Trasversales
Jesús Jaén

Bloque crítico el 15 de septiembre

Revista Trasversales número 26 agosto 2012 (web)

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La plataforma  llamada “Cumbre Social” formada por doscientas organizaciones sindicales y sociales ha convocado el 15 de septiembre una gran manifestación estatal en Madrid. Sin duda será una de las mayores movilizaciones de los últimos años. Como todo el mundo sabe el motivo de la protesta son los recortes sociales que vienen aplicando los gobiernos del PP y PSOE. Sin embargo, y más allá de la participación en la manifestación, nos gustaría llevar a cabo algunas reflexiones críticas.
Opiniones –por cierto- que lejos de llevarnos a decir que no hay que participar en esta manifestación, nos plantea la imperiosa necesidad de estar ahí, compartir con l@s miles de compañer@s ese día de lucha, hacernos escuchar nuestros lemas y consignas, y en definitiva, organizar un potente movimiento o bloque crítico que vaya construyendo nuevas alternativas a los sindicatos mayoritarios y al corporativismo.
 Vayamos por lo tanto a las reflexiones:

1.- Entre las doscientas organizaciones sociales y sindicales no figuran algunas que, durante el último año y medio, han llevado el peso de la resistencia tanto al gobierno del PP como del PSOE. Nos referimos al movimiento 15M que hemos estado en las calles (15 de mayo, 19 de junio o 15 de octubre del 2011, además del 12 de mayo del 2012) en las movilizaciones más importantes que se recuerdan (tanto por su masividad como por su espontaneidad y contenidos políticos anticapitalistas). Tampoco figuran numerosas organizaciones sindicales y sociales que hemos participado activamente en las luchas. Sí figuran en cambio muchas organizaciones profesionales, corporativas y de claras tendencias  pro-patronales como por ejemplo el SATSE en la sanidad o los colectivos de jueces, policías y funcionarios públicos que hasta ahora  han pactado y apoyado al Gobierno.

2.- Por eso, el documento aprobado por estas organizaciones que encabezan UGT y CCOO se “olvida” completamente de las luchas habidas durante el 2011 y no nombran otros aspectos de la resistencia como la que se está llevando a cabo contra los desahucios; por la auditoria y no pago de la deuda; ni señala a los verdaderos responsables de la crisis. No, para ellos se trata de volver al “espíritu de la convivencia” que ha Reinado (y nunca mejor dicho) en este país a lo largo de los últimos treinta y cinco años. Nos presentan así un idílico panorama anterior a la crisis económica como si en este país el capitalismo de la burbuja inmobiliaria y de la especulación financiera, hubiera nacido  en los últimos cuatro años; como si la bonanza económica española no se debiera a la bestial explotación que han sufrido millones de inmigrantes, mujeres o jóvenes con salarios de seiscientos o setecientos euros. Esa es la fuerza del trabajo explotado y expoliado que les ha permitido a las clases dominantes acumular enormes masas de ganancias y plusvalías, mientras las clases medias se contentaban con las migajas que caían.

3.- ¿Y todo esto porqué no se dice? Pues sencillamente porque no se quiere ir al fondo, a la raíz del problema. Y eso se nota a la hora de ofrecer alternativas y propuestas. Basta con escuchar a los dirigentes de los sindicatos mayoritarios que, en plena sintonía con la cúpula del PSOE, se limitan a plantear un parche detrás de otro. Como son parte y defensores de este sistema se limitan a propugnar soluciones tibias que no reducirán sustancialmente los sufrimientos de la población. Ni los eurobonos, ni la intervención del BCE en la compra de deuda, ni las “soluciones” de Hollande frente a Merkel, van a suponer -como ellos mismos defienden- un cambio de modelo. ¿No nos acordamos ahora que hace tres años Obama o Sarkozy querían refundar el capitalismo? Y lo único que nos han ofrecido es un aumento de la dosis de neoliberalismo.

4.-Es falso que no hay alternativas,  o que se tengan que ajustar al sistema para no asustar a los inversores como nos dicen (entre otras cosas porque los inversores no entienden de colores sino de rentabilidades o riesgos y por eso prefieren tener su capital en las islas Caimán o Luxemburgo mejor que en España). Nosotr@s deberíamos mandar un mensaje claro y contundente a los mercados financieros y a los gobiernos de la UE: la deuda no la reconocemos, no es nuestra. No debemos, no pagamos como dice el 15M. Experiencias en este sentido hay unas cuantas en países de Latinoamérica. Lo mismo en el caso del déficit público. No debemos entrar  en el juego de qué hay que recortar ni cuánto (mientras existen grandes fortunas que no tributan o grandes capitalistas que acumulan más fortuna que miles de familias juntas). Nosotr@s no pretendemos lavarle la cara a este sistema sino hacer todo lo posible por cambiarlo por otro más justo.

5.-  Los dirigentes de UGT y CCOO han planteado la manifestación del 15 de septiembre, un referéndum sobre los recortes y se habla de una nueva huelga general en octubre o noviembre.  La gente  bienintencionada  pensará que este es un plan para derrotar al Gobierno del  PP y que por fin iremos a la lucha tod@s unid@s. Sin embargo nos gustaría hacer algunas consideraciones. 
No dudamos que los dirigentes de CCOO y UGT hayan diseñado esta estrategia de movilización para responder al furioso ataque del Gobierno, pero salta a la vista una doble intencionalidad.  Prescindiendo –como han hecho- de los sectores sociales y sindicales más combativos y uniéndose a la derecha sindical o corporativa, lo que nos están diciendo –y lo dicen en su manifiesto- es que buscan que las cosas vuelvan a ser como antes. Intentan atajar los problemas que les ha causado el movimiento 15M y otros sectores, contagiando a la sociedad, a las mareas en lucha, de su espontaneidad, auto-organización y planteamientos radicales.  Quieren volver a recuperar la iniciativa que venían perdiendo  para volver a encarrilar a l@s trabajador@s por la vía de la concertación y del diálogo social. En definitiva no quieren perder su estatus y por eso se rodean de sindicatos subvencionados y colectivos conservadores.

6.- Esta estrategia de volver al diálogo es una utopía reaccionaria. Es decir, busca volver a desarmarnos, pero lo hace además en un marco imposible. Hoy en día la clase dominante no quiere hacer la menor concesión, sólo persigue robar mediante mecanismos de fuerza; y todo ello porque se siente ganadora en todos los sentidos (citando palabras del multimillonario Warren Buffet al New York Times: “Claro que hay lucha de clases. Pero es mi clase, la de los ricos, la que ha empezado esta lucha. Y vamos ganando”).
Otra estrategia es posible. Y además de necesaria, mucho más efectiva. Aquella que venimos planteando miles y miles de personas en el 15M o en el sindicalismo alternativo. La movilización social, seguir apoyando la lucha por una vivienda digna, por un trabajo o contra todo tipo de recortes o privatizaciones, la democracia directa, la auto-organización a través de asambleas en los centros de trabajo o en los barrios, la negativa a reconocer la deuda y por lo tanto el pago
Ese es el sentido que en mi opinión debería tener el Bloque Crítico pero tanto para la manifestación de 15 de septiembre como para antes y después. Deberíamos intentar confluir tod@s los que estamos de acuerdo para ir junt@s a la movilización pero además para tener posturas comunes ante el referéndum y la posible huelga general. Estamos hablando de preparar otra “cumbre”, la de los que todavía pensamos que otra estrategia es posible.


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