Trasversales
Jordi Sancho

Insumisión ante la agresión

Revista Trasversales número 21 invierno 2010-2011

Jordi Sancho es miembro de Ciutadans pel canvi en Pineda de Mar


¡Basta ya! Nos recortan y modifican el Estatut aprobado por el Parlament de Catalunya haciendo caso omiso de la voluntad soberana de la mayoría del pueblo catalán, y una vez que le han pasado el cepillo en las Cortes españolas (como se vanaglorió algún que otro personaje del panorama político español), a instancias del Partido Popular, el Tribunal Constitucional recorta todavía más el Estatut, violando de esta forma la decisión del pueblo catalán expresada democráticamente en referéndum. ¡Y el pueblo catalán a callar y bajar la cabeza!
Ahora, una sentencia del Tribunal Supremo, invalida el modelo de inmersión lingüística del sistema educativo de Catalunya, cuando es el mejor de España y todo un referente para otras comunidades plurilingües del mundo. En Catalunya no existe ningún conflicto con la lengua. Aunque parece ser que hay quien desea crearlo... Hay quien quiere volver cuarenta años atrás para poder encontrarse a gusto, ¡pero no podemos permitirlo!

El TC hizo una interpretación muy particular de las leyes y nos está demostrando que la Constitución española está absoleta y es necesario que sea modificada en profundidad..., sí o sí.
¡Basta ya! La sociedad catalana no puede quedarse sin hacer nada ante un ataque premeditado, estudiado y calculado, en contra de las instituciones y las leyes de nuestro país.
¡Insumisión! Pacífica pero firme de toda la sociedad civil, ante la agresión interesada de unos cuantos que menosprecian la democracia y la libertad. No podemos acatar aquello que viola nuestros derechos inalienables. No podemos aceptar la vejación. No queremos ser carne de cañón de la derecha política y de los españolistas que no aceptan las diferencias y la diversidad.

Todo esto nos da la razón, cuando decimos que hay que cambiar la Constitución y dirigirnos hacia una vía federal si no queremos que la relación Catalunya – España se deteriore hasta extremos irrecuperables. La convivencia integradora y pacífica lo necesita.


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