Trasversales
Vicent Àlvarez

Sentimientos nacionales

Revista Trasversales,  julio 2010

Vicent Àlvarez Rubio es miembro del Consell Valencià de Cultura


El tema del Estatut ha puesto de manifiesto que existen sentimientos insatisfechos, al tiempo que ha generado la reacción adversa de quienes se atribuyen el monopolio de ese sentimiento de forma excluyente; no obstante, el problema existe y, en este estado, hay sentimientos nacionales periféricos reales ampliamente compartidos, como hemos visto en el caso reciente de Catalunya. Como ya ocurrió con el régimen de las autonomías durante el periodo republicano, el actual estado autonómico intentó una vía de integración y acuerdo, un punto de partida, que tal vez para el núcleo duro conservador fue una concesión gratuita.

Estamos pues ante una nueva situación que exigiría una vía de entendimiento, pues, como señala el indiscutido tratadista Duvergere "con la idea de un compromiso sobre el fondo y no la forma, se penetra realmente en el proceso de integración". En el ámbito científico, el de las ciencias sociales, la democracia implica, precisamente, la fijación de mecanismos para establecer compromisos que resuelvan los conflictos del Estado. Estamos ante una encrucijada, abrir la vía del compromiso o cerrarla, generando más tensión y ruptura.
Hay un debate abierto, muchas líneas de reflexión, una de ellas sería la de convertir el Senado en una autentica cámara territorial, en la cual los problemas de articulación de los diferentes sentimientos tuvieran su cauce. Se trataría de desarrollar una previsión constitucional, que hasta ahora no ha sido objeto de impulso. Pues bien, en este apartado viene al caso una anécdota de la vida pública que no deja de ser sorprendente.

Con motivo del XXV aniversario de la Constitución, la Presidencia de Generalidad Valenciana publicó un libro en el que podemos encontrar algunas propuestas sobre nuestro sistema constitucional. Una de las más avanzadas, desde posiciones moderadas, venía suscrita por el Doctor en Derecho Esteban González Pons, el cual, distanciándose del federalismo y también del inmovilismo, defendía una reforma del Senado con un sistema de representación de forma que los escaños salían de las autonomías, con una circunscripción por comunidad. El actual portavoz de las posiciones más inmovilistas de ahora, en aquel momento, sin embargo, pensaba que el Senado podría ser un ámbito de resolución de los problemas territoriales.
Como vemos las situaciones cambian, e incluso las posiciones de un joven doctor en Derecho también. Tal vez, ese doctor no pensaba que le iba a tocar jugar el papelón que ahora le ha sido adjudicado.

No está pues de más pensar en las técnicas del compromiso, ejemplos nos sobran. La cita que hice al comienzo de estas notas, la del reconocido profesor de la Sorbona, es ya una  regla general en los Estados con problemas territoriales, con sentimientos diversos y a veces enfrentados. ¿Sería mucho pedir al Sr. González Pons que recupere su oficio de doctor en derecho? Se trataría de que recomendara a los suyos, como experto,  vías de compromiso, de integración, por mal que nos suene ese término.

Hace ya tiempo, en aquel breve periodo democrático de la II Republica, alguien lanzó aquello de "nación de naciones", y es que el hecho de sentirse nación existe tanto entre quienes se identifican en la indisoluble unidad española como en aquellos otros que se sienten también otra nación.

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