Trasversales
Armando Montes

Patrimonial patochada

Revista Trasversales número 23,  septiembre 2011

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Sí, estoy totalmente a favor del impuesto sobre el patrimonio, como lo estaría de mayores impuestos a las rentas más altas. Mucho más a favor que Rubalcaba, que al fin y al cabo votó a favor de suprimirlo cuando gobernaba su partido y propone reinstaurarlo justo cuando el PSOE se prepara para una autoasumida derrota (basta con ver las peleas por los escaños), mientras que yo, como otras muchísimas personas sin asesores alrededor, protestamos por ello en su momento y denunciamos luego  que lo que entregaban a los ricos así nos lo estaban quitando a la gente corriente con unos brutales planes de ajuste.
Sí, estoy a favor de un impuesto sobre patrimonio. Rajoy y el PP se oponen porque representan una opción de clase, elitista, aunque obtengan votos de trabajadores, no diré que de trabajadores "idiotas" o "equivocados", como suelen hacer algunos con mucho paternalismo, sino simplemente de trabajadores reaccionarios.

Pero lo que acaba de hacer el Gobierno, más bien como compensación por la puñalada dada a su candidato con el constitucionalazo y con las escenas de amor que en estos días protagonizan Zapatero, Salgado y Bono con los y las líderes del PP, es una patochada.
En primer lugar, por lo ya dicho. Los que deshicieron el impuesto hace varios años con fervor y mucha soberbia contra todas las voces críticas, los que han degradado los derechos sociales y laborales a partir de mayo de 2010, los que han ignorado las voces ciudadanas que pedían una fiscalidad más justa para repartir los costes de la crisis, deciden establecer un impuesto de patrimonio de 2011 y 2012, que serán gestionados en 2012 y 2013, años en los que ellos mismos creen que gobernará el PP.

En segundo lugar, cada comunidad decidirá si lo cobra o no lo cobra, sin perder en este último caso la parte de los 2100 millones de euros que el Gobierno se conprometió a transferir anualmente a las comunidanes en compensación a la desaparición fáctica del impuesto. La mayor parte de las comunidades están gobernadas por el PP, y el PP está en contra ahora de cualquier impuesto sobre patrimonio, así que puede quedarse en nada de nada sin necesidad siquiera de que el PP se moleste en cambiar la ley, basta con que decida no cobrarlo en cada comunidad autónoma. Desde el PSOE nos dicen "pero entonces tendrá que explicarlo"... Cuanto politiqueo, cuanto importancia a sus querellas politicistas, cuanto desprecio a la necesidad material de una sociedad que necesita más ingresos fiscales, más gasto social, menos gastos parasitarios y menos deuda pública.

En tercer lugar, el nuevo impuesto es mucho más limitado que el que se  cobró hasta 2007, de forma que la recaudación prevista sería más o menos la mitad que la obtenida en ese año, suponiendo que todas las comunidades decidiesen cobrar el impuesto. El mínimo exento, que en 2007 eran 258.000 euros (108.000 más 150.000 por primera vivienda habitual), pasa a 1.000.000 de euros (700.000 más 300.000 por vivienda), de manera que si en 2007 apenas pagaron este impuesto un 5% (la "clase media" según Zapatero) de los contribuyentes ahora apenas lo pagarían menos del 1% (los "pobrecitos" que, según Rajoy, viven a malas penas de las rentas de un patrimonio heredado, ¡esa es la cultura "emprendedora" del PP, una cultura del heredero rentista!).
Para entender como funciona esto, pongamos unos ejemplos.
Caso A: vivienda valorada en 300.000 euros y resto de patrimonio 700.000 euros. No pagará nada. En 2007 habría pagado unos 660 euros por una base liquidable (aproximada) de 300.000-150.000+700.000-108.000 = 742.000 euros.
Caso B: vivienda valorada en 350.000 euros y resto de patrimonio 850.000 euros. Base liquidable = 350.000-300.000 + 850.000 -700.000 = 200.000 (un sexto del patrimonio real), por lo que se pagará aproximadamente 433 euros. En 2007 la base liquidable habría sido 350.000-150.000 + 850.000 -108.000 = 942.000 euros, pagando unos 4970 euros.
En cuarto lugar, el PSOE, con esta medida, se empeña en hacer la campaña electoral del PP, al que estar callado es lo que mejor le viene. El Gobierno, que quitó este impuesto, establece un sucedáneo ahora, alegando que se debe a la crisis y que sólo sería por dos años, con lo que viene a dar la razón al PP cuando dice que este tipo de impuestos son malos. No está de más resaltar que este Gobierno, cuando adopta medidas como ciertas prestaciones a personas desempleadas sin ingresos, lo hace con programas de tiempo limitado, y lo mismo hace para gravar a los grandes patrimonios, pero las reformas para facilitar y subvencionar el despido o para degradar las pensiones son definitivas, aunque sus seguidores incondicionales alegan que no le queda más remedio a causa de la crisis.

