Trasversales
Enrique del Olmo

La insoportable levedad de la oposición

Revista Trasversales número 26 julio 2012 (web)

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“En el mundo del eterno retorno descansa sobre cada gesto el peso de una insoportable responsabilidad”
Milos Kundera

El día 11 de junio fue un día paradójico; mientras la castellana, se llenaba de solidaridad con los mineros, mientras el pueblo trabajador de Madrid agradecía a la marea negra ese importante empujón para luchar contra los recortes; en la Carrera de San Jerónimo, Rajoy anunciaba la decisión política del Gobierno de acabar con derechos personales, sociales, con instituciones bajo el manto protector del “hemos hecho lo que teníamos que hacer “ y ese diseño del futuro “al final nos espera la recompensa”. Aplicaba así la trilogía ideológica básica del Partido Popular: Menos Estado, menos derechos y menos rentas. Estamos ante el desmantelamiento de lo conquistado por la inmensa mayoría social de este país en los últimos 30 años pasado de contrabando como medidas de “coyuntura”.
¿Y la oposición? ¿y el PSOE? ¿y Rubalcaba? Nadie daba crédito al ataque de responsabilidad en el que está, que a la gente sólo le suena de autodefensa del “establishment” político. No era posible con la ciudadanía volcada en solidaridad con los mineros, el alejamiento de la realidad que reflejaba su “oposición.” Su oferta de colaborar y discutir mediante un Pacto Nacional hacia donde dirigir las tijeras le situaba, por muchas críticas que hiciese a la gestión de la crisis, pegadito al Gobierno, lo que entendió perfectamente Mariano al pasarle el guante de seda envenenado por el hombro. Daba un paso más en su disolución como cabeza de la oposición política al Gobierno. Parece que ni la marcada tendencia a la pérdida de base social, que ni la inexistencia en la cabeza de la gente del PSOE como alternativa al PP, que ni el desastre político y organizativo en que se haya inmerso el partido hace reaccionar a Rubalcaba y a la actual dirección, al contrario cada vez cava un poco mas la tumba hacia abajo. No es la discusión de si oposición útil (es decir colaboración con el PP) u oposición frontal; la oposición  útil de ZP, mas allá de lo que se piense de ella, fue en temas puntuales y precisos y nunca abandonó la oposición en los temas vitales como los recortes sociales, las leyes educativas o la guerra de Irak, pero ahora se pretende pactar (pretende porque no le hacen ni caso) en los temas centrales del desmantelamiento de las reglas de convivencia y cohesión social generadas en estos 30 años, sin resultado y sin que la población encuentre un aliado en su permanente resistencia. El PSOE agarrotado por su reciente derrota y su salida en falso en el Congreso de Sevilla (que también era en falso de haber triunfado Chacón), es incapaz de emitir un mensaje de cambio e ilusión a la sociedad, es un poco vergonzoso que sea UPyD la que agarre la bandera de las responsabilidades sobre el escándalo de Bankia porque al PSOE le de miedo remover sus propias vergüenzas, o que se resista a los cambios en el ámbito de privilegios cuando el populismo reaccionario de los seguidores de Rosa Díez plantean rebajas de sueldos o de estatus. No es el momento de la política del retoque, de aparecer como moderador de la barbarie social que el PP intenta implantar, es el momento de formular un proyecto global de freno a estos ataques y que sólo puede tener fuerza y credibilidad si se presenta una propuesta global, basada en una política en Europa de freno a la impulsada por Merkel y que recoja las demandas que los ciudadanos formulan una y otra vez y a la que no se responde. Es el momento de estar pegado a la resistencia social, sabiendo que hay que pagar una cuota de rechazo por las políticas “responsables”, es decir abandonar la senda griega del PASOK hacia donde se orienta de forma ineluctable sino se reacciona en el próximo periodo. Es el momento de asumir plenamente que los ciudadanos han colocado a los socialistas en la oposición para que frene al gobierno de la derecha, para que se oponga y no para que actúe como gobierno, que no lo es.
El PP avanza como caballo desbocado recortando por aquí, desmantelando por allá, criminalizando a los que se resisten. Tiene todos los instrumentos en la mano: mayoría absoluta política, poder y manipulación mediática, los poderes reaccionarios de la justicia y la iglesia a su lado, los poderes económicos contentos de cómo les hace el trabajo sucio pero con interrogantes de cómo la contracción económica va a afectar también a sus negocios a medida que se baja en la escala de dimensión empresarial, y una cierta aquiescencia social expresada en “no podemos hacer otra cosa, es lo que nos imponen” y frente a ello ¿que?: una importantísima resistencia social, fragmentada y variopinta pero muy amplia; una leve resistencia institucional en las comunidades de Andalucía y sobre todo País Vasco; los sindicatos tanto mayoritarios como minoritarios o profesionales; movimientos como el 15-M o sus expresiones locales y temáticas (desahucios, sanidad, etc), una parte del arco parlamentario y especialmente Izquierda Plural y una sensación creciente en la ciudadanía de desconcierto, temor, indignación, disposición a la lucha y falta de perspectivas. Son sobre estos mimbres sobre los que hay que trabajar para construir un dique frente a las políticas de la derecha y generar un proceso de construcción de alternativa política donde todos quepan (mas allá de cómo se manifieste y exprese).
Si Milan Kundera reflexionaba en su famosa novela parafraseada en este artículo sobre la necesidad o no de dar un sentido a la vida, a la existencia, me parece que es el momento de que el Partido Socialista reflexione sobre la necesidad de dar un sentido a su política y a su actuación.





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