Trasversales
Luis M. Sáenz

La acción colectiva SÍ sirve

Revista Trasversales número 25,  febrero 2012

Textos del autor en Trasversales


La acción colectiva sí es útil. Sí sirve. Hemos escuchado una y otra vez la manida frase de que "en Grecia han hecho 18 huelgas generales y de nada les ha servido", lo que es falso, ya que sin la lucha social que tiene lugar en Grecia no existirían las redes de solidaridad y apoyo mútuo creadas, el ascenso de la extrema derecha sería mucho mayor que el que está teniendo lugar y las medidas tomadas por los sucesivos gobiernos serían aún peores.
Pero hablemos de lo que ocurre "en casa". Voy a poner dos ejemplos en los que se manifiesta la utilidad de la acción colectiva.

El primero se refiere a las acciones llevadas en torno al derecho a techo, a través de movimientos como stopdesahucios, las oficinas de vivienda, plataformas de afectadas por las hipotecas, etc. Ya cuando gobernaba Rodríguez Zapatero, sólo mes y medio después de la emergencia del "acontecimiento 15M", el Gobierno tuvo que elevar, a través del RDL 8/2011, en un 50% o más la parte de los salarios, pensiones o retribuciones inembargable en caso de deuda hipotecaria.
Más importante aún que esa medida, francamente insuficiente pero no indiferente para las personas afectadas, son los logros vinculados a la resistencia social contra los desahucios, pues, aunque no se hayan alcanzado los objetivos generales del movimiento (dación en pago, derecho a vivienda garantizado mediante una red pública de viviendas de alquiler social, etc.), lo cierto es que se han pospuesto muchos desahucios, se han logrado acuerdos de dación en pago o, incluso, de permanencia bajo fórmulas de alquiler. También es cierto que en muchos casos las cosas no se han desarrollado así, pero también lo es que se han logrado victorias parciales en muchas de las ocasiones en los que las familias afectadas han recurrrido al apoyo social y al movimiento antidesahucios.

El segundo ejemplo afecta a la reforma laboral y a la huelga general del 29 de marzo. Algunas de las personas que no quisieron sumarse ni a la huelga ni a las manifestaciones que tuvieron lugar ese día, alegaban que "no serviría de nada", que "no había nada que hacer", que "mirad Grecia". Más adelante me referiré al significado de ese tipo de argumentos, pero primero quiero mostrar hechos que demuestran su inconsistencia.
El 16 de abril de 2012 entraron en el Congreso de Diputados (y diputadas) las enmiendas del Partido Popular a su propio proyecto de ley de medidas urgentes para la reforma del mercado laboral, procedente del RDL 3/2012 de 10 de febrero. Esas enmiendas ocupan 86 páginas y no es mi propósito hacer aquí una evaluación global de ellas. Lo que quiero señalar, con la prudencia que exige el que sólo sean enmiendas y aún desconozcamos la redacción final de la ley, es que incluyen cambios significativos, aunque totalmente insuficientes, sobre algunos de los asuntos que mayor indignación social causaron, cambios que no habrían sido propuestos por el PP sin la huelga general del 29 de marzo. Resumo algunos de los que me han llamado la atención en una primera lectura:
- En los procedimientos de despido colectivo, despido objetivo por causas económicas, inaplicación de convenio colectivo, suspensión temporal de contratos y reducción temporal de jornada, se "reinterpreta" la causa basada en la por disminución de ingresos/ventas durante dos o tres trimestres consecutivos, estableciendo de que esa disminución no se refiere a la relación entre esos trimestres sino al hecho de que en cada uno de ellos haya una disminución de ingresos/ventas respecto al mismo trimestre del año anterior. La ventaja de esto respecto a la legislación vigente desde el RDL 3/2012 de 10 de febrero es que se suprimiría el factor estacional que hace que muchas empresas cumplan ahora el requisito aunque la tendencia anual de sus negocios sea claramente ascendente.
- En cuanto al despido por ausencias justificadas, el PP se autoenmienda en dos cosas significativas. Por un lado, en el caso del despido por acumular un  20% de ausencias durante dos meses consecutivos, propone añadir el requisito adicional de que las ausencias de la persona afectada durante los 12 meses anteriores alcancen el 5%. Por otro lado, se establece que no se contabilizarán las ausencias causadas por tratamientos por cáncer o enfermedad grave.
- Otra enmienda anula la posibilidad de que los convenios colectivos limiten el derecho personal de cada trabajador(a) a determinar, en el marco legal vigente, la concreción horaria y el periodo temporal en que ejercerá el permiso de lactancia dentro de los criterios establecidos por la ley.
- En cuanto al denominado "contrato de apoyo a emprendedores", caracterizado por el periodo de prueba de un año y por los incentivos fiscales con que cuenta, una de las autoenmiendas del PP establece que la la deducción fiscal en la cuota íntegra de la empresa por importe igual al 50% de la prestación por desempleo pendiente de cobrar por la persona contratada se vinculará al aumento, al menos en una unidad, de la plantilla media en los 12 meses siguientes. Además, se regula que en caso de incumplimiento de los requisitos que dan derecho a los incentivos fiscales establecidos no bastará con proceder a su devolución, como estableció el RDL 3/2012, sino que la empresa deberá pagar intereses de demora.
Aunque el objetivo de este artículo no es una valoración general de la reforma laboral ni de las enmiendas presentadas, para evitar malas interpretaciones querría decir que considero tan equivocado pensar que estas matizaciones modifican el sentido esencial de la reforma laboral y que, de aprobarse, habría que renunciar a continuar luchando contra ella, como pensar que carece de toda importancia que se hagan esos retoques y que aunque se aprueben finalmente no habremos conseguido nada. A mi entender la lectura adecuada de este movimiento del PP es que gracias a la movilización social podróamos paliar algunas de las medidas más regresivas de la reforma laboral, que eso sería bueno y que lo que se deduce de ahí es que hay que seguir movilizándose y presionando contra una reforma laboral que, incluso con esos cambios, seguiría siendo terriblemente agresiva. Que vamos a seguir actuando, porque la acción colectiva "paga".

