Trasversales
Rolando Astarita

La crisis financiera (fragmento de libro de próxima publicación))

Revista Trasversales número 12, otoño 2008




La crisis financiera estalla en el marco de una economía debilitada. La recesión de 2001 en Estados Unidos fue suave, pero la recuperación posterior fue débil. Entonces enormes masas de capital líquido, que no se volcaron a la producción, buscaron valorizarse en un contexto de tasas de interés bajas, iniciando el movimiento especulativo sobre los activos inmobiliarios. Lo que terminó en el estallido de la burbuja. A su vez, desatada la crisis, la caída en la esfera financiera reactúa sobre el conjunto de la economía, principalmente vía la subida de las tasas de interés y la restricción del crédito, empujando hacia abajo el consumo y la inversión. Lo cual incide negativamente sobre lo financiero, lo que reactúa sobre el crédito. Es en este cuadro que insertamos la acción del gobierno de Estados Unidos y de otras potencias. Las fuertes intervenciones de la Reserva Federal, del Tesoro de Estados Unidos, del Banco Central Europeo, etc., han evitado que la caída del sector financiero lleve a un quiebre masivo del sistema bancario –como sucedió en la crisis del treinta– pero no han evitado que la economía se fuera deslizando hacia la recesión, ni que continuara la desvalorización de capitales.


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