Trasversales
Ramón Linaza

A Palestina

Revista Trasversales número 19 agosto 2010
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Recogemos aquí las notas que Ramón Linaza ha ido añadiendo a su blog, relatando su viaje a Palestina acompañando a las niñas y niños participantes en el programa "Vacaciones por la Paz" de la ONG Paz Ahora. Ramón Linaza es actor, miembro del consejo editorial de Trasversales, portavoz de política municipal del Partido Verde Europeo y cooperante e Paz Ahora.



6 de agosto: buscando la paz desde Gaza a Gibraltar

Las niñas palestinas participantes en el programa "Vacaciones por la Paz" de la ONG Paz Ahora interpretan un cuento canción que narra su experiencia y su firme voluntad de seguir adelante es busca de la paz y la libertad sucedió en San Fernando de Henares el 3 de agosto de 2010 No podía yo imaginar el pasado martes mientras charlaba con Julio Rodríguez, presidente de Paz Ahora, que mañana saldría para Palestina acompañando a los 42 niños y 7 monitores del programa Vacaciones por la Paz. Ese mismo día leía en Público el reportaje "El Mediterráneo se muere" que cuenta el macroestudio realizado por científicos de todo el mundo sobre la crítica situación del Mare Nostrum y su biodiversidad. Cambio Climático, sobrepesca, contaminación, especies invasoras, destrucción del hábitat... Me sorprendió una dato curioso: mientras en Gibraltar hay 49 especies amenazadas en peligro de extinción, en el otro extremo, en Gaza, solo hay una especie amenazada y en peligro de extinción. Ya, pensé, la especie humana, debido al bloqueo de Israel. Fue así como surgió la idea de relacionar la búsqueda de la paz en el plano convencional -la Paz en Oriente Medio- con la búsqueda de la paz entre la sociedad humana y el planeta. Algo que llevan haciendo desde hace años ecologistas palestinos, jordanos e israelíes organizados en la ONG Amigos de la Tierra de Oriente Medio. La cuenca del río Jordán que comparten los tres pueblos y de la que dependen para obtener el agua que necesitan para vivir, tiene no pocos problemas medioambientales. Su gestión conjunta, de forma justa y sostenible podría ser un camino verde para la paz en la región limpiando un vertido en las playas de Algeciras Mañana volaremos de Madrid a Aman para entrar el domingo en Cisjordania y tal vez también Gaza. Me gustaría tanto asomarme a este mar tan nuestro desde la otra orilla... la orilla de la desesperación, la falta de recursos de todo tipo, de productos de primera necesidad... quisiera mojar mis pies en las playas de Gaza y sentir que en el futuro, los niños de esta tierra maltratada podrán disfrutar de la vida igual que otros lo hacen en la playa de Bolonia, la vieja Baelo Claudia, mi favorita en la costa gaditana, porque entre otras cosas, desde allí se puede ver el minarte de la mezquita de Tánger.

