Trasversales
Rolando Astarita

¿El planeta endeudado?

Revista Trasversales número 19 verano 2010


Rolando Astarita, profesor de la Universidad de Buenos Aires, es autor de varios libros, entre ellos El capitalismo roto, La linterna sorda, Madrid, 2009.

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Muchos defensores de la tesis del estancamiento permanente del capitalismo sostienen que en los últimos 25 o 30 años la economía mundial capitalista creció en base al endeudamiento. Esto es, no habría habido acumulación real de capital y todo se habría sustentado en un endeudamiento creciente, y a nivel de todo el mundo. En consecuencia la posición inversora neta del planeta tomado en su conjunto sería deudora.
El objetivo de este pequeño escrito es mostrar que se trata de un argumento absurdo.

Aclaración previa

Antes de entrar de lleno en el problema, comencemos señalando que el hecho de que alguien acumule capital tomando crédito, no implica que esa acumulación deba ser ficticia, o irreal. Si un capitalista toma 100 millones de dólares a préstamo, y construye una empresa con ese dinero, con la que genera plusvalía, estamos ante una acumulación “real”, de capital “real”; aunque el capitalista esté endeudado hasta el cuello. Por lo tanto crecimiento de deudas no necesariamente significa falta de crecimiento de las fuerzas de la producción; o ausencia de acumulación de capital. Siempre hay que estudiar los casos concretos. Si ese mismo capitalista toma prestado dinero para mantener un ejército de sirvientes, en ese caso habrá gastado el dinero improductivamente, y el capital inicial habrá desaparecido.

El nudo de la cuestión

Es ilógica la idea de que el capitalismo a escala global pudo haber crecido en base a la deuda. La razón es elemental: no hay manera de que haya gente que se endeude sin que haya prestamistas. Y no hay forma de que haya países que sean deudores sin que haya países que sean acreedores.
Por supuesto, se puede suponer que algunos prestamistas a su vez toman dinero prestado para prestarlo; pero algunos tienen que ser los prestamistas originarios. Pensar lo contrario es caer en un lamentable fetichismo financiero; es pensar que alguien puede estar financiando compras de bienes (sea para consumo, inversión, para importar, etc.) de forma permanente, sólo pidiendo prestado… ¿a quién?
En la realidad, si una empresa tiene una posición deudora neta, es porque un banco, una financiera o algún capitalista dinerario tienen una posición acreedora neta con relación a esa empresa. Lo mismo sucede con un país; si tiene una posición deudora neta, es porque algún otro país (o grupo de países) tiene una posición acreedora neta. Por eso, cuando se sostiene que el modo de producción capitalista, a nivel planetario, se endeuda para crecer, necesariamente debería postularse que los capitalistas de otro planeta tienen una posición acreedora neta con relación a la Tierra. Lo cual es, naturalmente, un absurdo. No hay forma de salir de esta “ley” de hierro. Pensar que las deudas pueden crecer alegremente a nivel mundial durante años, sin que haya nadie que preste ese dinero, es caer en el peor de los fetichismos.

Las balanzas de cuenta corriente y las posiciones netas de inversión


Lo que estamos explicando se refleja en los principios contables más elementales que rigen la macroeconomía abierta. No se trata aquí de tener posiciones marxistas, keynesianas o neoclásicas, sino de poseer un conocimiento mínimo de cómo funcionan las cosas.
Si un país tiene déficit en su cuenta corriente (esto es, en su balanza comercial y en el pago “a los factores”), puede o bien perder reservas o bien financiar el déficit por medio de la entrada de capitales (sean inversiones directas, de cartera o préstamos). Pero la posibilidad de perder reservas es limitada. Por eso, si un país tiene déficit durante años en su cuenta corriente, terminará teniendo una posición deudora neta. Inversamente, si un país tiene superávit persistentes en su cuenta corriente, tendrá posiciones acreedoras netas.

Esto se aplica entonces al mundo actual. Los que sostienen que la economía mundial ha crecido en los últimos 25 o 30 años en base a deudas, señalan como “prueba” el déficit en cuenta corriente de EUA y el hecho de que, desde mediados de la década de 1980, se haya convertido en un deudor neto. Pero con esto no demuestran su tesis, sino más bien su desconocimiento del tema. Es que el déficit en cuenta corriente de EUA tiene como contrapartida los superávit en cuenta corriente de Japón, China y otros países. Por lo tanto su posición deudora neta tiene también como contrapartida la posición acreedora neta de Japón, China y otros países.

