Trasversales
Toñi Ortega

29-S: Mujeres en huelga

Revista Trasversales número 17 invierno 2009-2010

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El pasado 29 de septiembre tuvo lugar en este país una maravillosa huelga, fue maravillosa por lo difícil y necesaria, pues trabajadoras y trabajadores nos vimos en la tesitura de defender derechos conquistados durante décadas y lo hicimos en condiciones muy difíciles, en un contexto de crisis económica brutal y en el que todos los “poderosos” con el Gobierno a la cabeza han unido sus voces, sus medios, su prensa, para tratar de manipular a la opinión pública con la cantinela de que la única salida que tiene esta crisis es el fin de nuestros derechos. También han orquestado una campaña a la caza y captura del “sindicalista”, con intención de acabar con nuestras organizaciones, que si bien pueden ser merecedoras de justas críticas a las que en este momento no me voy a referir, no es menos cierto que, a mi modo de ver, a lo largo de la reciente historia no es la primera vez que los sindicatos han tenido que jugar a ser casi la única institución que ha representado nuestros intereses, pues creo recordar que por ejemplo esta última huelga sólo ha sido secundada por siete de nuestros parlamentarios.
Pues bien, si las medidas aprobadas por el Gobierno suponen un ataque sin precedentes a los derechos de los trabajadores en general, en el caso de las mujeres es especialmente criminal, pues por una parte el Gobierno de Zapatero se enmienda a sí mismo convirtiendo en papel mojado las reformas legislativas que en aras a la igualdad entre hombres y mujeres acometió durante la primera legislatura, y por otro las medidas aprobadas tienen un impacto negativo de género muy pronunciado. Por cierto, el Gobierno no ha hecho el preceptivo informe de género al que tiene obligación cuando se aprueba una ley.

Las mujeres conseguimos que nuestras largas luchas se reflejasen, aunque fuese de forma parcial, en algunas de las leyes de la primera época del Gobierno: la ley de Igualdad, la ley de dependencia, etc. Estas leyes nos permitían tomar impulso para seguir luchando por nuestra igualdad real, en las empresas, en la familia, etc., con los planes de igualdad, con el aumento del permiso de paternidad que estaba previsto para el próximo 2011, con la ayuda a la dependencia, para poder ir desprendiéndonos del mandato social que nos responsabiliza de los cuidados. Pues bien, esto se queda en nada de nada, por ejemplo el permiso de paternidad no se ampliará en 2011, se lo cargan de un plumazo en los presupuestos, sin tener en cuenta el avance que significaba para nosotras el que los hombres comiencen a ser vistos como cuidadores por los empresarios. Los planes de igualdad en las empresas se pueden convertir en ciencia ficción cuando se está dando potestad al empresario para alargar jornadas, disminuir salarios, etc., y en este contexto de ensalzamiento de la “productividad” mal entendida todo lo que tenga que ver con los cuidados puede sufrir una importante devaluación social, que a quienes más perjudica es a nosotras.

Como ya dije todas las medidas tienen marcado impacto de género, pues nuestra tasa de actividad, nuestros salarios y nuestras pensiones son menores que las de los hombres. También cotizamos menos años para nuestra jubilación a lo largo de nuestras vidas (en media, en mi caso con 52 años de edad ya llevo 36 cotizados), a causa de ese “mandato social” que nos responsabiliza de los cuidados.
En definitiva esta huelga ha sido muy nuestra, nos jugábamos mucho en ella y según me comentaron también algunas compañeras la participación de mujeres en los piquetes informativos ha sido mayor que en otras ocasiones, prácticamente al 50% con los hombres. Algunas nos hicimos visibles con una pancarta especifica en la manifestación, por ejemplo en Madrid o Córdoba, pero también tengo que decir, y aquí sí quiero hacer una crítica a los sindicatos, que hace falta un cambio en nuestras organizaciones, pues he echado en falta la presencia de las mujeres en las mesas que dirigían las asambleas informativas a las que he sido convocada. Esta movilización nos tiene que hacer reflexionar sobre las cosas que hay que cambiar y ésta debe de ser una de ellas. Es importante que salgamos de esta crisis con unos nuevos valores en relación a la igualdad entre mujeres y hombres.


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