Hay que preguntarse: ¿a qué esta pantomima? Está claro: electoralismo. Programa electoral izquierdosillo, práctica de gobierno derechizada. Dudo que eso le sirva de nada a Rubalcaba y el PSOE. Quienes les votarán tras lo que ha hecho en esta legislatura son sus fieles, es decir, los que le votan diga lo que diga y haga lo que haga, los que aplauden a Zapatero si dice que el sistema de pensiones no se toca y le aplauden si dice que tocarle es un acto de responsabilidad y, en plan castrista, remite a que la historia le juzgará. Pero la democracia no es "castrista", consiste en que todas y todos juzgan y deciden, asumiendo la responsabilidad de acertar o equivocarse. Tanto más cuando todos estos estadistas y tecnócratas están teniendo que reconocer que no han dado ni una, que no deberían haber quitado o bajado impuestos, que no entendieron la gravedad de la crisis y un montón de cosas similares... que mucha gente corriente, otros partidos, organizaciones sindicales y expertos de signo muy diferente a aquellos de los que se ha rodeado Zapatero habían venido advirtiendo. Hoy mismo he oído decir a Bono que el Estado no puede aguantar contraer cada día 600 millones de euros de deuda pública, lo que en parte es verdad, pero también es verdad que hace muy pocos días Rubalcaba reconoció que las rebajas fiscales del PP y del PSOE desde el año 2000 han supuesto una rebaja de 28.000 millones de euros anuales, más de 300.000 millones de euros, lo que, incluso sin contar la actualización de ese dinero bien utilizado (más o menos en el mismo período, en el Fondo de Reserva de la Seguridad Social 52.000 millones aportados se han convertido en 64.000 millones) y el fuerte ahorro en intereses por la deuda que no se hubiese contraído. Si tenemos en cuenta que la deuda pública española es de unos 700.000 millones de euros, es fácil ver que, si no fuese por la irresponsabilidad elitista y servidora de los privilegiados achacable a los gobiernos del PP y del PSOE, hoy la deuda podía estar bastante por debajo del 50% de la actual.

A mi entender, los programas electorales que presentan los partidos, especialmente en casos como el del PSOE, dada la distancia social que hay entre sus votantes y su cúpula, carecen de interés. Me da igual lo que proponga Rubalcaba, ya sabemos que incumplir las promesas y alardear de ello diciendo que son muy "valientes" y "patriotas" por hacerlo se les da estupendamente. Un giro "programático", que no político, en plena campaña electoral de un partido que sólo trata de reducir el tamaño de la derrota que prevé carece de toda credibilidad. No somos idiotas, acaban de convertir en mandato constitucional la prioridad absoluta del pago de la deuda con los capitalistas dinerarios sobre cualquier gasto social. Cerraremos escuelas y hospitales, pero que los capitalistas no se preocupen, cobrarán. No hay giro a la izquierda, sólo verborrea "rojilla" para satisfacer a descontentos.

Viene la derecha, sí. Hay que pararla, sí. Pero quien piense que eso se puede hacer apoyando las políticas de este Gobierno o votando al PSOE está muy equivocado. El caso danés es ilustrativo en lo que se refiere al ámbito electoral: lo único que ha permitido echar del gobierno a una alianza entre la derecha y la extrema derecha es la alianza de cuatro formaciones políticas de centro-izquierda. El mismo proceso se da en toda Europa, incluso allí donde la socialdemocracia era más fuerte. Quien no quiera que gobierne el PP tampoco debería apoyar la pinza PSOE-PP contra los derechos sociales. Más allá de los grandes partidos hay vida, sobre todo en las movilizaciones pero también en opciones electorales.


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