Trasversales
Sonia Tridente

Despenalizacion del aborto

Revista Trasversales número 8,  otoño 2007, versión electrónica

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Gritan mucho los "pro vida" (ja, ja) empeñados en hacernos la vida imposible. El lobo, el lobo, el lobo…, esto es, el aborto, el aborto, el aborto. A la mierda. Olvidemos su fanfarria, pasemos de ellos, aunque nos llamen asesinas. Que no nos despisten. Nuestro problema es que el aborto es un delito en España. ¡Y ya está bien! Y para que sea delito sólo hay una razón: calmar a las fieras. Pero las fieras no se calman.
¿Delito? Claro que sí, delito, excepción hecha de algunos casos muy extremos.
Delito castigado:
"1. El que produzca el aborto de una mujer, con su consentimiento, fuera de los casos permitidos por la Ley, será castigado con la pena de prisión de uno a tres años e inhabilitación especial para ejercer cualquier profesión sanitaria, o para prestar servicios de toda índole en clínicas, establecimientos o consultorios ginecológicos, públicos o privados, por tiempo de uno a seis años.
2. La mujer que produjere su aborto o consintiere que otra persona se lo cause, fuera de los casos permitidos por la Ley, será castigada con la pena de prisión de seis meses a un año o multa de seis a veinticuatro meses."

Con tres excepciones:
"No será punible el aborto practicado por un médico, o bajo su dirección, en centro o establecimiento sanitario, público o privado, acreditado y con consentimiento expreso de la mujer embarazada, cuando concurra alguna de las circunstancias siguientes:
1º: Que sea necesario para evitar un grave peligro para la vida o la salud física o psíquica de la embarazada y así conste en un dictamen emitido con anterioridad a la intervención por un médico de la especialidad correspondiente, distinto de aquél por quien o bajo cuya dirección se practique el aborto. En caso de urgencia o riesgo vital para la gestante, podrá prescindirse del dictamen y del consentimiento expreso.
2º: Que el embarazo sea consecuencia de un hecho constitutivo de delito de violación del artículo 429, siempre que el aborto se practique dentro de las doce primeras semanas de gestación y que el mencionado hecho hubiese sido denunciado.
3º: Que se presuma que el feto habrá de nacer con graves taras físicas o psíquicas, siempre que el aborto se practique dentro de las veintidós primeras semanas de gestación y que el dictamen, expresado con anterioridad a la práctica del aborto, sea emitido por dos especialistas del centro o establecimiento sanitario, público o privado, acreditado al efecto, y distintos de aquél por quien o bajo cuya dirección se practique el aborto.
"

Por tanto…
a) Para abortar, a la calamidad de un embarazo no deseado tiene que sumarse otra desgracia presente o potencial: tu vida o salud en grave peligro, te han violado o se presumen graves taras si el feto llega a nacer. Los legisladores no se han olvidado de resaltar grave en dos de los tres supuestos. Ni siquiera basta un peligro para tu vida y salud, tiene que ser "grave peligro". Un poco más, y habrían escrito también, para el segundo supuesto, "grave violación", no han llegado a tanta indecencia, aunque, como puede verse, los legisladores han estimado de hecho que es el caso menos justificado, ya que sólo lo permiten durante las 12 primeras semanas, mientras que para el primer supuesto no hay plazo y para el tercero es de 22 semanas. La penitencia limpia el pecado para los católicos, el sufrimiento y el riesgo limpia el delito para los legisladores. Todo muy "judeocristiano". La diferencia es de grado. Importante, pero de grado.

b) Ni siquiera en esos casos hay libre decisión de la mujer afectada. Deben avalarlo las "autoridades". Supuesto 1: dos médicos, salvo extrema urgencia. Supuesto 2: la policía, ante la que debe haberse presentado denuncia (a recordar que sólo se denuncia una de cada seis agresiones sexuales, como ha resaltado recientemente Tina Alarcón, y que el plazo en este caso es de sólo 12 semanas). Supuesto 3: dos especialistas de un centro sanitario acreditado. Y, no lo olvidemos, quizá los jueces, pues hay precedentes de casos que han llegado a los juzgados para que sean ellos los que dictaminen si se cumple (o se cumplía en su momento) alguno de los tres supuestos, con riesgo de condena sobre la mujer y sobre el personal sanitario afectado. ¿Falta el cura? En realidad no, ya que sólo la claudicación de los legisladores ante él explica que el aborto sea, en general, delito.

¿Es esto importante?
Pues claro que sí. Es una inadmisible tutela sobre nuestro cuerpo. Y las consecuencias prácticas son horribles y pueden serlo mucho más.
Hay muchas razones para que una mujer embarazada que no haya sido violada y cuya salud no correría "grave peligro" por llevar la gestación hasta el parto no quiera tener una criatura, aunque ésta no vaya a tener taras graves. Así que la ley deja "fuera de la ley" muchos casos, en los que la mujer deberá recurrir a aborto clandestino o tener una hija o un hijo no deseados. Es malvado. Puede destrozar una vida humana realmente existente, no esas vidas "prehumanas" que tanto interesan a algunos. Nadie habla ya de estas mujeres, son las olvidadas, obligadas a elegir entre el delito o la maternidad que no quieren. Algunos cínicos legisladores dicen que tales casos no existen, pues se acogerían a la fórmula "peligro para la salud psíquica", así que no hay que preocuparse por eso. Váyanse a la mierda, ustedes no son mucho mejores que los "antiabortistas". Para que ustedes sigan templando gaitas con los curas, "no te doy todo, para ti que sea pecado entero y para mí delito a medias", ¿tendrían que fingir tener la salud dañada mujeres capaces de mantener su equilibrio psíquico incluso tras un parto no querido, lo que es difícil pero no imposible? ¿Todo para que ustedes queden bien, para que nadie les acuse de ser "muy abortistas" -igual les acusan-? Menos hipocresía.