7 de agosto: Palestina en el corazón

Faltan pocas horas para salir desde Barajas rumbo a Aman con los niños palestinos. Anoche tuvieron su fiesta de despedida en el viejo Jhonny (Colegio Mayor San Juan Evangelista)con la actuación de los piratas amigos del Duende Verde. Pocas horas para mirar de frente la realidad de este pueblo injustamente maltratado. No sabemos si podremos entrar en Gaza, inshala, si llegáramos a hacerlo, desde aquí agradezco públicamente a mi amigo Pedro Zerolo sus gestiones. Pedro contribuyó a que los niños pudieran salir hace unas semanas y sigue contribuyendo ahora para que los cooperantes de Paz Ahora podamos entrar en Gaza. Siento un cierto vértigo ante este viaje, tan inesperado como intensamente deseado a lo largo de los años. Recuerdo un día ya lejano en el que una cooperante de Paz Ahora que llevaba meses en Palestina nos contaba su experiencia a una audiencia reunida en la sala Candilejas de Madrid. Siempre, cuando oigo este tipo de testimonios siento el deseo de poder hacer algo al respecto. Y luego está el viaje en sí, a Ramala, Hebrón, Nablus, Jerusalén... No soy creyente y sin embargo creo que rezaré por la paz en la explanada de las mezquitas, en el muro de las lamentaciones, en la Basílica de la Natividad... Como es posible que un lugar tan emblemático para las tres grandes religiones monoteístas sea al mismo tiempo escenario de tanto odio, tanta violencia, tanta injusticia. Anoche saludé al Cónsul de la Autoridad Palestina en Madrid, al Presidente de la Asociación Palestina en Madrid, a la entrada del Johnny, rodeados de niñas y de niños de Ramala, Nablus, Kalkiya, Gaza.., "las autoridades" como decía Julio, presidente de Paz Ahora, les transmití la solidaridad de mi partido, el Partido Verde Europeo, de las compañeras de la Coordinadora Verde. Después del día que vendrá llegará la noche y Julio me irá contando cual es en su opinión la situación actual de Palestina y cual el futuro de la paz... yo tomaré sus palabras al dictado para redactar un informe que nos han pedido las compañeras de Verdes Sin Fronteras, y Palestina se irá enredando en mi alma... Trataré de ser un fiel amanuense copiando la realidad, algo imposible, porque hay realidades imposibles de reproducir en toda su dimensión por más que sigamos escribiendo una palabra tras otra. Recordaré entonces lo último que escribió Jean Genet, su testimonio tras las matanzas de Shabra y Chatila, hace ya tantos años, intentando en vano que nada de cuanto vea me sorprenda. Algunos días todos deberíamos ser palestinos. "Su talle es dulce y su presencia nos lleva al Paraíso. Y el infierno parece cuando ella nos abandona. Fuma, mas no por vicio: sino por impedir tan sólo que las abejas vengan a libar en sus labios" decía el poeta Muahammad Ibn Ibrahim Al Marrakusi y sus palabras volvían a la vida en "Las mil y una noches" por Ninetto y Absurdino en nuestro Candilejas del viejo Madrid, junto a La Morería. Vuelvo a leer aquellos poemas, de Yamil Sidqu¡i az Zahawi, "el Poeta de Irak" o de Muahmad Jaznadar, "Príncipe de los poetas tunecinos": "LA LIBERTAD Es libre quien no se humilla al opresor, ¡Ataca a tu adversario! ¿A quien temes? ¡Ay de ti! Y en tus inmensas desventuras, ¿por qué soportas a quien te mira con sus altivos ojos? Pues ¡cuán débil parece, el que pasa su vida a la espera del favor, que sus mismos paisanos o un enemigo imbécil quieran concederle! ¡Camina, para tu bien, prudente por la senda de la vida! ¡Y abre, con energía, las puertas todas que se te cierren! Hay sólo dos caminos: la dicha o la desgracia. ¡Se dichoso o infeliz!, como desees". Poetas libaneses, egipcios, sirios, jordanos, palestinos... que vuestras palabras sean un dulce bálsamo para las heridas del alma y del cuerpo en este viaje por Cisjordania y Gaza.

