Trasversales
José Luis Redondo

Ante las elecciones ¿cómo votamos?

Revista Trasversales número 9,  invierno 2007-2008

Textos del autor
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Todas las encuestas indican el mantenimiento del apoyo al PP por la mayor parte de sus votantes. ¿Cómo es posible que se mantenga este apoyo a pesar de la clase de oposición que ha hecho?
Las mentiras e infundios inverosímiles sobre el atentado de Atocha; los gritos indignados sobre las negociaciones con ETA, acusando al Gobierno de entregarse a los terroristas; las proclamas de que España se rompe por la aprobación del Estatuto de Cataluña (con contenidos semejantes a los aprobados en los de Valencia, Andalucía o Castilla y León); la “venta” de Navarra a Euskadi, que acabó en la entrega de su gobierno a la derecha; el apoyo a las pretensiones de la Iglesia de imponer su modelo de moral y de familia. Todos estos aspectos no pueden aceptarse racionalmente por una parte importante de los votantes del PP. No es posible que crean y comulguen con tantas patrañas. Sólo puede reconocerse en ellas un sector mucho más restringido, que podemos situar en la ultraderecha.

Para intentar comprender esta fidelidad de los votantes puede utilizarse la tesis de  Lakoff (No pienses en un elefante, Ed. Complutense). Lakoff es un lingüista que ha investigado el lenguaje político y el dominio de la comunicación pública por parte de los conservadores en Estados Unidos. Si se plantea a cualquiera que no piense en un elefante, no dejará de tener en cuenta al elefante. Se trata del marco en el que se expresa la comunicación política. Este marco es el conjunto de ideas y valores en el que cimentar una determinada concepción del mundo. Para Lakoff, la concepción conservadora se basa en la familia estricta y para la progresista en la familia protectora; sin llegar a compartir la idea de que el tipo de familia sea la base de la concepción política, sí puede aplicarse parte de su análisis a la situación española.
Se trata de considerar que la mayor parte de los votantes no votan en función de sus intereses, no son electores racionales, sino que lo hacen en función de las ideas y valores con los que se mueven socialmente. Se trata de una cierta concepción social, en la que sin duda la familia juega una parte significativa. Estas ideas y valores, predominantemente conservadores, han ocupado la opinión pública en EEUU y también en España. No meramente por el discurso político, aquí del PP, sino por una serie de medios de comunicación y de organizaciones sociales que se han hecho oír preponderantemente.

Ya el segundo mandato de Aznar sirvió para recobrar renovados discursos que se habían dado durante el franquismo, típicos del nacionalcatolicismo e incluso anteriormente propios de la España “eterna”. También sirvió para potenciar medios de comunicación ultraconservadores y manipuladores, a veces por debajo de la envoltura de sus discursos. En este sentido, han destacado como vanguardia la COPE y El Mundo, con otros medios en segunda línea. Igualmente se estructuraron y potenciaron organizaciones que han jugado un papel activo en sectores diversos, como la CONCAPA en educación, la AVT en antiterrorismo, las organizaciones católicas defensoras de la “familia estricta” y, como cabeza, la jerarquía católica con todas sus derivaciones, así como la FAES, con Aznar como inspirador máximo, formuladora de las grandes líneas políticas de la oposición de derechas.
Todo este entramado social se ha lanzado a la ofensiva tras la derrota electoral del PP. Ha conseguido dominar los mensajes públicos, ha personalizado en Zapatero todos los males que según ellos estaban destruyendo las tradiciones, lo que éramos como españoles. Ya no éramos católicos, ni teníamos la familia heterosexual con descendencia, ni formábamos una patria unida, ni éramos fuertes frente al terrorismo, ni en el mundo éramos amigos del más fuerte, Estados Unidos. No éramos ni machistas ni patriotas.

En este dominio del discurso ha navegado la oposición del Partido Popular, a veces encabezándola, pero otras siguiéndola a su pesar. Ha facilitado esta línea la continuación del equipo de Aznar en la dirección del partido.
Algunas de las ideas fuerza y de los valores asociados que han manejado son :
- Patria y patriotismo, la búsqueda de una España centralizada, envuelta en su bandera, en realidad anterior a la Constitución democrática. De aquí los gritos de “España unida y no rota”, de “Cataluña rompe España”, de “Navarra se vende”, de aquí las banderas hasta en el cuarto de baño.
- Con el terrorismo no se negocia. Firmeza y poder, no hacemos concesiones y ellos se bajan los pantalones. No importa que los hechos les desmientan -Aznar negoció-, se trata de fortalecer el marco ideológico. La AVT ha encabezado todas las manifestaciones, que han sido en realidad contra el Gobierno.
- Familia estricta, heterosexual. El padre manda, la madre conserva el hogar y cuida de los hijos. La familia tradicional, que aparece como la última célula social, es más importante que los individuos. De aquí la agitación frente al matrimonio entre homosexuales, el papel de la educación, tanto con la Religión en la escuela como con la Educación para la ciudadanía. En este campo la Iglesia católica ha sido la gran agitadora e impulsora de las campañas.
- Bajar los impuestos. Se trata de que el que vale triunfa y el Estado debe ser mínimo, lo privado es siempre mejor, tanto en la escuela como en la gestión de los servicios públicos. En este aspecto la presidenta de la C.A. de Madrid, Esperanza Aguirre, ha sido la punta de lanza del liberalismo, con la TV autonómica a su servicio.
- Han estado en segundo plano, pero sonando como acompañamiento, los temas de Orden y de rechazo de los inmigrantes. Los ataque últimos de grupos fascistas y las agresiones individuales se dan con el acompañamiento de la música xenófoba que ha sonado en algunos medios del PP.

