Trasversales
Movimiento Socialista de Rusia

1 de mayo 2014: por la unidad de los trabajadores de Rusia y Ucrania


Revista Trasversales número 31 mayo 2014 (web)

http://anticapitalist.ru

Este año, el 1 de mayo encuentra una Rusia sumergida en una caída de la producción industrial, en recortes masivos en el gasto social, en subidas de los precios y de los impuestos, con un creciente déficit presupuestario. En este contexto sombrío , el Kremlin protagoniza aventuras geopolíticas y llevaba a cabo medidas de propaganda y de lucha contra la disidencia política.

Mientras que las autoridades rusas fingen "preocupación" por los trabajadores de Crimea y Donetsk, los trabajadores y las personas desfavorecidas en la propia Rusia sufren cada vez con más intensidad las consecuencias de la crisis económica.

Según los sondeos de opinión, el 69 % de los rusos están preocupados por la inflación, el 51% por la pobreza, el 33% por el aumento del desempleo, el 32% por la corrupción, el 29% por la crisis económica, el 27% por la aguda separación entre ricos y pobres, el 25% por la ausencia de servicios sanitarios adecuados.

El actual estancamiento en los sectores industriales que están en pleno proceso de transformación ya ha dado lugar a reducciones masivas de personal y al crecimiento del desempleo parcial. Cada vez son más los conflictos sociales provocados por el impago de salarios.

En muchas ciudades, las sombrías escenas de los años 1990 amenazan con repetirse en el futuro en la medida que se detiene la reconstrucción municipal. En el sector público, el número de acciones de protesta de los trabajadores aumenta , después de que la huelga a la "italiana" realizada el año pasado por el personal de los hospitales sentase las bases para una serie de acciones colectivas dirigidas a obtener aumentos salariales.

Pero la clase dominante está ocupada en cuestiones "más importantes" : la construcción del imperio, la propaganda y la lucha contra los disidentes.

Tras ofrecer a los magnates de los monopolios de la construcción y a los burócratas corruptos los Juegos Olímpicos más caros de la historia, el gobierno de Putin ha intervenido en el conflicto interno de Ucrania con el fin de salvar y acrecentar las riquezas de los oligarcas vinculados al Kremlin.

Explotando hábilmente la insatisfacción de los habitantes de las regiones del sudeste ante el curso nacionalista seguido por las nuevas autoridades de Kiev, la élite rusa ha podido anexarse Crimea y facilitar una agitación que podría llevar a la guerra civil en Donbass y otras regiones fronterizas con Rusia.

Al chantajear a Kiev con la amenaza de una intervención militar, el Kremlin intenta restablecer su control económico y político sobre Ucrania, a la que considera incluida en su esfera de influencia. Utiliza demagógicamente la defensa de los habitantes rusófonos de Ucrania para defender la propiedad y los ingresos de un pequeño círculo de millonarios rusófonos.

Las amenazas militares benefician tanto a las autoridades rusas como a las ucranianas. Las primeras intentan transformar la revolución ucraniana en una insensata guerra fratricida para disuadir a sus propios ciudadanos de todo intentos de protesta. Las segundas esperan desviar hacia vías nacionalistas las crecientes críticas contra el gobierno. Ambas contribuyen objetivamente a fortalecer las posiciones de los neonazis.

El llamado "antifascismo" del Kremlin no puede disimular su coqueteo con la ideología fascista, como se manifiesta en la financiación dada a partidos de extrema derecha en el extranjero, el uso activo de los nacionalistas rusos como sus agentes en Ucrania, la creación de milicias de cosacos, el estímulo al uso de declaraciones xenófobas y antisemitas en los medios de comunicación semioficiales, etc.

El estímulo dado a una psicosis patriótica de gran potencia en Rusia, la nueva legislación "antiextremista" aún más dura que la precedente, la persecución de los supuestos "traidores a la nación" y el cierre de los medios de comunicación de oposición se proponen aplastar los conflictos sociales, perpetuar el actual sistema de dominación y marcar a los "enemigos externos" como responsables de la situación cada vez más miserable del país.

A pesar de que el regreso a Rusia satisface a una parte significativa de la población de Crimea y de que el separatismo pro-ruso está presente en otras regiones de Ucrania, la agresión contra una nación mucho más débil que acaba de derrocar a un régimen corrupto no es más que un acto de saqueo imperialista.

En una perspectiva a medio plazo, la inclusión de Crimea y de cualquier otra parte del territorio de Ucrania en la estructura de un Estado ruso autoritario y oligárquico se traducirá en el aplastamiento de las libertades civiles y en la explotación económica de los trabajadores de estos territorios.

En esta situación, el deber de todas las fuerzas democráticas y de izquierda en nuestro país es oponerse a todo lo que empuja al enfrentamiento entre los pueblos de Rusia y Ucrania para único beneficio de los diferentes grupos capitalistas. La competencia entre ellos por el control de mercados y recursos, en el contexto de una crisis económica que se intensifica, amenaza con degenerar en una guerra de la que el imperialismo ruso no puede salir victorioso.

Apoyamos el derecho a la libre determinación de todos los grupos étnicos o lingüísticos y compartimos la preocupación de los habitantes del sudeste de Ucrania ante el curso radicalmente derechista del gobierno de Turchinov, pero nos oponemos a la vez a una intervención militar del Kremlin en la lucha política en Ucrania.

Los trabajadores de Rusia y Ucrania deben reagruparse, no en torno a sus gobiernos y a oligarcas, ya sean "nacionales" o extranjeros, sino alrededor de las reivindicaciones de democracia e igualdad social y nacional.

El Movimiento Socialista de Rusia pide apoyo para las acciones de protesta que tendrán lugar el 1 de mayo, en torno a las siguientes reivindicaciones:

No vamos a pagar por las crisis y las guerras. No a la represión política. Libertad de información, reunión y huelga. Hay que reducir el número de burócratas, no despedir trabajadores. Por la congelación de los precios, no la de los salarios. No a las guerras de los oligarcas, sí a la solidaridad entre los pueblos

Comité Central del Movimiento Socialista de Rusia