La escuadra mediática repite de todas las formas posibles las consignas, adelantándose o apoyando las medidas del gobierno. Como hizo Goebbels la repetición de una mentira lleva a verla como verdadera o a resignarse a sus designios.

Estas son algunas de sus falacias:

"El déficit y la situación económica se debe a la herencia recibida, culpa del gobierno anterior por no tomar medidas o por tomarlas equivocadamente".  Esto "les obliga" a hacer lo contrario de lo que prometían en la campaña electoral y a prometer ahora sangre, sudor y lágrimas.
"El Estado es como una familia y debe pagar sus deudas. No debe gastar más que lo que ingresa. Ante el déficit actual sólo queda disminuir los gastos."
"Todos somos responsables. Hemos vivido por encima de nuestras posibilidades, ahora tenemos que corregirlo. Protestar ante decisiones del Gobierno solo sirve para deteriorar la imagen de España y empeorar las cosas ante nuestros socios europeos".

Ante estas mentiras y falacias repetidas por los medios hay que contestar con razones.

La crisis del capitalismo y las respuestas de la UE nos han conducido a esta depresión económica. Esta crisis y esta política siguen operando y han sido decisivas en la política del gobierno anterior, que el actual contináa profundizándola y aumentando la depresión y el paro.
Un Estado no es una familia. La inversión pública tiene que aumentar en periodos de decrecimiento y de paro pudiendo reducirse en periodos de crecimiento. Un Estado se debe a sus ciudadanos y las deudas deben de supeditarse a las necesidades de estos. ¿Por qué tiene que alcanzarse el 3% del déficit en 2 años? ¿Por qué el dinero de la UE, del BCE, no apoya a los Estados y sí a los bancos? Los acuerdos y las convenciones aprobadas para otras situaciones se convierten en dogmas inmodificables.
Los responsables de la crisis han sido un capitalismo financiero desregulado, a través de bancos y fondos de inversión, y unas políticas de la UE sometidas a los intereses de aquellos.
Los déficit se compensan tanto ingresando más como gastando menos. Ahí está la defraudación fiscal, los refugios del dinero en paraísos fiscales, las Sicav y descuentos diversos. El sistema impositivo español recauda menos que la media de los países de la UE.

Ante unas políticas destructivas del gasto social y de las condiciones de vida de la mayor parte de la población solo queda rebelarse. Otras políticas son posibles y hay que conseguir que el Gobierno español y la UE rectifique. Para ello hay que comenzar por ganar a la opinión pública y destruir sus falacias.