Trasversales
Jesús Jaén

La onda larga del movimiento 15M

Revista Trasversales número 28 abril 2012

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Han pasado dos años desde que nació el 15M. Se ha hablado mucho y se han llenado páginas de libros o artículos. No quiero repetirme. Suelo decir una cosa cuando hablo con mis compañer@s del 15M: nosotr@s somos l@s que tenemos una percepción más pesimista. Precisamente porque tendemos a ver que el 15M somos las Asambleas Populares y no es así. Las AP (Asambleas Populares que se reúnen semanalmente) son solamente una parte de una realidad más compleja, bien es verdad que somos la parte más activa. Pero solo eso.
No obstante y antes de entrar en materia me gustaría rendir mi pequeño homenaje a esas personas –de las Asambleas Populares.- que desde hace dos años, se reúnen ininterrumpidamente en las plazas o en las calles, cada semana tres o cuatro veces, haga frío o haga sol, llueva o nieve, para organizar actividades, planificar las acciones, impedir desahucios, apoyar a l@s sanitari@s en lucha, a l@s maestr@s, asistir a l@s inmigrantes, organizar debates, trueques y todo tipo de talleres políticos o culturales.
Ese es el corazón que late vivo del 15M. En sus filas van escaseando l@s muy jóvenes y personas de clase media (profesionales o asalariados de salarios elevados); los que están, son en su mayoría un sector “plebeyo” (parad@s, precari@s, mileuristas, etcétera), son los modernos “sans culottes” o descamisad@s del siglo XXI. Por algo será que han entendido muy bien que su lugar está junto a los que más sufren, los que no tienen nada que perder porque están siendo excluid@s de este sistema. Ell@s merecen todo nuestro reconocimiento. 

1.- Pero el 15M también transciende a su militancia

He venido acuñando un concepto que encabeza este artículo: “la onda larga del Movimiento 15M”. Lo que quiero decir precisamente ese eso, que no podemos quedarnos en los centenares o millares de buen@s militantes que forman semanalmente las AP o las actividades diarias.
El impacto que ha tenido el 15M en la sociedad y en la cultura política de este país es enorme. Nació como un fruto de la Primavera Árabe y logró llamar la atención con sus lemas, signos, redes y acampadas a nivel internacional. Hace años era impensable que un movimiento esencialmente juvenil lograra colarse en el corazón del capitalismo a través de su “alter ego”, el movimiento de Occupy Wall Sreet.
La gran movilización del 15 de Octubre de 2011 marcó un hito en la pequeña historia del 15M. Nada más y nada menos que 1050 ciudades de todo el mundo salieron a las calles el mismo día para protestar contra la crisis, los banqueros, la deuda, los mercados o la falta de democracia política. Millones de personas de todas las edades y condiciones respondieron al unísono a los llamamientos iniciados por el 15M español.
Esta demostración de fuerza superó con creces aquellas que durante los años 90 o comienzos del presente siglo, hicieron los movimientos contra la Guerra del Golfo o contra la Globalización. Fue la onda expansiva de Tahir a la Puerta del Sol y de ahí a medio mundo.

2.- La Madre de todas las Mareas

El segundo punto de esta “onda larga” es que el 15M ha influido a las Mareas que se han vivido en este país desde el 2011 hasta hoy. No es porque sus militantes se hayan propuesto hacerlo, sino porque mucha gente ha perdido el miedo a luchar, a cortar el tráfico, a hacer encierros o asambleas sin que tengan que venir nadie a decírtelo. La Puerta del Sol en Madrid era un lugar para turistas, hoy, es el punto de encuentro de todas las protestas que son a diario en la capital.
El tejido social de este país ha ido creciendo a medida que avanzaba la crisis económica. Poco a poco se fue creando un clima de movilización, desobediencia civil, ocupación de las plazas y las calles sin pedir permiso a nadie, el asamblearismo laboral y callejero, la determinación en la lucha (si se puede), los recientes escraches, la desconfianza acrecentada en las viejas organizaciones políticas parlamentarias o sindicatos subvencionados…Las mareas se han convertido en un tsunami batiéndose todos los records de huelgas y manifestaciones.
 Personalmente lo he vivido en la Marea Blanca y fue a partir de mi experiencia concreta en ella que pude ver las similitudes entre la Marea Blanca y el 15M. La espontaneidad y la auto-organización de las gentes por si solas, el descoloque de los sindicatos tradicionales, la asimilación de las consignas y de la cultura política asamblearia e inclusiva del 15M en colectivos como por ejemplo Patusalud.
Pero esto mismo se ha dado en la lucha contra los desahucios, la Marea Verde en sus comienzos, etcétera.