8 de agosto: DESDE AMMAN CON DESESPERACIÓN

Hace más de 40º en el puente Alenby, son ya más de las 2 de la tarde y seguimos esperando para cruzar el río Jordán y entrar en Cisjordania. No nos queda agua ni hay aire acondicionado y llevamos muchas horas bajo un sol de justicia. Ayer salimos de Madrid con dos horas de retraso. Cuando llegamos al aeropuerto de Amman, a las 11 de la noche, el bus que debía llevarnos al hotel se había largado. Lina llamó y el conductor le dijo que tenía que dormir y que por su puesto tenía que cobrar el servicio que no había hecho. Surrealista. Finalmente se solucionó el transporte y llegamos al hotel a las 3 de la madrugada. Por fortuna nos esperaba una deliciosa cena, tras tantas horas sin comer: ensaladas, humos, carne, arroz, pasta... A penas hemos dormido cuatro horas, a las ocho de la mañana salíamos en el bus, sin desayunar.
Unos pocos kilómetros y llegamos al lado jordano de la frontera. Una odisea kafkiana pasar. Tras muchas discusiones logramos que nos permitan acompañar a los palestinos por el paso que les corresponde, después volvemos para atrás y pasamos por el control para los europeos. Finalmente tras muchas discusiones con diferentes policías, logramos reencontrarnos con el grupo en el lado árabe. Hemos subido al autobús hacia la una de la tarde y estamos en tierra de nadie, cuando llegamos había 8 autobuses delante de nosotros, todavía quedan 4. Mientras tanto diversos coches y autobuses van pasando mientras el sol derrite nuestros sesos y se van licuando nuestros cuerpos inclementemente maltratados. El paisaje, desértico, vemos unos riscos erosionados por miles de años de vientos insolentes. La vegetación se agolpa junto a la vega del Jordán. árboles llamados saru en árabe. Tememos que a alguno de los chavales le de un golpe de calor. Al otro lado en canciller de España espera desde las 8 de la mañana para llevar en un coche diplomático blindado a los tres críos y el monitor de Gaza de vuelta a sus casas. Llamamos a Salam, alias Mari Pau, presidenta de la Asociación Palestina de Cataluña que también espera del lado israelí. Julio llama a España para explicarle a Pilar la situación, a ver si desde España pueden contactar con el canciller español y que este alegue razones humanitarias para pedir a los israelíes que nos dejen pasar antes de que nos convirtamos en charcos de sudor y restos licuados de lo que fueran seres humanos. Las dos y media y sin agua.
Es dura esta tierra inhóspita, es dura la espera, es dura la vida... Me acompaña un poema de la poetisa palestina nacida en Nablus en el s.XX, Fadwa Tuqan, hermana del poeta Ibrahim.
Julio se ha dirigido a los militares israelíes alegando razones humanitarias, para que nos permitieran pasar. Después de haber temido que algún niño sufriera un golpe de calor, los militares israelíes nos han permitido beber agua. Después de una larga espera, en una cola y en otra y en otra más, los niños han ido pasando. Juanjo Soriano, Ramón Linaza, los tres niños y el monitor de GAZA hemos quedado retenidos, sin nuestros pasaportes. Ahora son las 21.40h. El vicecanciller ha salido con los gazaíes, pero no han podido entrar en la franja y vuelven a Jericó. Ha Julio le han retenido y acaba de salir. Los demás niños han salido ya en el bus para Ramala y Nablus. Nosotros tres cogeremos un taxi a Jericó para reunirnos con Salam, presidenta Asociación Palestina de Cataluña, que nos está esperando en Jericó. Un largo día, sin comer, sorteando mil y una dificultades. El vicecanciller se ha cabreado conmigo por “dejar solos a los tres niños y el monitor de Gaza". No les hemos dejado solos ni un minuto, simplemente les han registrado las maletas lo que les ha retrasado, mientras Juanjo y yo pasábamos. Ahora Julio, ya con su pasaporte vuelve a entrar para recuperar su maleta. Han retenido a los tres niños y el monitor de Gaza hasta las 19,30h, el canciller les ha estado esperando desde las 8 h. de la mañana para llevarles a Gaza en el vehículo diplomático. Cuando han llegado al paso de Erez no les han dejado para pasar, porque el permiso para entrar en Gaza caducaba a las 19h de modo que han tenido que volver a Jericó. Veremos si mañana les dejan entrar. El ejercito y el gobierno de Israel se ríen de la diplomacia española y se ensañan cruelmente con los niños. Exigimos una reacción contundente del estado español ante tanto atropello y pedimos que mañana se nos autorice a entrar en la franja de Gaza a los tres niños y el monitor gazaíes y a los tres cooperantes de Paz Ahora: Julio Rodríguez, Ramón Linaza y Juan José Serrano.

