Trasversales
Jesús Jaén

Sanidad: tras la paralización cautelar, la lucha sigue

Revista Trasversales número 29 septiembre 2013 (web)

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Jesús Jaen es trabajador de la Sanidad pública madrileña y activista del Movimiento Asambleario de Trabajadoras y Trabajadores de la Sanidad (MATS)



Las decisiones que algunos jueces han tomado los últimos días han venido a dar la razón a quienes pensábamos que la privatización sanitaria, además de un negocio descarado del capital privado con el PP, era una operación totalmente fraudulenta y chapucera.

Tras la medida adoptada por el Juez Carlos Gómez Iglesias del Juzgado Número Cuatro del Contencioso Administrativo, suspendiendo cautelarmente la privatización de los seis hospitales; han seguido la decisión del Tribunal Superior de Justicia de Madrid apoyando al juez, y la admisión de nuevas demandas presentadas por los sindicatos AMYTS y CCOO. Es posible que tras estas decisiones el proceso de privatización de estos hospitales haya entrado en vía muerta. Hemos pasado de una posible victoria pírrica del PP a un éxito momentáneo y provisional de la Marea Blanca.

Pero no queremos caer en un optimismo desmedido. Bien es cierto que las decisiones judiciales no vienen del cielo sino que son el fruto de diez intensos meses de lucha social en defensa de una sanidad pública y universal. Pero como todo lo que no es firme sino provisional, mejor tomarlo con prudencia.

Habría que aclarar varias cuestiones para que las personas que no están familiarizadas con los detalles de la Marea Blanca pudieran comprender el alcance de este éxito provisional, el contexto en que se produce y todo el camino que nos queda por recorrer hasta lograr un triunfo realmente consistente.

  • La privatización de los seis hospitales fue la medida más conocida pero no la única del famoso Plan de medidas para la “Sostenibilidad” del Sistema Madrileño de Salud. Junto con esta paralización provisional también se consiguió la no implantación del euro por receta o la ralentización del plan de transformar el Hospital de La Princesa en un centro especializado para personas mayores de 75 años. Tampoco han podido poner en práctica la privatización de 27 centros de salud pero no han desistido de intentarlo por otras vías aunque la propuesta actual está rebajada.

  • Lo que sí han ido consiguiendo ha sido: cerrar el Instituto Cardiológico y poner en marcha la desarticulación del Hospital Carlos III para enfermos con patologías crónicas. También están en marcha los planes para la privatización de la Lavandería central situada en Mejorada del Campo que hasta ahora se encargaba de la ropa del 90 por ciento de los centros sanitarios. Calculamos que en breve es posible que se hagan públicos los pliegos de condiciones para la adjudicación de empresas.

  • Todo esto se produce en un contexto en el que los recortes y ajustes en materia sanitaria han sido salvajes tanto en el Estado español como en Madrid. Se están cerrando servicios, camas, derivando pacientes a la privada y despidiendo trabajador@s (15.000 a nivel estatal). Y se acompañan de medidas como la implantación del RDL 16/2012 que ya ha llevado a la exclusión del sistema nacional de salud de más de 900.000 personas. La última medida aprobada en este mismo sentido, es el re-pago de 46 medicamente contra el cáncer, la hepatitis o la artrosis que se administran en los centros farmacéuticos hospitalarios.

  • Tenemos entonces una sensación contradictoria. Estamos content@s por la paralización cautelar pero el contexto general sigue siendo desfavorable. No obstante los lectores deben ser conscientes de que si se llega a poner en práctica la privatización de los seis hospitales, el trasvase de pacientes y población hacia las instituciones sanitarias contraladas por el capital privado sería de 1.300.000 personas en Madrid; es decir, nada menos que una quinta parte de su población caería en las garras de los especuladores ¡en un solo golpe! Eso redobla la importancia de lo conseguido y el golpe que el PP ha recibido a manos de una parte de la sociedad madrileña.

  • Otra importantísima lección que tenemos que extraer es que cuando algunos hablamos de la importancia de las luchas y de la movilización no es por casualidad. Solo la lucha paga y aquí se ha demostrado. Ningún juez se hubiera atrevido hace dos años a desafiar al poder financiero y político sino tuviera detrás el respaldo social que ha tenido la lucha por una sanidad pública.


¿Cómo continuar?

Son muchos los motivos para seguir luchando. Hagamos un brevísimo recordatorio:

  • Siguen pendientes las otras medidas del plan de “Sostenibilidad”.

  • La privatización de las categorías no sanitarias.

  • El desmantelamiento de los principales hospitales públicos: cierres de servicios, camas, derivaciones a la privada, los despidos o la precariedad laboral.

  • Toda la sanidad pública está “contaminada” por las empresas privadas, la subcontratación de servicios que suponen un despilfarro de millones de euros, mientras se recortan en material o personal imprescindible. No se puede consentir que la salud sea un negocio en manos de especuladores.

  • Acabar con el despilfarro de recursos pasa por exigir la dimisión de Lasquetty y de todas sus Gerencias cómplices. La apertura de un proceso de investigación de sus actividades y la puesta en marcha de Auditorías en todos los centros sanitarios para acabar con la corrupción. Un paso en ese sentido es la causa que se ha iniciado contra Lamela, Gümes y la cúpula sanitaria por prevaricación, cohecho o malversación de fondos públicos.

  • Es necesaria la derogación de la 15/97 y de la 16/2012. Que impiden formalmente que tengamos una sanidad pública, universal y de calidad.

  • El re-pago de los medicamentos o del transporte sanitario debe ser inmediatamente suspendido. Ya pagamos con nuestros impuestos.

  • La recuperación de todos los servicios e instituciones a la sanidad pública pasa por la expropiación sin indemnización a las empresas, capital privado y fondos de inversión nacionales y extranjeros que están haciendo negocio con nuestra salud.

  • En definitiva luchamos por un modelo sanitario público y universal gestionado desde abajo por l@s trabajador@s y usuar@s a través de sus organizaciones y representantes; mediante el ejercicio del control democrático tanto de las decisiones como de los presupuestos.

Para seguir en esta lucha son precisas dos cuestiones importantes:

  • Mantener las organizaciones y plataformas que se han ido formando durante estos diez meses: la auto-organización (muchas de ellas se han hecho desde abajo por iniciativa de la gente y son la base de que siga habiendo asambleas o convocatorias de lucha en los centros sanitarios y en las calles).

  • Mantener la unidad entre l@s trabajador@s de los hospitales con los de los centros de salud y por supuesto con los usuari@s, a través de sus plataformas, asociaciones o movimientos sociales.



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