3.- El 15M puede marcar un cambio de ciclo

Creo que el 15M fue el inicio de un nuevo ciclo social y político. Ya veremos su alcance. Recordemos.
El comienzo de la crisis en el 2007/08 lleva a una monopolización del tema económico a lo largo de dos o tres años. Prácticamente durante los años 2008/09/10 de lo que más se hablaba en este país era del déficit público, las hipotecas sub-prime, la deuda, la prima de riesgo o las cifras macroeconómicas.
La irrupción en mayo de 2011 del 15M hace que el punto de gravedad se sitúe sobre todo en el conflicto social (lucha de clases). Comienza la respuesta de l@s trabajador@s, las huelgas generales, las movilizaciones en todo el país y en todos los sectores, las acampadas, encierros, etcétera. No es que se deje de hablar de la prima de riesgo, es que la gente pierde el miedo a salir a la calle y se plantea incluso rodear el Congreso de los Diputados o escrachear a l@s polític@s hasta sus casas.
Pero la cosa no se queda ahí. Del conflicto social se pasa al inicio de una crisis política sin precedentes desde hace más de treinta años. Igual que estalló la burbuja económica también ha empezado a estallar la burbuja política. La llamada Transición venerada por todos los partidos de derechas e izquierdas, y, exportada como modelo de cambio sin traumas a medio mundo, comienza a ser cuestionada. La implicación de la mayoría de la clase política en los planes de las clases dominantes y, peor aún, los cientos de casos de políticos corruptos invalidan una democracia identificada –con razón- con los intereses del sistema capitalista, de los bancos y de las empresas supra-nacionales.
El último capítulo de esta serie es la caída en picado de prestigio del Rey y de la institución monárquica. Y lo mejor es que todo esto parece imparable.

Una última reflexión

Estoy convencido que “la larga onda del 15M” ha sido y es, un hecho de la realidad. Pero estoy de acuerdo con aquella frase de Goethe en Fausto que decía “Todo lo que existe merece perecer”. Nada sobrevive al tiempo, ni siquiera los acontecimientos más importantes de la historia de la humanidad han superado la prueba del tiempo. El 15M no será una excepción.
El problema en mi opinión es si nos limitaremos a ligar nuestra existencia a la lucha contra esta crisis económica y social, o por el contrario, nos dotamos de una estrategia o un proyecto a largo plazo. La heterogeneidad y diversidad del 15M hacen muy difícil que éste actúe con una sola voz. No solo sería utópico sino además profundamente equivocado. Pero el debate es necesario hacerlo.
En el último año, desde dentro, desde fuera o desde la periferia del movimiento, surgen debates políticos sobre todo a raíz del salto de la crisis social a crisis política. Un ejemplo es el debate sobre el proceso constituyente (pero hay más reflexiones acerca de qué hacer ante las próximas elecciones europeas o municipales).
A estos debates no se puede responder exclusivamente con propuestas de acción social. Ha llegado el momento de entrar a esas reflexiones cada vez más extendidas. Dentro del 15M hay una diversidad y pluralidad ideológica grande.
En mi caso, por ejemplo, no veo muy claro que la salida política a esta crisis sea la apertura de un proceso constituyente como se está formulando. Ni siquiera que sea un objetivo a medio o largo plazo. Me inclino a pensar que la realidad va por otro camino. Por ejemplo si no es verdad que las movilizaciones sociales están generando una nueva conciencia de clase de sujetos aún imperceptibles; al mismo tiempo que se visualiza con mayor nitidez que el verdadero enemigo es el sistema capitalista. Es decir, que mientras la realidad pone al desnudo las nuevas contradicciones de clase, en algunos ámbitos se pone el objetivo en un cambio de régimen.
Pero este debate es demasiado amplio como para poder abordarse tan brevemente en unas cuantas frases. Lo haremos más adelante.

Madrid, 24 de abril de 2013

Trasversales