Trasversales
Benjamín Lajo Cosido

Algo falla

Revista Trasversales número 19, agosto 2010

Textos del autor en Trasversales


Algo falla... declara la Portavoz del Consell, señora Sánchez de León, en respuesta a la sentencia de paralización en los derribos del Poblado Marítimo del Cabanyal de Valencia, que ha ratificado el Tribunal Constitucional, al considerar que la Generalitat Valenciana ha tomado decisiones que no le corresponden y ha desoído la Ley reiteradamente y a la sociedad, que ha pagado con sangre el respeto a su soberana dignidad.

Sí, algo falla. Lleva fallando demasiado tiempo en esta tierra que no se merece a quienes la están gobernado. Fallan ustedes, sus decisiones de “ordeno y mando” que vienen aplicando en la Sanidad, en la Educación, en el urbanismo descontrolado y bajo firme sospecha en Bruselas de que incumplen las normativas europeas. Fallan cuando no admiten que les imputen por casos de corrupción y justifican que a ustedes les indultan las urnas. Que su inmunidad no tiene porqué dar explicaciones si son “democráticamente” votados por la mayoría de los valencianos. ¿Sabe lo que falla, señora Portavoz del Gobierno valenciano? Que viven en un mundo aparte. Lejos de las soluciones. Tan lejos que uno tiene que entrecerrar los párpados y concentrar la mirada para divisar su sinceridad y la valentía social que deben tener los que se sienten responsables de gobernar, aunque se equivoquen. Lo peor no es errar, no, es muy humano. ¿Quién no se equivoca? Pero siempre se puede rectificar. Lo que no pueden es negar con soberbia lo evidente, cueste lo que cueste, como la visita del  Papa, y así lo manifestó en su día la alcaldesa de Valencia públicamente. Busquen en la hemeroteca. No les importa que los alumnos sean educados por los maestros (les compadezco) en barracones ni las quejas de los padres. Que nos traigan fuegos de artificios con los que poder despistar al pueblo de las situaciones cruciales. De socialmente hipnotizarnos. Algo falla, cuando desde Madrid, desde la Calle Génova, les respaldan ciegamente y eso que pretenden gobernar el país, al parecer de la misma manera. Cuando su ex-tesorero, señor Bárcenas, pierde las llaves del cajón y les entran las ratas por las grietas del dinero “B”, de bigotes. Algo falla cuando están creando una crispación que barrunta tormenta, señora Conseller. Algo falla cuando los guardias civiles protestan porque han recibido la orden de vigilar este agosto, prioritariamente, los yates ¿de los pobres? O cuando los policías municipales se quejan de que sus días de descanso, sus derechos, son suprimidos; deduzco que para dar más seguridad ¿a los pobres? Es decir, que todo parece indicar que la delincuencia ha ascendido a la Clase Alta y hay que vigilarla por si se desmadra con controles rutinarios como a todos. Ir con las lanchas para hacerles soplar o las pruebas de sustancias ilegales para comprobar que tripulan sin haber ingerido alcohol ¡Que no nos dejan ver el mar! De atestado que está ¿de pobres? La misma clase que vela por las velas de la Copa América y la Fórmula 1. La clase social que detesta que se le recuerde que el Siglo XXI ha llegado hace ya una década y no son de recibo ni sus dictados ni sus formas. Lo mismo en sus imposiciones, porque otros ya pagaron con sus vidas defender la libertad usurpada. Tantos, que aún se ignora cuántos fueron y ponen impedimentos a la hora de cavar para recuperar sus huesos y saber de una vez por todas lo que verdaderamente se hizo. La terrible magnitud de la herida causada. Sus heredadas e irreparables consecuencias.

Algo falla, es verdad, cuando les obsesiona y tratan de evitar la Memoria Colectiva silenciada bajo la bota del dictador, y, treinta y cinco años después de su muerte, faltan al respeto a las víctimas y a sus familias. Cuando violan las fosas comunes como hicieron en el cementerio de Valencia, a saco, sin inmutarse ni pararse a evaluar el daño que causó a los que no queremos olvidar, pues ya sabemos a dónde nos arrastra el Olvido: al destierro de la conciencia.

Señora Portavoz del Consell, una pregunta sencilla y directa: ¿cómo lo consiguen? Mire que soy de los que les dan vueltas a las cosas una y otra vez hasta que una respuesta satisface mis dudas o las aumenta. Pero esto, se me escapa, me supera. No hallo una reflexión que lo esclarezca ni lo disipe, salvo que su prepotencia se impone a la mínima contradicción o discrepancia. Es inquietante y frustrante que aún estén dónde están. Algo falla, es verdad, la única verdad que no han de reconocer, pues se sufre, y cómo duele...  Me viene a la memoria el escritor inglés y combatiente miliciano del POUM, George Orwell (Eric Blair), que defendió a la Libertad en la Guerra Civil Española de 1936. Y que recibió un disparo en el cuello, afortunadamente limpio, sin graves consecuencias, en el Frente de Aragón. Pienso en su genial novela, “1984”, donde reflejó nuestro presente cuarenta años antes, visionariamente, y  escribió frases en ella como: “La Guerra es la Paz”. “La Libertad es la Esclavitud”. “La Ignorancia es la Fuerza”. Unos mensajes del Gran Hermano, que van siendo menos novelescos a medida que transcurre el tiempo. Algo falla, cuando la realidad se convierte en ficción y viceversa. ¿Verdad, señora Sánchez de León?



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