Trasversales
Camille Boudjak

Una birria de película para hacer olvidar la lucha por el pan


Revista Trasversales número 26 septiembre 2012 (web)

Original en francés



Todo comienza con una película (muy) mala con tintes racistas y reaccionarios, "La inocencia de los musulmanes", una película cuyos actores hacen de "Mon curé chez les nudistes" ["comedia" francesa, 1982] una obra maestra del cine. Verla entera es tan doloroso como tragarse completas las 25 temporadas del inspector Derrick. Ideológicamente, es una película reaccionaria que pretende escenificar la ideología del choque de civilizaciones. Proyectada sólo una vez en Hollywood a principios de 2012 y difundida en youtube, este bodrio no habría salido de esa mazmorra si, en septiembre de 2012, salafistas y otros reaccionarios religiosos no hubierán decidido    publicitarle y promocionarle.

Nueve meses después de la primera y única proyección del bodrio, diferentes grupos islamistas se despiertan, desde los salafistas a  Al Qaeda pasando por los mulás iraníes, y hacer famosa a una película cuya difusión nunca habría logrado superar la de la filmación de la boda de  mi primo o de las vacaciones de mi tía en Charleville-Meziere. Sam Bacile, el director, no habría soñado nunca con tanta publicidad. Él quería hacer una película sobre el "choque de civilizaciones", donde todos los musulmanes serían, desde los orígenes del Islam, integristas religiosos fundamentalmente intolerantes, brutales y criminales. Como si fueran niños que tras ver un western tratan de parecerse lo más posible al héroe de la película, los salafistas y otros reaccionarios religiososhan organizado las protestas, causando muertes, como si quieran parecerse tanto como sea posible a la imagen que la película da  de los musulmanes. Sam Bacile ha declarado que su película iba a ser la primera de una larga serie, 200 horas en total, que pretendía infligir a sus pocos espectadores. No contentos con dar una publicidad gratuita a "La inocencia", los reaccionarios religiosos hab ofrecido gratuitamente a Sam Bacile una secuela filmada y transmitida por televisiones de todo el mundo.

Toda la prensa mundial ha llevado a las protestas contra el bodrio  a sus cabeceras, en las que a veces se da la impresión de un movimiento masivo y espontáneo del "mundo musulmán". Y, sin embargo, no hay nada espontáneo en esta maniobra de los partidos y regímenes islámistas denunciando, nueve meses después de su lanzamiento, una película de andar por casa. Todo sucede como refrito de un conocido guión. Por un lado, los fundamentalistas islámistas denuncian, no sólo un bodrio, sino todo lo que representaría el "corrupto Occidente", en particular los derechos de las mujeres. Por otro lado, los racistas y nacionalistas, en Europa o en América del Norte, utilizan estas imágenes de salvajes reaccionarios para incitar al odio contra todas aquellas y aquellos que son considerados como musulmanes.
La primeras manifestación, la que tuvo lugar en Bengasi (Libia), formó parte de una estrategia de Al-Qaeda para perpetrar un ataque contra el consulado de los EEUU con el fin de vengar la muerte del número dos del grupo terrorista, Abu Yahya al-Libi. Nabo El bodrio de Sam Bacile sirvió de pretexto. Después, en otros muchos países, particularmente en Egipto, la agitación contra el bodrio era una buena manera para tratar de hacernos olvidar que los trabajadores que provocaron la caída del régimen de Mubarak no tienen bastante pan para alimentar  a su familia. En Pakistán, toda esta agitación reaccionaria permitido eclipsar la noticia de la muerte de más de 300 trabajadores, el 11 de septiembre en dos fábricas. En Irán, el régimen utiliza el bodrio tanto a nivel interno para tratar de ocultar la situación de la clase obrera como en política exterior para tratar de hacer olvidar que sus agentes y el Jezbolá libanés, instrumento suyo, están entre los más activos sostenedores de la sangrienta represión en Siria. En muchos de los paises llamados "musulmanes", desde el Magreb hasta el subcontinente indio pasando por Oriente Medio, toda este alboroto ridículo pero sangriento llega a punto para ocultar los verdaderos problemas, los de hambre, el desempleo, la pobreza y la opresión.

