcaciones provinciales se pierden.
En primer lugar, es probable que continúe la oposición del PP usando el terrorismo y Navarra, quizá aumentada si cabe. Aunque el PP ha perdido poder, hace una lectura que traslada la mayoría de votos hacía las generales y supone que va bien. De hecho, mentiras y despropósitos no parecen haber influido en retracción de voto al PP. Como no cabe pensar que sus ocho millones de votantes sean de extrema derecha, debe considerarse que su discurso les parece aceptable para conseguir el poder y no les escandaliza. Este mensaje, con la presencia de ANV en algunos ayuntamientos, los pactos posibles en Navarra y la plaza de Pamplona, envuelve al Gobierno y al PSOE, que no sabe salir de esta dinámica perversa.
En segundo lugar, hay un fallo estrepitoso del Gobierno en comunicar a los ciudadanos las acciones legislativas y de gobierno que les están favoreciendo. El último caso ha sido la reciente Ley del Suelo.

En tercer lugar, la soledad de Zapatero al afrontar todos los temas, incluso estas elecciones, excepción hecha de la  ayuda en clave menor de la vicepresidencia, y con el déficit añadido de las salidas de tono de Blanco.
Sobre todo debe señalarse la hegemonía del discurso del PP, sobre el que giran de manera defensiva las contestaciones del Gobierno, así como la incapacidad de éste para convertir sus propuestas en la clave del discurso político y llegar a los ciudadanos.
Por último, la ausencia de un discurso claro, que ponga en primer plano los problemas que más preocupan, debe achacarse a toda la izquierda actualmente vigente. Los debates se hacen desde la ideología de la derecha ascendente en el mundo y sobre las últimas ocurrencias del Partido Popular.
En definitiva, el Gobierno debe ponerse las pilas de cara a las elecciones generales, pero también todas las fuerzas políticas y en definitiva todos aquellos que consideremos una pesadilla la llegada al poder de este Partido Popular ultraderechizado.