Trasversales
Workers Liberty

Sí a la lucha por los puestos de trabajo, pero para todos los trabajadores

Revista Trasversales número 13 febrero 2009




"Queremos ser cuidadosos con el nacionalismo, chavales, para que las cosas no se pongan desagradables. No tengo nada contra los trabajadores italianos como tales, están haciendo un trabajo, poniendo la comida sobre la mesa de sus familias (...) No son sin papeles, ya que son ciudadanos de la UE y están legalmente autorizados a trabajar aquí. Además, esto es racista. Muchos de nosotros hemos trabajado en el extranjero - Alemania, España, Oriente Medio -, ¿nos preocupamos entonces por el empleo en esos países? Meterse con esos trabajadores sólo nos va a dar mala fama y volverá a la opinión pública contra nosotros (...) El problema lo tenemos con el concurso, con la dirección de Total y probablemente, el Gobierno por permitir que las empresas extranjeras obtengan los contratos con ofertas a la baja" (un huelguista de la Lindsey Oil Refinery, en la web de los huelguistas)

Una huelga salvaje se extendió por todo el Reino Unido durante alrededor de una semana a partir del 30 de enero, en apoyo a una huelga de trabajadores de la construcción en la empresa Lindsey Oil Refinery situada en Lincolnshire, a causa de la contratación de una empresa italiana para los trabajos de reparaciones en la refinería, que trasladó a trabajadores italianos (no sindicalizados) y desplazó así a trabajadores contratados en las condiciones establecidas por el convenio (national union agreement for the engineering construction industry). parte del telón de fondo de la huelga es el incremento del uso de la subcontratación en la construcción, utilizando las normas de la UE que permiten a los contratistas saltarse los convenios negociados con los sindicatos utilizando a bajo coste subcontratistas de otros países de la UE.

