Beatriz Gimeno
Los pobres y la culpa
Revista Trasversales número
26, agosto 2012 (web)
Textos de la autora en Trasversales
Blog de la autora
Criminalizar a los pobres por ser pobres y por supuestamente amenazar
el modo de vida de aquellos que son sólo un poco menos pobres que ellos
es una vieja estratagema del poder para enfrentar a unos pobres con otros,
para encontrar un chivo expiatorio a las miserias de muchos, para bloquear
la solidaridad básica que la mayoría de las personas sentiría
por otras personas en situaciones desesperadas o producto de la injusticia,
para que el miedo y la ignorancia sustituyan a los requerimientos de justicia,
en definitiva.
En cualquier situación en la que los poderosos intentan imponer una
medida que perjudica a los más pobres y que iría contra el más
elemental sentido de la justicia e incluso de la lógica, vemos como
utilizan todos los medios ideológicos, es decir mediáticos,
a su alcance para conseguir que la culpa recaiga sobre los que sufren las
consecuencias de la misma. El capitalismo, que crea pobres y que extiende
la miseria entre la mayoría, tiene un formidable aparato ideológico
para que la gente termine pensando que los que no tienen nada es porque se
lo merecen. Lo contrario sería dejar que la gente se diera cuenta de
que unos son muy pobres porque otros son muy ricos y de que la riqueza puede
repartirse siguiendo criterios de solidaridad y de justicia.
El Partido Popular es un burdo ejemplo del funcionamiento de este mecanismo.
No hay medida injusta, insolidaria e inhumana que el PP tome que no vaya acompañada
de su batería de razones para culpabilizar o, al menos para extender
la sospecha sobre los que tienen menos y que son además los más
perjudicados por dichas medidas. Las razones de la crisis han quedado reducidas,
y mucha gente se lo ha creído, a que “hemos vivido por encima de nuestras
posibilidades”; nada de las maniobras del capitalismo financiero para expoliar
a sociedades enteras. Todo queda reducido a que las familias trabajadoras
(animados y engañados por los bancos) se compraron un piso que no
podían pagar. Nadie se pregunta por qué comprarse un piso para
vivir dignamente es algo que queda fuera de las posibilidades económicas
de la mayoría de las familias, y si eso es normal.
Después de eso, una vez que parece haberse extendido que los culpables
de la crisis son los que la sufren en mayor medida o, por lo menos, que todos
tenemos la misma culpa, no hay medida que no lleve aparejado su correspondiente
culpable y, por supuesto, injusto culpable. Así, la reforma laboral
que ha conseguido que haya muchos más parados, que se rebajen los sueldos,
que se endurezcan las condiciones de trabajo etc., se aprobó acompañada
de una campaña en la que los parados eran prácticamente unos
vagos y unos delincuentes que se merecen lo que les pasa. Se ha conseguido
extender la idea de que los parados son personas muy dadas al fraude. Los
verdaderos defraudadores, en cambio, gozan de una amplia amnistía que
les anima a seguir defraudando en el futuro.
Después se expulsa del sistema sanitario a los inmigrantes irregulares
que no suponen apenas gasto sanitario pero sí ingresos –según
demuestran todos los estudios. Se les deja fuera con la excusa de que así
el sistema será más sostenible. Es decir, se deja sin sanidad
a personas ¿se supone que para que el derecho a la sanidad siga siendo
un derecho de las personas? Y a las CC AA que se rebelan y que deciden seguir
defendiendo ese derecho básico el PP las acusa de insolidarias. Ahora
un tal Floriano, un tipo con pinta de señorito de toda la vida, dice
que entre los receptores de los 420 euros hay muchos que viven con sus padres.
Así que a las pensiones de miseria que cobran muchos ancianos y, sobre
todo, ancianas, ahora hay gente que tiene la desfachatez de sumar los 420
euros con la intención de ver si entre todos consiguen para ir viviendo.
Es posible que una de las medidas que han anunciado que van a tomar para poder
seguir recibiendo esa ayuda sea vivir entre cartones, o quizá no.
Quizá vivir en un cartón sea considerado “falta de domicilio
fijo” y motivo para que te retiren la ayuda.
De este mismo tipo son las medidas anti pobres que cada vez con más
frecuencia imponen algunos ayuntamientos. Y también de este tipo son
las mediadas antiprostitución aprobadas por el Ayuntamiento de Barcelona
que no sólo impone multas a las mujeres que se dedican a la prostitución
para ganar un dinero que necesitan, sino que encima las mandan a un curso
de “reinserción”. ¿Reinserción de qué? Porque
es obvio que para conseguir un trabajo digno no servirá el curso, ya
que si dichos trabajos existieran posiblemente muchas de esas mujeres no
estarían dedicándose a la prostitución en la calle. Así
que no es más que otra muestra de la milenaria costumbre de culpar
de la prostitución a las propias mujeres y de considerarlas peligrosas
sociales. Seguramente que si dieran de los clientes un curso de reinserción
antipatriarcal, la cosa mejoraría. Pero no, eso no se les pasa por
la cabeza. Pretender acabar con la prostitución sin variar ni un ápice
las condiciones de desigualdad de género y de desigualdad económica
es sólo una muestra más de ese culpar a los pobres de su pobreza.
En la Edad Media los pobres eran delincuentes, extendían las plagas
y traían mala suerte. Cada vez que ocurría cualquier desgracia
se perseguía a los pobres que eran odiados por serlo. Los pobres eran
temidos por aquellos que se encontraban un poco por encima del nivel básico
de subsistencia, y eran odiados por los ricos a los que los pobres no les
gustan nada porque nunca se sabe por donde van a salir. Estamos cada vez más
cerca de esa situación. De hecho, cada vez que el PP toma una nueva
medida económica debajo de la redacción de la misma hay una
letra pequeña, muy pequeña, que dice:¡que se jodan!”.
Y no olvides que el 15 de septiembre la Cumbre Social contra los Recortes,
formada por más de 150 entidades de la sociedad civil ha convocado
una Marcha a Madrid. Tenemos que llenar Madrid con la protesta, tenemos que
conseguir un cambio de políticas y podemos hacerlo. Pon este día
en tu agenda.
Beatriz Gimeno es escritora y expresidenta de la FELGT (Federación
Española de Lesbianas, Gays y Transexuales)
http://beatrizgimeno.es
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