Trasversales
Miquel Monserrat

A propósito del déficit: en la calle nos veremos

Revista Trasversales número 25,  marzo 2012

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Rajoy se ha hecho el valiente. En un arranque de "soberanía", se declara insumiso a no se sabe quien y dice que el déficit público en 2012 lo va a reducir a un 5,8% del PIB, en vez del 4,4%. Impresionante. El País titula: "Rajoy planta cara a Bruselas". Rubalcaba, incendiario agitador que ha lanzado a la calle a miles de jóvenes radicales, todos ellos con carnet de las Juventudes Socialistas del País Valenciano en la boca, y que amenaza con comerse crudos a los curas en 2016, 2020 o 2024, tras cebarles bien  en 2004-2011, dice: "Va en la dirección correcta". Estupendo, con tal oposición Rajoy no necesita aliados.
Pues no, Rajoy no va en la dirección correcta. Rubalcaba parece no ir en ninguna dirección o ir en todas, que viene a ser lo mismo pero en círculo. Pero hablemos de Rajoy.

Hablemos de Rajoy pero no de lo que Rajoy quiere que hablemos. No nos maree con el déficit, del que su señorito Aznar y Zapatero tienen casi toda la culpa por los regalos que hicieron a los más ricos, a los curas, a los corruptos y demás tropa. Hablemos de lo que nos importa.
El déficit público es una resta entre ingresos y gastos. La trampa que nos han tendido es hacer que lo olvidemos. Sólo quieren que pensemos en la diferencia, como magnitud independiente, vinculada a un ente "España", que comprendería tanto a Botín como a Amancio Ortega como a quienes duermen en la calle o a quienes tienen que rebuscar cada noche en la basura. "La patria", esa patraña que ningún poderoso se toma en serio salvo para liarnos con ella y hacer que nos liemos a manporros con pobres alemanes, que cada vez son más, en vez de hacerlo con ricos españoles, que cada vez son más... ricos.

Así que un día llegó Rajoy y, tras conversaciones confidenciales con sus pares, salió diciendo que, en defensa de la soberanía nacional y para dsar respiro, no iba a endeudarse un 5,8% PIB sino sólo un 4,4% PIB. Impresionante, bravo lancero de Tordesillas encarándose al mitológico torazo de Bruselas, del que todo el mundo habla aunque los desmanes que se le atribuyen son obra en comandita de los gobernantes de los Estados de la Unión Europea en sus periodicos aquelarres intergubernamentales y antieuropeos.
Pero alto, un momento, ¿qué vamos a hacer con ese 1,4% PIB de déficit que nos regala Rajoy? Para valorarlo no se puede partir del objetivo de déficit, sino de los objetivos de ingresos y gastos. Para simplificar, un solo ejemplo: ¿qué pasa que un 1,4% PIB del déficit se debe a que se va a relajar la lucha contra el fraude -y hay muchos indicio de ello-  o a reducir aún más el tipo real pagado por el impuesto de sociedades, reduciendo los ingresos? En ese caso, yo prefiero un déficit del 4,4% sin esos regalos a los que más tienen que un 5,8%. ¿Y si esos 1,4 puntos se van en aumento de gastos como por subvenciones a la tauromaquia, compra de botes de humo, estatuas de proceres en aeropuertos, pago de salarios a ex presidentes y ex ministros que cobran una pasta de grandes transnacionales, desvío de fondos públicos hacia la patronal de la enseñanza y la sanidad privadas? Entonces prefiero el 5,8% de déficit al 4,4%.

Mientras los gobiernos sigan regalando o perdonando millones y millones de euros a quienes más tienen, derrochando en gastos absurdos de la corona o de los políticos, comprando armas, perdonando cotizaciones sociales e impuestos a las empresas con beneficios, subvencionando iglesias, pagando "productividades" a los altos cargos y planes de pensiones a sus señorías o desmantelando los equipos que perseguían con pocos medios pero buenos resultados el fraude, mientras sus planes de "ahorro" carguen sobre quienes menos tienen, mientras degradan la sanidad y la educación, mientras imponen recortes en los derechos sociales, vamos a decir NO a sus presupuestos, no a su política, no a sus planes, tanto con el 4,4% como el 5,8%. No nos liemos con cuánto podemos deber si no aclaramos antes en qué queremos gastar y cómo sacar los fondos para ello.