El lunes 2 de febrero, los huelguistas de Lindsey adoptaron una serie de demandas sindicales positivas, y el 5 de febrero se aceptó un acuerdo que incluía importantes concesiones a esas demandas.
Pero los socialistas nos hemos encontrado ante la paradoja de que el más inspirador movimiento obrero durante muchos años se llevó a cabo bajo un lema central, "puestos de trabajo británicos para trabajadores británicos", que no responde a las necesidades que impulsaron la acción. ¿Cuál debería ser nuestra actitud?
"Cuando veo a un trabajador en lucha contra un policía, no necesito preguntarme de qué lado estoy". Este fue el comentario de George Orwell sobre el conflicto entre los trabajadores anarquistas de Barcelona en 1937 y la policía militar burguesa-estalinista que les reprimía.
León Trotsky escribió en 1938: "incluso en el patriotismo de los oprimidos, hay elementos que reflejan (...) un aferrarse a lo que creen ser su propio bien... defensa de [su] casa, [su] familia y otras familias semejantes... elementos que hay que saber cómo aprovechar para sacar las conclusiones necesarias".
Estas citas muestran la actitud que los socialistas que deben tomar ante este movimiento los socialistas que rechazan de plano el lema bajo el cual se han movilizado los huelguistas movilizados .
Los trabajadores en huelga en las obras de construcción que afectan a la  industria energética ignoraron las conservadoras leyes  antisindicales, según las cuales son ilegales las huelgas de solidaridad. En efecto, las hicieron trizas. Una fuerte y determinada acción puede desafiar a la ley, como quedó demostrado en este caso, ya que ni el Gobierno ni los empresarios utilizaron esas leyes contra la huelga. Otros trabajadores aprenderán de lo que los  huelguistas han hecho. Por primera vez en muchos años, han visto la solidaridad sindical en acción.
Los trabajadores en huelga son nuestra gente. Estamos a su lado. Se trata de un enorme movimiento de la clase obrera que debe actuar como estimulante para que otros trabajadores se planteen defenderse a sí mismos en la mayor crisis capitalista de los últimos tres cuartos de siglo. Es una erupción de la lucha de clases que puede ser precursora de muchas otras luchas. Otros trabajadores, de hecho, aprenderán de este ejemplo a actuar y desafiar la legislación antisindical.
Sin embargo, algunos también serán deseducados  a causa de esa consigna divisionista de la clase obrera: "empleos británicos para los trabajadores británicos". Existe un peligro real de que el nacionalismo y la xenofobia crezcan al luchar los trabajadores de Europa para mantener sus puestos de trabajo. Una razón de esto es que los sindicatos carecen de una estrategia para luchar por puestos de trabajo sobre una base europea.
El nacionalismo de la oleada huelguista refleja la realidad y los límites políticos del movimiento de la clase obrera. Dentro de la Unión Europea todavía existen enormes reservas de nacionalismo así como de amalgamas entre la conciencia de clase y el nacionalismo.
Si el primer ministro británico, "laborista", plantea el lema "empleo británico para trabajadores británicos", como lo ha hecho, no es sorprendente que los trabajadores también lo recojan. Lo distintivo y nuevo de este movimiento huelguístico no es el nacionalismo potencialmente suicida, que, entre otras cosas, puede dividir la clase trabajadora británica entre "inmigrantes" y "nativos", sino la militancia, la propagación de la acción solidaria y el magnífico desprecio hacia la maligna  legislación conservadora antisindical que el "Nuevo Laborismo" ha mantenido durante la docena de años que ha estado en el poder.
Este tipo de militancia faltaba en Gran Bretaña desde hace muchos años. Los socialistas no podemos poner nuestro internacionalismo y nuestro programa - unidad de la clase obrera a través de las fronteras y unidad de todos los trabajadores dentro de las actuales fronteras nacionales- como un ultimátum a los trabajadores que actúan en su nivel actual de conciencia social y sindical. Tenemos que combinar el estar del lado de los trabajadores con el argumentar desde dentro del movimiento contra los callejones sin salida nacionalistas y a favor de la solidaridad internacional de la clase trabajadora.
Se necesita con urgencia la acción organizada y desde la base, en el marco de la actual crisis económica, en la que miles de puestos de trabajo se pierden cada día. Necesitamos una acción política y sindical contra las reducciones de puestos de trabajo, contra la precariedad y la bajada de salarios, reivindicando lo que el movimiento obrero ha denominada "o empleo o salario completo", es decir, la demanda de que el gobierno organice empleos decentes para todos o un ingreso suficiente para quienes no tengan un puesto de trabajo.
Pero los trabajadores italianos no tienen la culpa de la crisis capitalista. Sólo son otros trabajadores más. Impedir la contratación de trabajadores extranjeros no va a impedir el aumento del desempleo. Lo que hará es aumentar los prejuicios contra los trabajadores de otros países y dividir a la clase trabajadora, dando así más fuerza a los patrones, en detrimento nuestro.
