Trasversales
Jesús Jaén

Se hace camino al andar: experiencias de la Marea Blanca

Revista Trasversales número 30 octubre 2013- enero 2014

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Jesús Jaén es Trabajador del Hospital de la Princesa y miembro del MATS


Tras la suspensión cautelar de la privatización de los seis hospitales por parte del TSJM (Tribunal Superior de Justicia de Madrid), nos encontramos con una situación nueva, más favorable, pero no echamos las campanas al vuelo. No sólo no está ganada esta lucha sino que además son muchas, muchísimas, las razones por las que seguir luchando, entre otras la derogación de la totalidad del "Plan de medidas de sostenibilidad del SERMAS", además de otras leyes, decretos y medidas que a diario sufrimos las y los profesionales, pacientes o usuarios/as.

Pero en este artículo queremos abordar algunas reflexiones sobre la llamada "Marea Blanca" y no tanto los "problemas" del sistema de salud, sobre todo porque en estos días nos estamos encontrando con el impacto de las sentencias de los Tribunales en el conjunto de los sectores sociales. Parecería, por decirlo sencillamente, que la "solución mágica" contra los recortes consiste en "judicializar" y llevar a los Tribunales todas las medidas de ajuste.

Esto entraña varios peligros:

- Pensar que el éxito provisional de la Marea Blanca en Madrid se debe a la intervención exclusiva de los Tribunales.

- Pensar que todos los problemas se resuelven única o fundamentalmente con la intervención de la Justicia.

- Delegar en los jueces nuestras responsabilidades en la organización de la resistencia social en lugar de mantener vivas las movilizaciones sociales.

Si estas fueran las lecciones que se extraen de once meses de lucha de la Marea Blanca erraríamos completamente el análisis y las conclusiones.

Trataremos de aportar nuestras experiencias a quienes en estos momentos llevan una pelea similar en otras provincias o en otros sectores. Y nada mejor que empezar recordando que la Marea Blanca no ha sido el único movimiento que ha conseguido éxitos parciales (es posible que el más nítido), otros que nos han precedido, como la lucha contra los desahucios o contra la estafa de las preferentes, han logrado algunas victorias parciales gracias a su movilización en la calle, posteriormente refrendada por los propios Tribunales de Justicia.

1.- Una causa que unió a mucha gente. Esto es lo que vivimos desde el 31 de octubre del año 2012 cuando empezamos la lucha en el Hospital de La Princesa y siguió en el resto de la sanidad madrileña. Ha sido una movilización de una amplitud desconocida (al menos en los últimos años en sanidad) que ha arrastrado médicos/as, enfermeras/os, personal no sanitario, usuarios/as independientemente de su ideología, muchas personas eran votantes del PP. Sólo así se explica que en seis días participaran 950.000 personas en una consulta organizada en Madrid con medios rudimentarios o que 1.400.000 ciudadanos/as firmaran contra el plan de sostenibilidad, y que las Mareas organizadas en noviembre y di ciembre (saliendo desde los hospitales) sacaran a las calles miles y miles de personas.

2.- Una conciencia social de lo nuestro (de lo público) . Se ha empezado a revertir las secuelas de la ideología neoliberal que durante treinta años nos ha machacado diciéndonos que la sanidad privada era mejor que la pública o que "externalizar" es más eficiente y barato que la empresa pública. Esto no sólo es una falacia sino que ha empezado a ser comprendido por miles y miles de trabajadores/as y usuarios/ as que estamos hartos de pagar la crisis mientras una élite económica y política disfruta de privilegios y vive nadando en la corrupción. Esta nueva situación es el inicio de un cambio en la conciencia social y de clase en la población.

3.- Estos cambios también afectan a las superestructuras políticas y jurídicas. No es un cambio global pero sí son indicios. El conflicto de clases está teniendo su efecto "retardado" en los jueces, los partidos o los sindicatos. ¿Cuántos jueces se hubieran arriesgado a emitir sentencias favorables a nosotras/os y contrarias a la Administración hace cinco años cuando estalló esta crisis? ¿Acaso no están más activas ahora las direcciones de los partidos y sindicatos a la hora de interponer recursos? Los afectados por las hipotecas y las preferentes con sus movilizaciones abrieron un camino que hemos seguido el movimiento por la sanidad pública. Y todos estos hechos forman parte del clima social que un día irrumpió con el nacimiento del 15M.

4.- Una estrategia de lucha que ha dejado aislados a la Consejería y Capital Privado. Frente al poderosísimo lobby privado (constructoras, banca y fondos de inversión) que sostiene los planes del PP, se ha levantado una Alianza Social de sujetos y agentes múltiple, de partidos, plataformas o sindicatos aportando cada uno (como veremos a continuación unos más que otros) su granito de arena. La estrategia de no focalizar la lucha en torno a una cuestión laboral de los profesionales (como quería la Consejería) ha sido correcta. El lema más utilizado "La sanidad no se vende, la sanidad se defiende" ha sido el punto de enganche de profesionales y usuarias/os independientemente de que fueran votantes de cualquier partido. La estrategia de abrirle cinco frentes de lucha a la Consejería (social, laboral, político, judicial y mediático) también se ha demostrado correcta porque, gracias a ella, cada sentencia iba acompañada de una gran movilización, como cada recurso o debate parlamentario iba precedido de acciones o denuncias ante los medios de comunicación. La Marea

Blanca ha podido disputarle la hegemonía social e ideológica al gobierno neoliberal en un espacio concreto dentro de un tiempo concreto.

5.- Y todo esto ha sido posible por el carácter espontáneo y la auto-organización por la base. El hecho de que este movimiento se sostenga (con retrocesos y avances) a lo largo de once meses, se debe ni más ni menos a dos factores que actúan de motor "invisible". El primero su génesis (un movimiento de asambleas, ocupación de centros y de la calle completamente espontáneo).

Ningún sindicato o partido impulsó la lucha en un primer momento, fuimos las/os trabajadoras/es desde la base los que decidimos dar los primeros pasos y autoorganizarnos en Plataformas que, como PATUSALUD, representaban la voluntad de lucha de miles de profesionales. La ciudadanía también se ha organizado en plataformas o colectivos independientes. Se está forjando un tejido social en los barrios para enfrentar el desmantelamiento de la sanidad pública. Entre las/os médicas/os ha ganado fuerza el sindicato AFEM que, a diferencia de AMYTS O SATSE, no está involucrado en los pactos con la Administración (al menos por ahora). Los sindicatos CCOO y UGT no pueden "controlar" la Marea Blanca como por ejemplo lo han hecho con la Marea Verde.

En resumidas cuentas: la Marea Blanca es un movimiento desigual, donde el atraso político y la desmovilización anterior se combinó con una explosión social que ha supuesto un salto en la auto-organización, la conciencia y los resultados que hasta ahora estamos obteniendo.



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