Hoy estamos aquí en gesto de solidaridad.
Solidaridad con las mujeres y con los hombres que en Egipto al igual que en Túnez, Yemen, Argelia, Marruecos y en otros países árabes se han alzado en rebelión contra los dictadores que los oprimen, que los explotan, que les impiden decidir en libertad cómo quieren vivir su propia vida y cómo quieren construir en común su destino colectivo.

Somos conscientes de que la situación de millones de jóvenes, que conforman la mayoría de la población y que no tienen otra perspectiva más que el desempleo o los empleos precarios y miserables, se ha combinado con un descontento social general ante la falta de libertades políticas impulsando las movilizaciones populares contra unos regímenes que durante más de tres décadas se han sostenido a costa de sacrificar las libertades, los derechos, la justicia y el progreso social, reprimiendo y encarcelando las legítimas expresiones de libertad y derechos de la sociedad y de los trabajadores en particular.
Movilizaciones en el que las mujeres están desarrollando un protagonismo hasta ahora desconocido en el mundo árabe.

Hoy estamos aquí, también, para denunciar la violencia desplegada por el gobierno y los partidarios de Ben Alí y Mubarak al reprimir las legítimas acciones de protesta. Violencia que ha causado centenares de muertos, miles de heridos y detenidos en Túnez y Egipto. Y para expresar nuestra solidaridad con los activistas de AI, de las organizaciones de derechos humanos, con los periodistas y abogados detenidos por sus denuncias sobre las agresiones contra manifestantes no-violentos.
Rechazamos con firmeza las instrucciones coercitivas dadas por el Gobierno egipcio a los trabajadores de las empresas del sector público y de las administraciones públicas para que se incorporen a las manifestaciones con la intención de sabotearlas de forma violenta.

Sabemos que la lucha de los pueblos árabes por su libertad es una rebelión contra sus propios tiranos pero también una reclamación de autodeterminación personal y colectiva contra quienes, desde fuera, colocan intereses económicos y geoestratégicos por encima de los derechos humanos y del derecho al autogobierno de los pueblos.

Hoy estamos aquí en gesto de reivindicación, hartas y hartos de ver como, cuando los tiranos matan, los gobiernos de Occidente y las instituciones internacionales miran hacia otro lado, y de que cuando los pueblos se sublevan pidan estabilidad y proclamen una supuesta neutralidad, cuando bien conocemos el apoyo dado a Mubarak o Ben Alí.

Hoy estamos aquí para emitir un mensaje de apoyo, pero también para cumplir la obligación de reclamar a los gobiernos de la  llamada “comunidad internacional” el fin de cualquier tipo de apoyo a las dictaduras y un compromiso activo con las mujeres y con los hombres que están luchando por su libertad. Un compromiso que no pretenda dictarles ni a ellas ni a ellos cómo deben ser y qué deben hacer, sino que les ayude, codo con codo, solidariamente, a recuperar su palabra y controlar la riqueza que producen con su esfuerzo.

Hoy no estamos aquí para enseñar nada a nuestras hermanas y hermanos del Mediterráneo árabe. Muy por el contrario, tenemos mucho que aprender de lo que están haciendo en estos días históricos, cuyas consecuencias todavía desconocemos pero que, sin duda, cambiarán sus vidas y posiblemente también las nuestras.

MADRID 9 de Febrero de 2011.
 
Addiffatayn-Las Dos Orillas; Asociación de la Comunidad Hispano-Palestina “Jerusalén”; Asociación Cultural Paz y Solidaridad “Haydeé Santamaría”; Asociación Pablo de la Torriente Brau; Asociación Paz Ahora ; ATIME; CEAR; CCOO; Comité de Solidaridad con la Causa Árabe; Cristianos de Base; Ecolo-Los Verdes; Ecologistas en Acción; En Lucha; Federación Musulmana de España; IEPALA; Izquierda Anticapitalista; Izquierda Unida, OSPAAAL; Partido Comunista de España; Plataforma 2015; Red Euromediterránea de Cooperación al Desarrollo; No Nos Resignamos; Trasversales; Unión de Juventudes Comunistas de España; UGT; USO