Cuando las huelgas salvajes comenzaron a extenderse, nuestras hermanas y hermanos de Francia pusieron de manifiesto el verdadero camino a seguir, en una huelga general nacional contra los ataques a toda la clase trabajadora en esta crisis económica mundial. Era la continuación de las huelgas generales en Grecia y en Italia a finales del año pasado bajo el lema universal de la clase obrera para estos tiempos: "Nosotros no vamos a pagar por su crisis".
"Nosotros" somos los trabajadores de todo el mundo, incluyendo toda Europa. Necesitamos una acción dirigida contra el gobierno de Gordon Brown y los grandes empresarios, en lugar de hacernos eco de las consignas de Gordon Brown. Una acción basada en demandas tales como:
- Nuevos impuestos sobre los ricos y las empresas para reconstruir los servicios públicos, creando millones de puestos de trabajo estables y socialmente útiles.
- Intensificación, en vez de recorte, de la inversión en energías alternativas "verdes", en régimen de propiedad pública directa. Esto es necesario para salvar el planeta y creará miles de empleos para los trabajadores de la construcción.
- Unidad de los trabajadores en toda la UE. Los sindicatos y delegados sindicales británicos deben trabajar con sus homólogos europeos  para hacer frente a las grandes empresas transnacionales y al mercado capitalista mundial, en torno a demandas, como, por ejemplo, la "equiparación por lo alto" de los derechos de los trabajadores y de los sistemas de protección en toda la UE. Las campañas contra la Unión Europea, que ya vienen de largo, se han alimentado en gran parte del temor de que a través de ella pudieran llegar a Gran Bretaña los sistemas de derechos y protección de los trabajadores conseguidos por los movimientos laborales en Francia, Italia, Alemania o Suecia, y que aquí se perdieron tras la ofensiva conservadora de los años ochenta. Los conservadores y el "nuevo laborismo" ha buscado excluir al Reino Unido de la legislación de la UE, en particular en lo que se refiere a las directivas sobre tiempo de trabajo y sobre los trabajadores de las ETT. Los trabajadores británicos trabajan más horas que en Europa y tienen menos derechos individuales y sindicales en el trabajo. Para hacer frente a la crisis mundial y a la inevitable realidad de las grandes empresas que a lo largo y ancho de todo el mundo contratan y subcontratan, localizan y deslocalizan, los trabajadores no necesitan una mentalidad de "primero los británicos", sino la unidad y solidaridad de los trabajadores en Europa y el mundo entero.
- O un empleo o un salario completo, es decir, o salarios decentes o unos ingreso decentes, para todos los trabajadores en Gran Bretaña y en la Unión Europea. Si el gobierno puede destinar  1,1 billones de libras en liquidez y en garantías de crédito para salvar los bancos, también puede convertir a las industrias de la energía en propiedad pública, bajo control obrero y con disminución de las horas de trabajo sin pérdida de salario para crear nuevos puestos de trabajo. Puede hacer lo mismo en las industrias del automóvil y de sus componentes, afectadas por los recortes de empleo.
- Debe haber un registro de desempleados para los trabajadores de la construcción y el Gobierno debe instaurar una tasa especial sobre la industria para garantizar una renta digna a aquellos a quienes la industria no ofrezca un empleo.
- Unidad de los trabajadores para pedir puestos de trabajo para todos, mediante el aumento de la inversión y la reducción del tiempo de trabajo. Todos los trabajadores deben ser contratados bajo un acuerdo con los sindicatos. Los detalles de todos los contratos y subcontratos deben estar abiertos a la inspección de los sindicatos. Cuando en un obra haya trabajadores de otros países, los sindicatos presentes en la obra tendrán acceso a ellos y deberían trabajar en colaboración con los sindicatos de esos países para garantizar que esos trabajadores tienen representación, junto con otros trabajadores,  a través de un sindicato reconocido en la obra.
Las consignas de "los trabajadores británicos primero" o "puestos de trabajo británicos para los trabajadores británicos" sólo pueden provocar el enfrentamiento entre trabajadores. Políticamente, los consignas equivocadas y potencialmente   desastrosas.
En Chicago, los trabajadores de Republic Windows and Doors ocuparon recientemente la fábrica cuando los patrones la cerraron. La ocupación fue completamente ilegal según las leyes de Estados Unidos. Sin embargo, ni los propietarios ni la policía no se atrevieron a aplicar la ley. Los trabajadores ganaron lo que pidieron: el pago de los atrasos y el dinero del fondo de pensiones. Ahora mismo se preguntan si podrían ganar también lo que antes no osaron pedir: la reapertura de la planta.
Los trabajadores de Republic Windows and Doors, muchos de ellos inmigrantes, incluidos algunos de reciente llega y de origen latinoamericano, dirigieron su lucha contra los patrones y el Bank of America (el patrón financiero), no contra otros trabajadores.
Los trabajadores no deben pagar la "crisis" de los patrones. ¡Trabajo o salario completo para todos! Unidad de los trabajadores en toda Europa y lucha contra el nacionalismo y el racismo en el movimiento obrero británico.



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