Francisco Javier Vivas It's maths! Revista Trasversales número 25, enero 2012 Otros textos del autor
Un popular refrán castellano
nos asegura que el que la sigue, la consigue; otro dice que el que siembra
vientos recoge tempestades y un tercero afirma que ciertos polvos producen
inevitables lodos. De manera menos castiza Weber dejó dicho que la
racionalidad instrumental residía en la concordancia entre los fines
perseguidos y los medios aplicados para alcanzarlos, dejando de lado las
consideraciones sobre los fines. Y eso hemos hecho. En la disyuntiva de salvar el euro como moneda fuerte frente al dólar, o salvar el Estado del bienestar, se opta por identificar Europa con el euro y se decide salvar la cotización de la moneda a costa de depreciar las condiciones de vida de la población más desfavorecida de la Unión Europea. Y desde Bruselas se piden nuevos sacrificios a las mismas clases sociales que vienen soportando la pérdida del empleo, la restricción del crédito, la pérdida de poder adquisitivo, la subida de impuestos, la depreciación salarial y de las pensiones, los recortes en asistencia social, en sanidad, en educación y la pérdida de bienes públicos a través de las privatizaciones. A los mismos que con igual velocidad pierden dinero y empleo, casa y ahorros, garantías y derechos, y ganan en rabia, desesperación y desconfianza. No había otra alternativa, según Zapatero; nos lo imponen, según Rajoy; ambos tan obedientes y tan faltos de imaginación, o tan respetuosos con el desorden económico establecido. Pero se pueden hacer otras cosas, o por lo menos intentar hacerlas, para aumentar los ingresos del Estado. Y no hay que buscar muy lejos. Ahí está pendiente un impuesto sobre las transacciones financieras especulativas; la reforma del sistema financiero, pues el crédito sigue sin llegar a las empresas y los bancos conservan sus activos ficticios, enjugando pérdidas privadas con fondos públicos y especulando contra la deuda del Estado; y sigue pendiente un gravamen sobre las grandes fortunas y la persecución, con ganas, del fraude fiscal y la economía sumergida, y la erradicación de los paraísos fiscales y la abolición de los paraísos fiscales interiores, o la supresión de la financiación de la Iglesia católica, que es un dispendio innecesario. Y sigue estando pendiente que la justicia actúe con prontitud y ejemplaridad sobre defraudadores, corruptos, mangantes y, si es posible, sobre dilapidadores de dinero público. Todo eso ayudaría a sumar ingresos a la hora de hacer balance, porque hasta ahora, actuando sólo contra los mismos bolsillos, las cuentas no cuadran. It’s maths! Dice Obama a los suyos. It’s maths, Mariano. Hay que regalar una calculadora a frau Angela Merkel, y que sea en euros, porque parece que sigue calculando en marcos. |