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Consejo editorial de Trasversales

La disolución del Ministerio de Igualdad: otra capitulación ante la derecha

Revista Trasversales número 20 octubre 2010





El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha expresado su respaldo al Ministerio de Igualdad y ha dicho que merece la pena que exista "durante mucho tiempo" ya que se trata del "más austero de la historia", el "más joven" y "el que siempre algunas voces han pedido que desaparezca".
Cadena Ser/Agencias, 6 de marzo de 2010

Por fin la derecha más reaccionaria, el obispado vaticanista y el machismo más cerril han logrado uno de sus más ansiados y buscados objetivos: la disolución del Ministerio de Igualdad, absorbido de hecho por el Ministerio de Sanidad (e Igualdad, ahora), ignoramos si por considerar que el machismo debe tratarse como una enfermedad, en vez de como una ideología, una política y una práctica de dominación, o por pensar que asignar prioridad política a la igualdad es, a estas alturas, una perturbación mental.

La creación del Ministerio de Igualdad fue un importante logro social, y como tal fue pregonado, junto a la composición paritaria del Gobierno, por nuestros actuales gobernantes. El mensaje lanzado por su misma existencia ya tuvo en sí mismo un efecto transformador, como lo tuvo la paridad gubernamental, también perdida en este cambio que ha dejado como balance dos ministras menos. Por ello, los sectores más reaccionarios concentraron sus odios, infamias y calumnias sobre el Ministerio de Igualdad e incluso sobre la propia persona de Bibiana Aído.

En cuanto a la actividad del Ministerio, consideramos que ha sido moderadamente positiva, pese a  los crecientes límites que le ha ido poniendo el giro conservador emprendido por el presidente José Luis Rodríguez Zapatero y a que no compartimos todo lo que ha hecho. En todo caso, aunque el balance fuese negativo lo que se requeriría sería una  reorientación de la actividad, no la disolución de un ministerio tan necesario en un país en el que aún impera la desigualdad entre mujeres y hombres.

La disolución del ministerio de Igualdad es una decisión extraordinariamente dañina, una claudicación a la peor derecha española, un mensaje de renuncia en el esfuerzo igualitario y quizá un regalo de bienvenida a Ratzinger ante su próxima visita a Santiago y Barcelona. Es una gran victoria para un movimiento neomachista cada vez más potente y agresivo, implantado no sólo en las derechas sino también en sectores que se definen como de izquierdas.  Es una decisión que tendrá consecuencias y que, si no logramos que se rectifique, puede ser el empujón definitivo para el inicio de un ciclo de declive en lo que durante las últimas décadas ha sido un lentísimo, pero real, avance hacia una sociedad en la que mujeres y hombres seamos corresponsables en igualdad en todos los ámbitos de la vida social, en el trabajo, en la toma de decisiones, en la política, en el cuidado a la infancia o las personas mayores,  en las llamadas “tareas domésticas”, etc.

Las políticas de igualdad, ya muy en entredicho por el negativo impacto de género del plan de ajuste y de la contrarreforma laboral, y gravemente maltrechas tras conocerse por el proyecto de Presupuestos 2011 que no se cumplirá la ley 9/2009 que obliga a que el permiso de paternidad tenga una duración de 28 días a partir del 1 de enero de 2011, han quedado estruendosamente marginadas con la disolución del Ministerio de Igualdad en el marco de un Ministerio de Sanidad e Igualdad extravagante en cuando a la disparidad y suma importancia de sus dos competencias, ambas dignas de un ministerio propio, sea cual sea su titularidad.

Con esta disolución se confirma que el presidente José Luis Rodríguez Zapatero ha renunciado a los tres pilares básicos de la política transformadora que prometió: la política ecológica, renuncia evidenciada en los hechos tras la disolución del anterior ministerio de Medio Ambiente; las políticas de bienestar, gravemente deterioradas por el plan de ajuste, la contrarreforma laboral y el pensionazo en ciernes; las políticas de igualdad, crecientemente arrinconadas y ahora públicamente "degradadas" y subvaloradas con la disolución del ministerio y la ruptura de la paridad gubernamental.

En consecuencia, el consejo editorial de Trasversales suma su voz a la de todas las personas y colectivos que condenan la disolución del Ministerio de Igualdad y reclaman su pronta (re)creación,  devolviendo a la nueva Secretaría de Estado de Igualdad el rango de Ministerio. Apoyaremos todas las iniciativas que para ello se tomen e igualmente nos sumamos a la petición de cumplimiento de la ley 9/2009, de 6 de octubre,  por la que se establece el permiso de paternidad de 28 días a partir del 1 de enero de 2011, formulada ya por decenas de colectivos agrupados en la Plataforma por Permisos de Nacimiento y Adopción Iguales e Intransferibles.

Ministerio de Igualdad, ¡ya!
¡No más claudicaciones a las derechas clericales y machistas!




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