9 de agosto: Desayuno en Jericó con LOS CUATRO DE GAZA

Agotado después de pasar más de 12 horas para poder entrar en Cisjordania, incluyendo más de 5 horas en el paso de Allenby, a más 40º, sin agua ni aire acondicionado y con 52 niños y 7 monitores palestinos. La noche anterior dormimos 3 horas, llegamos a Amman con mucho retraso y el autobús que debía esperarnos se había largado. Hasta las 3 de la madrugada no llegamos al hotel en Amman. Nos levantamos temprano y sin desayunar nos dirigimos al Puente Rey Joseín -Allenby para los israelíes-. Las autoridades israelíes han retenido nuestros pasaportes y nos han hecho esperar largas horas. Cuando finalmente hemos podido pasar todos, han impedido el regreso a sus hogares de los tres niños y un monitor procedentes de los campos de refugiados en la Franja de Gaza. Israel desprecia y se mofa de la diplomacia española. El operativo dispuesto por el Consulado de España en Jerusalén para devolver a los 4 gazacíes a sus hogares ha resultado inútil. Tras esperar pacientemente desde la 8 de la mañana, y ver frustrado el traslado en vehículo diplomático de los 4 de Gaza hasta el puesto fronterizo de Erez, el canciller les ha dejado un hotel de Jericó, adonde hemos podido llegar los tres cooperantes españoles de Paz Ahora hacia las once de la noche. Acabo de despertar a los 4 de Gaza para que desayunen. Esperemos que hoy las autoridades israelíes nos permitan devolverles a sus familias. El resto de los 49 niños y 6 monitores salieron en autobús desde el puesto de Allenby hacia las 8 de la tarde, absolutamente exhaustos, rumbo a Ramala y Nabllus, donde les esperaban sus familiares para regresar a los campos de refugiados. Esta mañana no podía dejar de llorar mientras disfrutaba un desayuno con sandía, orejones, piña confitada, nueces, pasas, yogur, humus de garbanzos, tomates cherry... El contraste entre el largo día de ayer y el lujo de este hotel prácticamente en medio de un desolado desierto, ha desatado mis lágrimas sin consuelo posible, mientras niños de familias acomodadas correteaban entre las mesas. Por favor, llamad a la embajada de Israel en Madrid, enviadles mails pidiendo con todo respeto que nos permitan hoy entrar en la franja de Gaza al presidente de Paz Ahora y los dos cooperantes que le acompañamos para entregar a sus familias a LOS CUATRO DE GAZA. INSHALA.