Dicho eso, quiero pararme en eso del "peligro sobre la salud psíquica". Según el Centro Joven de Anticoncepción y Sexualidad el 98% de los abortos se realizan bajo esa excepción. Perfectamente normal, no hay que buscar a ello explicaciones fraudulentas. La maternidad no deseada es destructiva y es altamente probable que tenga efectos psíquicos dañinos, mucho más probable que los riesgos para la "salud física" (ay, cuerpo y alma, que curillas son nuestros diputados), que el embarazo por violación o que las deformaciones fetales. Ahora bien, un gobierno reaccionario y beatorro que quiera poner fin al aborto sin atreverse aún a cambiar la ley haría lo que los obispos han pedido varias veces como su opción segunda: hacer una interpretación y una aplicación tan restrictiva de la ley que prácticamente haga imposible recurrir a ella sin riesgos de cárcel. Podría hacerlo. Siempre encontrarán gentes dispuestas a denunciar (en algún hospital ya ha habido denuncias de un médico contra compañeros suyos que practicaron un aborto en condiciones de grave riesgo para la vida de la mujer embarazada), siempre encontrarán "especialistas" dispuestos a declarar que es falso que en tal caso haya grave peligro para la salud psíquica -como los hay para decir que lesbianas y gays somos "curables"-, y quizá encuentren jueces dispuestos a dar más crédito a tales gentes que a la mujer y que a los profesionales que acreditan los riesgos para ella.

Ya ha habido numerosos casos. Germán Sáenz de Santamaría y otros profesionales han padecido larguísimos e injustos procesos judiciales. Y no está de más recordar que el Hospital Severo Ochoa, sobre el que Esperanza Aguirre volcó su mala leche con absurdas acusaciones de matar enfermos, era también uno de los pocos centros públicos de la Comunidad de Madrid en los que se practicaban abortos. Casual.

Imaginemos que estuviese en el Gobierno, por ejemplo, el PP de Zaplana, Acebes, Aguirre, Aznar o su telonero Mariano, el primo de su primo. Imaginemos que se siente fuerte y que está agradecido a la COPE, a Losantos, a "los santos" y demás entramado vaticano-episcopal. Imaginemos que se empeña en denunciar caso tras caso poniendo en cuestión que se ajusten a los supuestos establecidos por la ley. Estaríamos casi, casi, en la misma situación que bajo el franquismo. Y si eso ocurre la culpa será suya pero también de todos los gobiernos que desde 1985 hasta ahora han mantenido esta ley vergonzosa.

¿Hay solución? Claro, cambiar la ley. ¿Cómo? Algunos proponen -aunque no se han atrevido a cumplir la promesa de hacerlo en esta legislatura- el cuarto supuesto, socioeconómico. Mejor que lo actual sería, pues abriría otra puerta. Pero responde a la misma lógica. Para abortar, hay que tener más penas. Pues no, una mujer tiene tanto derecho a abortar si está forrada de dinero como si es pobre. A las mujeres pobres hay que ayudarlas a dejar de serlo, no "otorgarles" la posibilidad del aborto, y a las mujeres ricas hay que cobrarlas más impuestos -como a los ricos-, no negarlas el derecho a abortar. Todo esto sigue apestando a incienso. Sean claros, si creen que el aborto es un crimen, como dicen creer los anti-derecho al aborto declarados, tendrían que estar contra el aborto, y si el aborto no es un crimen, déjense de tonterías y de regulaciones sobre el cuerpo y la vida de las mujeres.

Resumen: si no hay otra opción, mejor cuarto supuesto que quedarse así, como mejor es que en una tiranía encarcelen a los disidentes a que los fusilen. Pero no por eso es bueno. Todo esto de los supuestos sigue siendo una manera de recortar la soberanía de las mujeres sobre la maternidad, sigue siendo criminalizar el aborto. Sin cinismos: DESPENALIZACIÓN TOTAL DEL ABORTO VOLUNTARIO, YA, con garantía de poder realizarlo de manera gratuita, vía sistema sanitario público. Como mucho, podría abrirse un diálogo sobre la existencia de algún plazo (no menor a 24 semanas) en los casos en los que no hay riesgo para la vida o salud de la mujer embarazada, me inclino por la despenalización total pero estoy dispuesta a atender los argumentos de las compañeras que optan por los plazos. Y, por cierto, también debe reconocerse a las menores el derecho a decidir sobre su maternidad. Ningún padre o tutor tiene derecho a decidir por una joven embarazada, sea cual sea su edad. Se trata de la vida de ella, no la de ellos. ¿Os imagináis la tragedia de una chica de 17 años obligada a parir por su padre? O de 14, tanto da.
¿Quiere decir esto que el aborto es buena cosa? Pues no, y nadie lo sabe mejor que quienes han pasado por eso. Mejor evitarlo, tener cuidado, usar métodos anticonceptivos. Pero es un mal menor. Y no es "malo" en el sentido ético, sino sólo porque no es beneficioso para la mujer ni para su cuerpo… pero es mucho menos malo que una maternidad no deseada. En temas de salud, los curas no tienen nada que decir. Bueno, que digan lo que quieran, pero no hay que hacerles ni caso.


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