Trasversales
Cathy Nugent

La guerra rusa en Georgia: relato de "errores"

Revista Trasversales número 11, verano 2008

Texto publicado en inglés en Workers' Liberty



Rusia ha ganado su guerra en Georgia. A pesar de los acuerdos de alto el fuego con Georgia, tropas rusas siguen entrando y rodean territorio el territorio cercano a Tiflis, la capital georgiana. A más presión diplomática occidental sobre Rusia, más beligerancia rusa.

Como primera evaluación, puede decirse que la guerra en Georgia fue producto de tres "errores".

1. La afirmación del control ruso sobre su "patio trasero"

Los objetivos de guerra rusos van mucho más allá de cualquier "defensa" del pueblo de Osetia del Sur y de cualquier búsqueda de "justicia" para él.  Osetia del Sur, junto con Abjasia, reclamaron la independencia a principios del decenio de 1990, tras la desintegración de la URR, y desde entonces han sido Estados de hecho, aunque no reconocidos internacionalmente. Muchos hablan ruso, recientemente se han entregado pasaportes rusos y tienen conexiones con Osetia del Norte, actualmente integrada en Rusia.
El presidente georgiano Mijail Saakashvili alegó que Rusia quería derrocar su gobierno y anexionarse Osetia del Sur; esto es cierto, a pesar de la hipocresía de alguien que durante mucho tiempo ha abogado por restablecer el control georgiano en los estados de hecho.
Rusia dice ahora que quiere un referéndum para que el pueblo de Osetia del Sur decida sobre su futuro. Eso lo dice el gobierno de Vladimir Putin, que ha vaciado las (débiles) instituciones democrático- burguesas de Rusia obtenidas tras la caída del sistema estalinista. Putin es un cínico bandido autocrático. Contrasta su retórica sobre la "autodeterminación" de Osetia del Sur con su extraordinaria brutalidad contra el impulso de la población chechena hacia la independencia.
¿Qué tipo de resultado aceptarían los rusos en ese referéndum? ¿Aceptarían la unión de Osetia del Sur y Osetia del Norte en un estado plenamente independiente? Eso sólo podría ocurrir si Rusia tuviese garantizado un control total sobre la nueva Osetia.
La invasión rusa muestra un resurgimiento del imperialismo ruso que sigue considerando al  Cáucaso como su propio patio trasero. Pase lo que pase, los nuevos estados independientes de Georgia y otros países de la región -largo tiempo cautivos en el Imperio zarista y luego en la URSS, una "prisión de naciones"-  seguirán amenazados.

2. La incursión georgiana

El intento, durante los días 7 y 8 de agosto,  del gobierno georgiano de recuperar la soberanía territorial en Osetia del Sur fue aventura sangrienta y políticamente temeraria. Los georgianos han sido mal encaminados.
También fue incorrecto, por mucho que los georgianos teman el control ruso sobre los territorios en disputa.
La población de Osetia del Sur es un pueblo con una historia distinta que tiene derecho a su autodeterminación. Aunque la acción georgiana puede haber pretendido adelantarse a la anexión de Rusia, y aunque fuese justificado el temor por los muchos georgianos que viven en ese territorio, esta acción también fue obra de un gobierno nacionalista, decidido a "reintegrar" Osetia en Georgia. Si el pueblo de Osetia del Sur quiere la independencia, es su derecho. Por otra parte, las aspiraciones democráticas del pueblo no son sinónimo del las ambiciones de su proto-gobierno, conducido por un ex funcionario soviético a sueldo de los rusos.

3. Militarización OTAN

La acumulación de fuerza y la militarización de territorios dentro de la OTAN, así como el futuro plan de entrada de Georgia en la OTAN, han contribuido a exacerbar la hostilidad entre el imperialismo ruso y el más pequeño estado. La acción rusa también ha servido como mediación para su rivalidad con Occidente, que quiere alejar a Rusia de las fronteras occidentales. Rusia quiere revertir la pérdida de prestigio y de influencia que ha tenido lugar desde el final de la Guerra Fría.
Pero por mucho que las grandes potencias occidentales crean estratégicamente importante a una Georgia, con un oleoducto, ligada a su red militar, tampoco quieren aventurarse, por la pequeña Georgia, al riesgo de una guerra con Rusia. El Gobierno de Georgia parece haber creído que los EEUU apoyarían "enérgicamente"(?) su política "exterior" en los territorios en disputa. Sin embargo, el apoyo de EEUU ha sido bastante pequeño.

¿Qué mantenemos los socialistas?
Estamos a favor de la autodeterminación de Osetia del Sur y Abjasia. Nos oponemos a la amenaza de Rusia sobre la autodeterminación de Georgia.
No nos guiamos por las fronteras actuales de Georgia o Rusia. No nos preocupamos por las "reivindicaciones territoriales" de las grandes potencias. Nos preocupamos por los derechos de los pueblos a decidir por mayoría su propio futuro. Somos demócratas coherentes, así que donde hay una minoría -como en Osetia del Sur, que tiene un gran porcentaje de personas de origen étnico georgiano- sus derechos democráticos también deben ser respaldados. En definitiva, estamos a favor de la unidad de los diferentes pueblos, en primer lugar de sus clases trabajadoras, en una federación socialista en el Cáucaso.

Las perspectivas para que la autodeterminación de los pueblos oprimidos de Georgia se logre de forma consecuentemente democrática, es decir, teniendo en cuenta las aspiracionesde las minorías dentro de los territorios en disputa, son muy sombrías. Hay una terrible posibilidad de que, durante largo tiempo, se renueven los conflictos étnicos y la limpieza étnica en Osetia del Sur y Abjasia. Esta breve guerra ya ha causado un enorme desplazamiento de personas. La responsabilidad corresponde a las distintas fuerzas burguesas que actualmente ocupan en la región el espacio político y territorial.
Los  socialistas deben ponerse en contacto y solidarizarse con las fuerzas socialistas y de izquierda, así como con las organizaciones del movimiento obrero en la región.
 

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