10 de agosto: Amanece en Nablus

Van a dar las cinco de la mañana en Nablus, el canto del ruiseñor deja de escucharse y se oye el primer coche de la mañana rompiendo el silencio d la noche. A lo mejor un perro ladra. Ayer salimos a las 8 de la tarde de Jericó para encontrarnos en Ramala con Mª José -sevillana de Alcalá de Guadaira y amiga de mis amigos de Ecologismo Positivo-. Por el camino vimos el muro de la vergüenza, los paupérrimos asentamientos de los beduinos, con sus chabolas de hojalata y sus cabras y en la distancia algún asentamiento de colonos israelíes. Ramala estaba de fiesta no solo porque se acerca el Ramadán: celebran el segundo aniversario de la muerte del poeta palestino Mohamad Darbús.
Pasamos por delante de La Mukata y vimos tras el muro la torre del monumento funerario a Yassir Arafat. Mª José ha prometido facilitarme la dirección en Madrid de Pedro Martínez Montávez, el mejor arabista, traductor de los poetas árabes del s. XX, como este de Fatwa Tuqan que releo en la edición de Poetas Arabes contemporáneos que me acompaña en este viaje, cuando en la ciudad que la vió nacer ha dejado de cantar
EL RUISEÑOR
En el jardín,
fue buscando a su hermano el ruiseñor;
y las flores lloraron de sus trinos.
Jadeante de pena el ruiseñor,
un suspiro en sus flancos agitose.
¿Quién ha alejado el canto del poeta;
y lo dejó en silencio con las tumbas?
¿Quién turbó su pureza,
para dejar su pureza y sentirse a disgusto entre los pájaros?
Pero no halló a su hermano bienamado,
el oído que sus cantos comprendiera.
Y el ruiseñor voló hasta las tiernas ramas de su arak.
Extendido el cuello, desde lo alto,
dejó escapar su cántico doliente:
con su canto fundianse, en el bosque, las ramas de los árboles.
Y al no encontrar a quien con él trinara,
abandonó el jardín,
el corazón doliente y afligido.
En la noche serena,
-cuando el ojo reposa;
y aparece la estrella que alegra al caminante-
mi corazón inquieto con sus penas,
te busca inútilmente.
Lloraré sin cesar, en mi verso tan triste,
con mi voz afligida,
con mi gemir continuo.
Con la luz de mis ojos y el latir de mi sangre,
esperando la muerte.

Hemos salido de Ramala para llegar a Nablus hacia las once de la noche. Los familiares y amigos de Salam Almaslamani, nos han dejado una casa en donde alojarnos y nos han invitado a cenar en una terraza deliciosas ensaladas, humus y carne con tomate y cebollitas asados al carbón. Nuestro anfitrión ha prometido traernos el desayuno a las nueve de la mañana. Hoy visitaremos los campos de refugiados de la zona, como el de Jenin, saludaremos a las familias de los niños que trajimos de vuelta desde España y nos encontraremos con Amir, uno de los monitores de la expedición, nacido en La Habana de madre cubana y padre palestino.
Mi hermano Rafael me envió anoche un mensaje: tiene intención de llama a la Embajada de Israel en Madrid esta mañana. Yo pienso que deberíamos sentarnos en una sillita bajo una sombrilla en el paso de EREZ, la entrada a la Franja de GAZA por el norte, como hacen los de la ONG Check Point Watch, y no movernos de allí hasta que nos permitan entrar en la Franja para saludar a las familias de Iyad, el monitor gazací y de los tres niños que ayer finalmente las autoridades israelíes permitieron regresar a sus hogares.
Es totalmente de día y se escucha cercano al mohecín llamando a la oración. Se me han puesto los pelos de punta, tengo la sensibilidad a flor de piel.
AMANECE UN NUEVO DÍA EN PALESTINA
¿Se apiadarán de nosotros los israelíes y nos permitirán entrar en Gaza?. Es difícil, pero dicen que el que la sigue, la consigue y si no es en este viaje será en otro.
ENTRAREMOS EN GAZA MÁS PRONTO QUE TARDE
PORQUE UN NUEVO DÍA ESTÁ AMANECIANDO EN PALESTINA.
....desde Nablus cuando han dado ya las seis de la mañana