Ya conocemos muchos de los planes de Rajoy y también conocemos los recortes en marcha en las comunidades autónomas. Así que ya sabemos con toda seguridad que los recortes sociales van a  aumentar muy considerablemente sobre lo inicialmente previsto. Siendo así, ¿cómo es posible que suba el objetivo de déficit? Sube porque la operación en marcha es una inmensa transferencia de riqueza social desde quienes menos tienen hacia quienes más tienen, a los que regalará ese 1,4% PIB o mucho más. Las élites van a pagar mucho menos, pese al moderado aumento de los tipos a pagar en el IRPF, y van a recibir mucho más. En esas condiciones, decir que Rajoy va en la buena dirección, como ha dicho Rubalcaba, sólo puede ser una inmensa estupidez o, como sospecho, una subterránea complicidad política.

No, no nos va a engañar con un número mágico. No, no es usted nuestro paladín ante el dragón que, según las leyendas, amenaza con abrasarnos desde las alcantarillas de Bruselas. No, usted no va en la dirección correcta, aunque corrija el déficit aceptado por Zapatero, quien, por descontado, también iba por mal camino. O, mejor dicho, sí, va en la dirección correcta para lo que usted representa, para lo que usted es, para esa santa alianza formada por las élites políticas y económicas, que hacen lo que hacen porque quieren hacerlo, porque es su interés, porque son fieles a una clase privilegiada, porque el camino alternativo que existe es un camino de enfrentamiento con los ricos y los poderosos, cosa que no piensan hacer de ninguna manera.

Sabemos ya lo suficiente: los Presuestos del Estado 2012 serán una máquina de guerra contra la gente, con el 5,8 o con el 4,4. No a sus presupuestos, no a sus planes de ingresos, no a sus planes de gastos. No a ustedes, no a su sistema.
Nos dirán: "irresponsables, el déficit es una política de Estado". Tal vez, pero no somos Estado, somos el pueblo, la gente, la chusma, la multitud. Dejen que decidamos sobre los ingresos y sobre los gastos, luego haremos la resta y si no cuadra ya veremos como lo ajustamos, sabemos hacerlo, pero sólo entonces. Nuestra prioridad no es el 5,8% o el 4,4% sino que una persona que tiene un infarto agudo en Tarragona no tenga que ser trasladada a Barcelona, o que una familia no tenga que dormir en la calle porque se ha quedado sin casa; para evitar eso, hay muchos sitios de donde recortar, demasiado abuso, demasiado privilegio. Es otro punto de vista, irreconciliable con el suyo. Mucho más responsable y humanista que el suyo, señores del poder y del dinero.

Y no nos  vengan con que nos representan, lo que es falso, y con que ganaron unas elecciones, lo que es cierto, aunque sus escaños no corresponden a sus votos. Ustedes perdieron otras elecciones y se manifestaron una y otra vez del lado de quienes proclamaban abiertamente que un parlamento elegido no podía hacer leyes "contra la ley de Dios", un dios que, dando la medida de la talla moral de sus inventores, niega el derecho a que dos mujeres o dos hombres se quieran.

¿No vamos a poder alzarnos también nosotras en nombre de nuestra ética, esa ética que considera inmoral echar a las personas de sus casas, empujar a otras a rebuscar en la basura para poder sobrevivir, llevar a la muerte a personas enfermas a causa de los recortes sanitarios?
Ustedes salieron a la calle cuando quisieron. No lo duden, en la calle nos veremos. Nuestro propósito no es echarles del gobierno por la fuerza, no somos golpìstas. ¿Es el suyo echarnos de la calle por la fuerza? Mal camino, pero así no nos van a parar. Al menos, no les será fácil ni les saldrá gratis. Somos gente de paz, pero insumisa.


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