Ayer se escenificó el fuerte movimiento de protesta social que se está articulando como resistencia activa al avance neoliberal en España. Y, en mi opinión, se trata de lo más significativo de la jornada de huelga general convocada por los sindicatos mayoritarios. La gran huelga social, fruto de la indignación colectiva, nutrió las masivas manifestaciones que se realizaron en más de 110 ciudades. El aviso al gobierno está lanzado: de las urnas no sale ningún cheque en blanco.

“¡Mariano, Mariano, que no llegas al verano!”

Se equivocarán los sindicatos de clase, si piensan que el 29M es un acto simbólico que les dará fuerza para negociar matices de la reforma laboral. Es mucho más que eso; y en una perspectiva de futuro a largo plazo representa el inicio de algo que ya no va a parar. El plante ciudadano es contra la desfachatez de los gobiernos y el apriete de tuercas con el que intentan seguir vendiéndonos el mismo modelo de desarrollo y crecimiento a pesar de ser bien conocidos los desequilibrios que provoca; es contra la politica neoliberal y el intento descarado de desmantelar el embrión de estado de bienestar; es contra la lógica de acumulación capitalista y, en definitiva, contra el sistema heteropatriarcal; porque, como denuncia Amaia Pérez Orzoco, esta reforma no es sólo un ataque al trabajo, es un ataque a la vida

Que la reforma laboral aprobada continúa el ataque frontal a los derechos laborales es una evidencia fácilmente contrastable: sueldos inferiores a 500 euros para jóvenes menores de 33 años, flexibilidad ampliada hasta la posibilidad de despedir a personas empleadas por ausencias justificadas por enfermedad, legalización de horas extras incluso en contratos a tiempo parcial, retroceso en medidas de conciliación, privatización de los servicios de empleo … Y la amenaza velada de hacer desaparecer el derecho a la huelga. Igualmente verificable es el hecho que sus efectos serán especialmente duros sobre las condiciones de vida de las mujeres , quienes, vapuleadas ya por la crisis sistémica y patriarcal, se ven afectadas en mayor medida por el desempleo con una tasa del 23.32%, respecto al 22.46% de desempleo masculino (según datos de la EPA para 2011) y también son las más afectadas por los recortes del gasto público social y las sostenedoras principales del iceberg social y productivo que nutre el trabajo invisible también llamado a una Huelga de Cuidados

Madres, hijas y abuelas, paradas, precarias, funcionarias, políticas, empresarias, amas de casa, trabajadoras del hogar, limpiadoras, camareras, periodistas, abogadas, prostitutas, astronautas, profesoras, psicólogas, bailarinas, cantantes, escritoras, jardineras, bomberas, cirujanas, traumatólogas, ginecólogas, cocineras, científicas… ¿qué pasaría si todas estas mujeres y millones más en todo el mundo se pusieran en huelga de cuidados? ¿Qué pasaría con la base del iceberg económico que sustentan? ¿qué pasaría cuando lo que siempre ha sido invisible dejara de funcionar?

La hora de la igualdad de derechos a la que se refiere María Pazos Morán es YA y esto acaba de empezar; las primaveras florecen y con ellas también la conciencia social.

30 marzo 2012

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[Artículo publicado originalmente en Libro de Notas ]—-