12 de agosto: IMAGINANDO EL FUTURO DESDE GAZA

Tal y como me había asegurado por teléfono el organismo responsable del puesto fronterizo de Erez, hemos podido entrar en la FRANJA DE GAZA, el miércoles 11 de agosto a las 14h., poco antes de que se cierre el paso. No es fácil resumir mis impresiones en estas primeras 12h en Gaza. Ante todo hay un enorme contraste entre Cisjordania y Gaza. En Rahmala y Nablus hemos visto cierta prosperidad: mucha actividad comercial, nuevas construcciones, normalidad en muchos aspectos. En Gaza hay muchos problemas. Una tasa deparo superior al 80%, falta prácticamente de todo, empezando por la electricidad. Hay continuos cortes de luz. De los cuatro generadores de electricidad a partir de fuel que tuvieron, solo ha quedado uno tras la última guerra. Gaza está dividido en 4 sectores, el norte, el sur , el centro este y el centro oeste. El generador solo puede alimentar dos sectores simultáneamente, de modo que si en dos sectores hay luz, los otros dos quedaran a oscuras. Hay una gran cantidad de pequeños generadores domésticos, particularmente en las tiendas. Los generadores contribuyen, junto con un escaso parque automovilístico obsoleto a la contaminación que se masca en el aire. Hay una gran cantidad de residuos por las calles. La red de saneamiento es muy deficitaria, lo que se nota por el olor. El agua es escasa y cara. Aunque tienen algunos pozos, la mayor parte es importada de Egipto e Israel. Por supuesto el mayor problema de todos es el bloqueo impuesto por Israel. Esa es la madre de todas las desgracias. También se aprecia la destrucción causada por la última guerra: edificios derruidos, casas con huellas de disparos, infraestructuras destruidas. El panorama es realmente desolador. Se ven bastantes burros y algunos caballos tirando de pequeños carros. El tráfico por la tarde era escaso, tal vez por el Ramadán. En las calles principales y por la noche era mucho más denso. Esta noche después de varias entrevistas y de ser agasajados en un par casas, donde tomamos zumo de mango, te, almendras y pistachos para merendar en una y una sopa de un cereal que no pude identificar, como una mezcla de arroz y trigo, empanadillas de hojaldre rellenas de queso de cabra, pescado muy especiado, una especie de zarzaparrilla dulce y de color morado, te con hierbabuena y café turco pare cenar en la otra, salimos a dar una vuelta y a fumar largile de manzana. Nos habían comunicado el cambio de vuelo para regresar el sábado, de modo que disponíamos de 24 horas más para permanecer en Gaza. Le pregunté a nuestro guía si sería posible visitar algún campo de refugiados, a lo que me contestó que nos hallábamos en un campo de refugiados. En cierto modo todo Gaza es un gigantesco campo de refugiados. De hecho la mayor parte procede de zonas que actualmente forman parte de Israel. Son las dos de la mañana. No puedo dormir debido al calor asfixiante, hace mucho rato que se fue la luz, escribo con la luz que me proporciona el ordenador, sudando como un pollo, tratando de aprovechar el tiempo. Entonces empiezo a soñar. ¡Hay tanto por hacer aquí! Imagino un programa para desarrollar las energías