Sin embargo, sea cual sea la impresión que dan los medios de comunicación, estas protestas violentas están lejos de ser masivas. Generalmente, cuando dan cifras se trata de "cientos" de manifestantes, en ciudades con varios millones de habitantes. En un país como Afganistán, donde la rama más medieval de los islamistas tenía el poder político hace sólo diez años, en el poder político, la manifestación contó con la participación de 800 personas el lunes 17. En Teherán, pese al apoyo de la dictadura, sólo 500 personas se manifestaron el jueves 13. A modo de comparación y siguiendo dentro del "mundo musulmán", el domingo, 16 de septiembre, en una zona industrial en las afueras de Daca (Bangladesh), más de 100.000 trabajadoras y trabajadores textiles se manifestaron para reducir la jornada de trabajo, muchas más personas que las congregadas en todas las manifestaciones montadas durante esos días por los reaccionarios religiosos. Pongamos el caso de Palestina: las noticias hablan de "cientos" de personas en cada una de las dos manifestaciones, una en la Banda de Gaza y otra en Cisjordania, convocadas por los islamistas a cuento de esta película... pero poco antes, el 10 de septiembre, miles de manifestantes protestaron desde Jenin a Hebrón, contra los altos precios y la falta de pago de los sueldos de los empleados de la administración pública.

En resumen, contra de la imagen del "choque de civilizaciones" que pretenden dar los reaccionarios de todo tipo, oponiendo a los seres humanos de ambos lados del Mediterráneo o del Bósforo, la población de los "países musulmanes"se está movilizando mucho más por sus condiciones de vida y trabajo, con reivindicaciones que son las de los proletarios del mundo entero, que siguiendo las convocatorias de un puñado de reaccionarios que aún se creen en la Edad Media.
En Francia, logró grandes titulares un intento de manifestación que el sábado juntó como mucho 250 personas en París. Jean-François Copé, en una amalgama al gusto de la UMP, inmediatamente pidió  "la expulsión de los manifestantes del sábado en situación irregular", fingiendo no saber que, en Francia, entre los reaccionarios barbudos hay muchos que son tan franceses como él y que, por el contrario, la gran mayoría de los trabajadores sin papeles en Francia, musulmanes o no, creyentes o no, no tienen nada que ver con las redes salafistas.
Valls también navegó entre los prejuicios xenófobos al denunciar en  una misma frase a este pequeño grupo salafista y al "rezo en la calle",  llegando a decir que no permitirá que "en nuestras calles se oigan consignas hostiles a nuestros países aliados ni a nuestros valores". Recordemos que las "rezos en la calle" que tenían lugar los viernes en el barrio parisino de  La Goutte d'Or, reuniendo a mucha más personas que la pequeña manifestación salafista, se realiban así para paliar la ausencia de locales. Y sobre todo recordemos que esos rezos no tenían nada que ver con salafistas y otros yihadistas.

Conviene recordar que la población de los países denominados "musulmanes" se moviliza mucho más en torno a las condiciones de vida y trabajo, incluyendo las recientes movilizaciones en Túnez por la igualdad y la libertad de las mujeres, que por las estupideces de los fundamentalistas reaccionarios, y que en Francia los musulmanes sindicados en la CGT son muchos más que los simpatizantes de los barbudos.
Frente a todas estas desviaciones reaccionarias en torno a un bodrio, no nos vamos a dejar dividir por la derecha nacionalista o religiosa, sino a unirnos, tanto si vamos a la taberna como si vamos a la iglesia, mezquita o sinagoga, en torno a las reivindicaciones que nos conciernen a todos y todas, para oponernos a los despidos, al desempleo y a la pobreza, por la libertad, el pan y la dignidad humana, como decían los sublevados de Túnez y Egipto a principios de 2011, como lo gritan aún hoy los condenados de la tierra y los convictos de hambre en todo el mundo.

19 de septiembre 2012



Trasversales