Una vez comentados estos dos ejemplos, añadiré que la acción colectiva también está justificada y es necesaria cuando no parezca que se puedan conseguir  ciertas reivindicaciones a corto plazo. La acción colectiva tiene una dimensión ética, relacional, humanista, de respeto al projimo y de autorespeto. Los efectos de la acción colectiva no se ven sólo en el corto plazo ni en el logro de tal o cual reivindicación, aunque esto sea muy importante. Contribuye a constituir el carácter personal y el tono ético de una sociedad, por lo que sus efectos marcan vidas durante décadas. ¿Tendría algún sentido medir ahora las consecuencias de "mayo de 1968" por las reivindicaciones logradas entonces? Si permitimos que nos sometan y que sometan a otras y otros sin respuesta alguna, nos degradamos, entramos en la rueda de la servidumbre voluntaria, nos hacemos peores personas, nos domina el miedo, la humillación y el resentimiento. En ausencia de respuesta a los ataques de los poderosos, nos lanzaremos unas contra otras, nos pisotearemos, nos aplastaremos en un desesperado "sálvese quien pueda" mientras que las élites escapan de todos los naufragios en sus helicópteros y observan cómo nos matamos para ocupar una plaza en alguno de los escasos,  endebles e inseguros bote salvavidas dejados para la chusma.

Tengo un enorme respeto hacia quienes no hicieron la huelga del 29 de marzo porque las situaciones de precariedad en su empresa les colocaba ante riesgos reales de despido. También hacia aquellas personas con ingreso tan bajos que en verdad no puedan permitirse un día sin cobrar. Pero a aquellas personas que no participaron en el esfuerzo común para ser bien vistas y no perder alguna oportunidad de promoción, porque no quisieron perder un día de sueldo aunque pudierán permitírselo, porque "no vale para nada", porque "a mí no va a pasar" o, peor aún, esos ridículos "un día no basta, yo la haré cuando sea indefinda" o "yo no hago nada que convoquen los sindicatos", les propongo que reflexionen sobre lo ocurrido y sobre la necesidad del apoyo mutuo y la solidaridad humana. ¿O acaso van a renunciar a cualquiera de los beneficios que derivan de la acción colectiva?


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