renovables en la franja. Con eólica y solar podrían obtener electricidad y al mismo tiempo reducir tanto el consumo de fuel como la contaminación. La energía es básica. A partir de ahí se podrían hacer otras muchas cosas. Imagino equipos de parados limpiando las calles, plantado árboles y plantas en los solares y campos abandonados a su suerte. Nos hemos entrevistado con una Asociación para el Desarrollo de la zona norte de la franja. Trabajan en el campo de la educación y en las terapias psicológicas para los niños que sufren los traumas de la guerra. Si hubiera paz, si terminara el bloqueo, la vida no sería tan dura en este rincón del Mediterráneo. Da vértigo pensar que el mismo mar que baña la FRANJA es también el que baña Mónaco o Marbella. Aquí el mar está muy contaminado, sólo pueden disponer de minúsculos botes para una pesca de bajura insuficiente. Aquí no hay paseos marítimos, tan sólo la desolación mojándose los pies en las olas. Antiguos equipamientos destruidos, como el Centro para le Rehabilitación de los presos liberados por Israel. 45 kilómetros de fachada marina, en una larga playa colmada de ruinas y detritus. ¿Quién vendría de vacaciones a un lugar así? El futuro podría llegar a ser tan diferente. De momento los paisajes de Gaza constituyen la más absoluta desolación. Y sin embargo sus jóvenes estudian y se preparan para el futuro. Saben que no tendrán trabajo pero van a la universidad y se especializan. Ese es el más valioso potencial de esta tierra: el valor de unos jóvenes privados de casi todo y que sin embargo no renuncian al bello sueño de la paz. Charlando en el bar de todo esto, de la electricidad, de los problemas, del futuro, llegamos a una conclusión: Israel lo controla todo –el agua, la electricidad, y por su puesto el espacio aéreo, las fronteras…- pero hay algo que no puede controlar: el pensamiento de los palestinos. Abandonados a su suerte por todos los gobiernos –árabes o cristianos- tienen la sensación de ser utilizados aunque agradecen mucho cualquier muestra de solidaridad. En Gaza todos iban con la roja en el último mundial de fútbol. Niños o jóvenes, te piden que les lleves a España, para estudiar medicina, para salir unos días del infierno y vivir algo tan cotidiano para nosotros como bañarse en una piscina o visitar un museo. Ójala el próximo año el programa vacaciones por la paz, que organiza la ONG Paz Ahora pueda llevar a una docena de niños palestinos gazasíes a la vieja Al Andalus. Ójalá Yahvé y Alá y el dios de los cristianos se apiade de este pueblo maltratado y le de un respiro. ¡Inshala! Cuando vuelva a España, preguntaré a Grenpeace, a la Cooperación española, a quien pueda ayudar, si acaso podríamos entre todos desarrollar las energías renovables en Gaza, para que tuvieran electricidad en sus escuelas y hospitales, en sus tiendas y en sus bares y en sus hogares. Cuando vuelva a España seguiré aprendiendo árabe y soñando en futuros viajes, mientras aquí en Gaza, mi amigo aprende el castellano. Se oyen los cascos de un caballo, hace rato que ha amanecido, la electricidad ha vuelto después de siete horas de tinieblas. UN NUEVO DÍA AMANECE EN GAZA