Todos estos valores, y otros que pueden analizarse, forman el marco conservador, el sonido de toda la legislatura, y han sido dominantes en lo público. Su crítica y negación han servido para que ocupen todavía más la centralidad del discurso público, han marcado la crispación actual en el círculo de políticos y periodistas y al final han afectado a la población. El elefante esta aquí aunque se le niegue.
Este discurso, disciplinadamente emitido y repetido incesantemente, ha servido al PP para mantener unidos y apoyándole a sus anteriores votantes. Los sectores progresistas, empezando por el Gobierno, han sido incapaces de romper este marco, las medidas legislativas y gubernativas que favorecían a los ciudadanos no se han visto ni oído, el ruido mediático lo ha ocupado todo. El PSOE, las fuerzas políticas y sociales de izquierda no han propuesto otro marco progresista y la ciudadanía que puede compartir este marco ha estado desmovilizada.

¿Qué tenemos que hacer los que apoyamos otro modelo social, que en parte ya ha propuesto el Gobierno de Zapatero?
Es posible que haya mucha mayor variedad de ideas y valores entre los sectores progresistas y de izquierda que entre la derecha. De momento puede descartarse que hacer concesiones sirva para avanzar en votos. Recoger en el discurso o en la práctica parte de las formulaciones conservadoras sólo sirve para fortalecer el marco de éstas.
Concesiones como ha hecho el PSOE en Navarra, entregando su gobierno a la derecha. Concesiones continuas a la Iglesia en lo que se refiere al laicismo, al Concordato y a las finanzas de aquella. Concesiones en la rebaja de impuestos, apoyando una concepción liberal de éstos, sin manifestar el sentido de los impuestos para mantener y aumentar las prestaciones sociales y para combatir las desigualdades. Todas estas concesiones no aplacan a la fiera, sino que fortalecen los valores conservadores que impulsa.

Se trata, por lo tanto, siguiendo a Lakoff, de impulsar un marco progresista, un marco que él identifica con la “familia protectora”. Aspectos como:
- Ciudadanos en vez de patriotas
- España plural en vez de España unitaria
- Nuevas formas de familia en vez de la familia tradicional
- Más prestaciones sociales y mejor gestión frente a menos impuestos
- Responsabilidad personal frente al orden obligado

Señala Lakoff que para cambiar el marco se deben desarrollar en sentido progresista valores, principios y direcciones políticas adaptadas a dichos valores y principios, junto a un discurso conciso que las englobe.
Se trata de juntar lo que une, la base de las corrientes progresistas anteriores a sus diferencias. Sólo subrayando lo común se puede cambiar el marco, desplazar al elefante.

Señala Lakoff valores como: Preocupación por los demás / Protección, realización de la vida, justicia / Libertad, oportunidades, prosperidad / Comunidad, servicio, cooperación / Confianza, honradez, comunicación abierta
Y principios como: Equidad / Igualdad / Democracia / Un gobierno para un futuro mejor / Negocios éticos / Política exterior centrada en valores.

En función de estos valores y principios establece unas direcciones para la política en EEUU.

No debería ser complicado formular en España un discurso, que sea emocional, que produzca adhesión entre los sectores progresistas. Por ejemplo:
- Proponer el aumento de la democracia, fomentando nuevas formas de participación.
- Desarrollar un país federal, con desarrollo autonómico y participación en la unidad, reformando el Senado y los órganos de colaboración.
- Luchar contra el cambio climático, desarrollando el ahorro y las energías renovables. Otro modelo de consumo energético. Freno y recomposición de la destrucción del medio ambiente.
- Desarrollar nuevas formas de protección social, compensando las diferencias sociales y autonómicas. Implantación de las prestaciones por dependencia, más mejoras en la sanidad, mejoras en la educación, facilitar el acceso a la vivienda.
- Impuestos, los necesarios para el bienestar social y equilibradores de los ingresos.
- Impulso a la Investigación y el Desarrollo, tanto público como privado. Desarrollo de las nuevas tecnologías como otro eje del crecimiento en vez de la Construcción.
- Desarrollo del laicismo, liberación del peso de la Iglesia en la escuela, la sanidad, las ceremonias privadas y públicas. Cambio del Acuerdo con el Vaticano.
- Aumento de los derechos individuales, el aborto de plazos, la eutanasia, derechos políticos de los inmigrantes.
- Freno a la corrupción municipal y de otro tipo, acuerdo con otras fuerzas políticas. Transparencia frente a la mentira.
- Política exterior dirigida a fortalecer la Europa política, respetuosa de los derechos humanos, independiente de EEUU. Aumento de las ayudas al desarrollo.

Estos aspectos y otros pueden servir para lanzar un marco político progresista, válido para diferentes fuerzas políticas con este carácter.
De aquí a las elecciones generales debería ocupar la escena el discurso progresista, formar el marco que se enfrente al conservador. Debería interesar a los sentimientos, a los principios y a los valores de los ciudadanos progresistas e impulsarlos al voto. Sin embargo, el comienzo de la campaña electoral del PSOE no parece comprenderlo, está comenzando a asumir parte del discurso conservador, respecto a la Iglesia, la fiscalidad, el aborto... Es un mal camino y un camino equivocado. Desanima a parte de sus votantes, lo que ya ha ocurrido en ocasiones anteriores, provocando la derrota del PSOE.
Sólo un discurso progresista preponderante puede permitir ganar las elecciones y debería continuar hegemónico durante la siguiente legislatura.

Madrid, diciembre de 2007


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