Trasversales
Beatriz Gimeno

Ante la Huelga General

Revista Trasversales número 19, septiembre 2010

Textos de la autora
en Trasversales



Estamos en un momento político crucial, estamos ante el mayor recorte en derechos laborales y sociales que hemos vivido en democracia. Un recorte que se enmarca dentro de una ofensiva neoliberal que se está dando en todo el mundo por culpa de una crisis económica causada por la avaricia sin límites del capitalismo y por la falta de control político a sus instituciones. Es paradójico porque esta crisis debería haber certificado que el capitalismo neoliberal sólo puede conducir al desastre económico y a la injusticia social. Esta crisis ha sido aprovechada por los ricos, por los poderosos del mundo para hacer algo que llevaban tiempo queriendo hacer: recortar el estado del bienestar, que en España ya era pequeño; recortar derechos laborales: capacidad de negociación a los trabajadores, debilitar a los sindicatos, recortar salarios, recortar prestaciones sociales, devolvernos a la situación de hace décadas.  Todo esto se enmarca en la crisis, pero venía gestándose mucho antes cuando la socialdemocracia no combatió algunos de los dogmas neoliberales.  Cuando llegó la crisis ya no había nada que hacer. Nada más que cortar por la parte más débil.

Estamos en  medio de una batalla ideológica que presenta a los sindicatos como los malos de la película, que pretende negar su representatividad y su efectividad como representantes de los trabajadores, igual que en los 80. Estamos en medio de una batalla que pretende que nos creamos que la culpa de la crisis la tienen los trabajadores y no la especulación. Pretenden hacernos creer que si nos bajamos los sueldos, si rebajamos las pensiones, si renunciamos a derechos muy duramente conseguidos por generaciones anteriores, todo esto tendrá arreglo.  Lo tiene, claro, pero tiene que ser otro arreglo, un arreglo que pase por hacer pagar la crisis a los que la han provocado, por poner coto a la especulación y a la injusticia social, por luchar por aumentar los niveles de igualdad y de bienestar para cada vez más gente, y no al revés.

La historia no está escrita y siempre es posible cambiarla pero para eso tenemos que creernos que podemos hacerlo. La huelga general del día 29 es un primer paso y  es necesario que sea un éxito. No es una huelga de los sindicatos, es la huelga de toda la ciudadanía, es la oportunidad de mostrar nuestro repudio ante las soluciones que se le están dando a la crisis; es la oportunidad de mostrar que así no, que no a costa de nuestros derechos, que no a costa de nuestro bienestar, que no a costa de nuestro futuro y el de nuestros hijos e hijas, que no a costa de  la justicia.

Si no nos movilizamos, se nos impondrá un futuro en el que estaremos condenados a sobrevivir, y sólo porque otros van a vivir mucho mejor que nunca y a nuestra costa.


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