13 de agosto: GAZA DE SOL A SOL

Van a dar las seis de la mañana mientras escribo frente al mar, viendo el modesto puerto de Gaza con sus humildes barquitas para pesca de bajura, que no deben nunca adentrarse más allá de dos kilómetros en el mare nostrum. A poca más distancia, hay importantes reservas de gas natural. Un preciado bien que podría resultar muy útil, entre otras cosas para producir electricidad, algo tan raro en la Franja. No, si ideas no faltan. Pero todas acaban chocando en el mismo muro: la seguridad de Israel. Todas las plantas depuradoras de Gaza han sido bombardeadas de manera que actualmente toda la mierda va directamente al mar sin tratamiento alguno. No es posible importar los productos químicos necesarios para el tratamiento de las aguas fecales, ni construir nuevas depuradoras. Podríamos estar hablando seis meses de los problemas medioambientales de Gaza y no terminaríamos nunca, dice el abogado Raji Sourani, director del Centro Palestino para los Derechos Humanos. Tenemos sol practicamente todo el año, pero no podemos importar la tecnología necesaria para producir enerfgía solar. La basura se acumula las calles y a falta de incineradoras, alguna gente prende fuego a los contenedores.
Hemos dado un largo paseo por la calle Omar Al Muktar que sale perpendicular a la costa a la altura del puerto para llegar al centro de Gaza y continuar hacia el desierto.
La calle donde se encuentra el Centro de Derechos Humanos, el Parlamento, del que solo queda la puerta tras el bombardeo de su edificio de seis plantas, la plaza Saraya, en la que en otro tiempo no muy lejano hubiera instalaciones militares, arrasadas por las bombas.
Junto a la puerta del Parlamento hay un mural realizado en mosaico que muestra la lucha entre David y Goliath, la metáfora de la desigual relación entre ambos pueblos condenados a compartir una misma tierra. Por la noche mi amigo me cuenta su reciente aventura en España. Como fue rechazado el primer día al tratar de salir de Gaza. "¿Paz Ahora?, eso es imposible con vosotros, vuelve a tu casa". Yo le conozco bien, veo la rapidez con la que aprende un nuevo idioma, la absoluta claridad de sus ideas, la madurez de sus veinte años, la eficiencia de su cooperación... claro que quiere la Paz, vive para la Paz, sueña con ella a cada momento y la generosidad de su corazón se desborda y resulta contagiosa. Por fortuna la Diplomacia española, el Consul o el Canciller de España en Jerusalem, lograron que el segundo día Iyad pudiera viajar en un vehículo diplomático desde el puesto de Erez hasta el de Allenby, gracias a lo cual pudimos conocernos en Madrid hace a penas diez días.
Después de pasear arriba y abajo por el centro de Gaza, nos hemos reunido con las dos niñas que vinieron a España en el programa de "Vacaciones por la Paz" y con sus madres. Nunca podré ya olvidar sus miradas, sus palabras cuyo significado presentía antes de que fueran traducidas para sorprenderme con la sensatez de sus razonamientos. Doy gracias a la vida por haberme permitido compartir estos momentos con estas mujeres y sus hijas en el otro extremo de nuestro querido Mediterráneo.
Junto al puerto de Gaza pude escuchar cómo lo habían pasado las niñas en España, cómo les había beneficiado psicológicamente: "ahora es capaz de volver a reir". La risa de estas niñas es el mayor tesoro que me llevo de esta tierra, y su recuerdo me acompañará durante el resto de mis días. Mirando este mar contaminado soñé con ellas un mundo mejor, en el que los niños vuelvan a reir. Reímos juntos mientras Iyad traducía del árabe al inglés y yo del inglés al castellano. Milagro del lenguaje humano que nos permite en cientos de lenguas diferentes expresar nuestros temores y nuestros deseos. Quedan pocas horas ya para salir de la Franja. Tengo que llamar al puesto fronterizo para asegurarme de que salimos antes de que lo cierren. Quisiera volver, no imaginaba que fuera a entrar en Gaza y ahora me pregunto cuando volveré, mientras imagino una Gaza distinta, con depuradores de aguas residuales, con energía solar y eólica, con jardines orientales en los que pasar las dulces horas de la tarde, compartiendo el tiempo con los amigos. Una Gaza distinta en la que el ansia de sus jóvenes por estudiar, aprender nuevos idiomas, conocer el mundo, la tecnología, la ciencia, la historia, les permita reconstruir su pais para poder ofrecer a sus hijos una vida mejor que la que ellos conocieron.
El azar me ha traído a esta tierra que si nunca me resultó ajena, ahora se ha instalado para siempre en mi recuerdo y en mis entrañas, con una intimidad insospechada. No me queda más remedio que aprender árabe para que mis próximos viajes resulten más útiles y pueda entender directamente las palabras de las niñas, de los jóvenes, de las mujeres y de los ancianos que viven en esta tierra, cruce de caminos de civilizaciones desde hace más de tres mil años. Más pronto que tarde tendrá que caer el muro de la verguenza, del odio, del miedo.... las alambradas serán arrancadas y los palestinos de Gaza podrán reconstruir su parlamento bombardeado, sus escuelas y hospitales, sus casas y sus sueños. Ya se que no es fácil, que todos me direis que estoy soñando. Y teneis razón, estoy soñando, pero cuando muchas personas tienen el mismo sueño, no sé como, pero al final el sueño termina haciendose realidad. Y yo no puedo dejar de soñar, dejar de imaginar todo lo que se podría hacer para mejorar la vida en esta orilla del Mediterraneo en la que se mezclan Asia, África y Europa. El atardecer en Gaza es tan hermoso como pueda serlo al otro lado del mar, si bien aquí el sol se pone pone sobre las aguas, como en Lisboa. Adios, mis dulces amigos... volveré, porque habeis conquistado mi corazón.




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