Veamos esto con algunos datos. Tomamos el año 2005 (año en que hay pocas discrepancias estadísticas; nuestra fuente es el FMI). Ese año los déficits de cuenta corriente acumulados representaban aproximadamente el 2,5% del producto mundial. Estos déficits tenían como contrapartida superávits de cuenta corriente de otros países por aproximadamente el 2,5% del producto mundial. Los países con déficit en su cuenta corriente eran EUA, España, Gran Bretaña, Turquía, Bulgaria, Croacia, República Checa, Estonia, Grecia, Hungría, Irlanda, Latvia, Lituania, Portugal, Rumania, República Eslovaca y Eslovenia. Los países que poseían superávit en su cuenta corriente era Japón, China, Alemania, Hong Kong, Indonesia, Corea, Malasia, Filipinas, Singapur, Taiwán, los exportadores de petróleo como Irán, Nigeria, Noruega, Rusia, Arabia Saudita y lo que el FMI englobaba como “resto del mundo”, entre los que estaba Argentina. Como puede advertirse, no es cierto que todos los países tuvieran déficit en sus cuentas corrientes.

Lógicamente entonces, los déficits acumulados en cuenta corriente dan lugar a posiciones deudoras o acreedoras netas. La posición internacional neta de inversión surge de restar los pasivos a los activos. Los activos comprenden las inversiones directas en el extranjero por parte de los inversores de un país; sus inversiones de cartera; otras inversiones y activos de reserva. Los pasivos comprenden las inversiones directas de extranjeros en el país; sus inversiones de carteras; y los créditos y depósitos que se realizan en ese país. Obsérvese que no todos los activos generan intereses; las inversiones directas generan ganancias que eventualmente pueden reinvertirse en el país huésped; las carteras de acciones generan dividendos o ganancias (o pérdidas) por los cambios de valores. Con esto en vista, veamos cuál era la posición neta de inversión de los principales países en 2008 (datos del FMI, Reserva Federal de EUA y Banco de Japón).

Países con posiciones inversoras netas positivas (En miles de millones de dólares (esto es, 2500 quiere decir 2,5 billones de dólares): Japón: 2505; China: 1531; Alemania: 915; Suiza: 621; Hong Kong: 612; Francia: 460.
Países con posiciones netas negativas: EUA: 3470; Brasil: 722; Italia: 285; Rusia: 161; Gran Bretaña: 97; India: 96.

Como puede verse, el planeta de conjunto no era deudor; por el contrario, estaba dividido en países deudores y acreedores netos.

Precisiones sobre la situación de EUA

Precisemos todavía que el hecho de que EUA tenga una posición deudora neta, si bien genera problemas y plantea el peligro de una devaluación brusca del dólar, no implica que necesariamente esté condenado a la quiebra. Los desequilibrios en las cuentas corrientes, y en las posiciones deudoras y acreedoras, con toda la gravedad que puedan tener, no encierran las contradicciones explosivas del tipo de las que anidan en la acumulación del capital (vinculadas a las tendencias de la tasa de ganancia, la inversión y la realización del producto).

Dos aspectos son importantes de destacar. En primer lugar, que los capitalistas de EUA poseen mayores inversiones directas fuera de EUA que dentro de EUA. En 2008 el valor de los activos por inversión directa de EUA en el exterior era de 3332,8 miles de millones de dólares, contra 2422,8 miles de millones de dólares en activos invertidos dentro de EUA. Esto significa que EUA poseía un neto positivo de inversiones directas. Las inversiones directas generan rendimientos superiores que los bonos del Tesoro (con los que el gobierno estadounidense toma dinero prestado); algo similar ocurre con las acciones extranjeras que poseen inversores de EUA. De manera que EUA paga menos, en proporción, por endeudarse, que lo que recibe por ganancias.

Por otra parte EUA tiene sus pasivos nominados en dólares, en tanto que los activos de los inversores estadounidenses mayoritariamente están nominados en otras monedas. Por esta razón, una devaluación del dólar implica ganancias para EUA y pérdidas para sus acreedores. Clarida calcula que la depreciación del dólar en 2007 representó a los inversores estadounidenses una ganancia de capital de 443 mil millones de dólares; entre 2002 y 2007 la ganancia acumulada de capital por esta razón habría sido de un billón de dólares [R. Clarida, 2009, “With Privileges Comes…?”, Global Perspectives].
Por este motivo, si bien en estos años EUA tuvo un déficit acumulado de 3,3 billones de dólares, su posición deudora neta empeoró poco.
En 2008 la situación cambió; el dólar se apreció (EUA fue considerado un refugio para los capitales mundiales) y los precios de las acciones cayeron. La posición inversora neta de EUA se deterioró en 720 mil millones de dólares. En consecuencia, a fines de 2008 EUA tenía una posición deudora neta de unos 3,5 billones de dólares.
A su vez, China y otros países que tienen fuertes activos nominados en dólares no pueden desprenderse de los mismos sin deteriorar fuertemente su posición.

Conclusión

Lo más importante es entender que no puede haber un endeudamiento en términos netos del capitalismo a nivel planetario. Si Grecia se endeudó, es porque hubo capitalistas dinerarios que le prestaron. Si Grecia no paga, los capitalistas dinerarios no le renuevan los créditos; y le exigen más tasas si entienden que el gobierno griego puede ir al default. Sostener que la economía planetaria puede crecer a lo largo de 25 o 30 años basándose en deuda (esto es, como deudora neta), es un sinsentido.

Mayo de 2010


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