Trasversales
Manuela Fernández Cabrero

Un segundo en la piel de las mujeres

Revista Trasversales número 19 julio 2010

Manuela Fernández Cabrero es coeditora de Trasversales y miembro de la plataforma Mujeres ante el Congreso


Es evidente que a la hora de legislar sobre el aborto, tanto el Ministerio de Igualdad como el Gobierno del PSOE no se han puesto ni un segundo en la piel de las mujeres que por diferentes motivos (que sólo a ellas incumben) deciden interrumpir voluntariamente su embarazo. La Ley debería de servir para dar protección, apoyo y cobertura a su decisión, pero viendo la Ley y los reglamentos cualquiera diría que se han propuesto todo lo contrario. Es decir, entorpecer, obstaculizar y en definitiva conseguir que la mujer desista en su decisión. No se entiende, si no, el contenido de la información que la Administración y las CC.AA. tienen que facilitar a las mujeres. Es el mundo al revés, toda la información va encaminada a que la mujer conozca las supuestas ventajas económicas que le ofrece el Estado si en vez de abortar cambia de opinión.

El contenido del sobre es indefendible, siendo un insulto a nuestra inteligencia. Ya la exigencia de tres días de relfexión es una zancadilla más que ponen, y después el sobre con las medidas de apoyo a la maternidad, cuyo objetivo es presionar directamente a la mujer. Todo nos indica que realmente su propósito ha sido dar respuesta a las presiones más moralistas y a los sectores más conservadores de la sociedad y hacer oídos sordos de las reivindicaciones de las organizaciones de mujeres. Si pensamos que es una Ley que no va a facilitar las cosas a las mujeres, podemos afirmar que es una Ley muy poco o nada feminista ya que pretende o bien arrebatarnos o bien interferir en nuestra decisión. Lo peor de todo es que con casi total seguridad, muchas mujeres se encontrarán en situaciones vulnerables y desprotegidas. Sobre todo aquellas mujeres que cuentan con menos recursos culturales y económicos, a las que con mucha mayor facilidad posiblemente se las puede someter a una presión moral e incluso atemorizarlas. Casos por todas conocidos y recientes. Mujeres que con esta Ley y Reglamentos estarán bastante desprotegidas y a la intemperie, dependiendo en gran medida de la Comunidad Autónoma en la que vivan.

¿A quién está defendiendo el Gobierno? ¿Nos podemos creer que vamos a mejorar respecto a la situación anterior? ¿Qué va a pasarles a las jóvenes de 16 y 17 años que no cuenten con el beneplácito de sus padres? ¿Qué va a pasar con las mujeres en grave riesgo para su salud que con esta ley ya no podrán abortar a partir de la semana 23? ¿Cómo no vamos a estar indignadas y cabreadas? ¿Dónde están las medidas para impulsar la autodeterminación de las mujeres si quieren que sigamos tuteladas en nuestras decisiones?
Con esta Ley y con la permanente ofensiva de los mal llamados provida podemos intuir un futuro inmediato y próximo lleno de situaciones dolorosas para muchas mujeres. Tiempos en los que seguiremos persiguiendo nuestra autonomía y autodeterminación individual y colectiva, la conquista de nuestra completa dignidad y el libre desarrollo de nuestra personalidad.


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