Trasversales
Sandro Mezzadra

¿Kobane está sola?


Revista Trasversales número 32 octubre 2014 (web)

Otros textos
del autor

Publicado en EuroNomade



En los últimos días, H & M ha lanzado para otoño una línea de ropa de mujer claramente inspirada en en el uniforme de las guerrilleras kurdas, cuyas imágenes han circulado por los medios de comunicación de todo el mundo. Más o menos al mismo tiempo, las fuerzas de seguridad turcas estaban cargando contra los kurdos que, en la frontera con Siria, expresaban su solidaridad con Kobane, que lleva semanas resistiendo el el asedio de Estado islámico (EI). Esa frontera, que en los últimos meses ha sido tan porosa para los militantes yihadistas, hoy está herméticamente sellada a los combatientes del PKK, que tratan de llegar a Kobane. Y la ciudad kurda de Siria está sola ante el avance del EI. La defienden un puñado de guerrilleros y guerrilleras de las fuerzas populares de autodefensa popular (YPG / YPJ), armados con fusiles Kalashnikov frente a los vehículos blindados y la artillería pesada del EI. Las intervenciones de la "coalición antiterrorista" dirigida por los estadounidenses han sido -al menos hasta ayer- esporádicas y totalmente ineficaces. Ya hay algunas banderas negras ondeando sobre Kobane.

¿Quiénes son los guerrilleros y las guerrilleras de las YPG / YPJ? Los medios de comunicación a menudo los llaman peshmergas, un término que al parecer les gusta por su "exotismo". Lástima que los peshmergas sean los miembros de la milicia del KDP (Partido Democrático del Kurdistán) de Barzani, jefe del gobierno de la región autónoma del Kurdistán iraquí: hay que decir que esas milicias abandonaron sus posiciones alrededor de Sinjar a principios de agosto, dejando vía libre al EI y poniendo en peligro la vida de miles de yazidíes y de miembros de otras minorías religiosas. Fueron las unidades de combate del PKK y de la YPG / YPJ las que cruzaron las fronteras e intervinieron con excelente efectividad, prosiguiendo la lucha que desde hace meses llevan contra el fascismo del EI.

Sí, es cierto que el EI fue "inventado" y favorecido por los emiratos petromonárquicos, por los turcos y por los estadounidenses, pero sobre el terreno no es otra cosa que fascismo.

Esto nos lo recuerda la última bala con la que el otro día, en Kobane, se suicido una joven de 19 años, Ceylan Ozalp, para no caer en manos de los torturadores del EI. Algunos la han llamado kamikace, ¿pero cómo no ver la conexión entre esa bala (en ese gesto extremo de la libertad) y la cápsula de cianuro que, desde Italia a Argelia y Argentina, han llevado en sus bolsillos generaciones de partisanos y de combatientes contra el fascismo y el colonialismo?

¿Cómo pueden ignorarse las razones por las cuales el EI ha concentrado sus fuerzas en Kobane? La ciudad es el centro de uno de los tres cantones (los otros dos son Afrin y Cizre) que se han constituido en "regiones autónomas democráticas" de una confederación de "kurdos, árabes, asirios, caldeos, turcomanos, armenios y chechenos", como dice el preámbulo de la extraordinaria Carta de Rojova (el Kurdistán occidental o sirio). Es un texto que habla de libertad, justicia, dignidad y democracia; de igualdad y de "búsqueda de un equilibrio ecológico". En Rojova el feminismo se materializa no sólo en los cuerpos de las guerrilleras en armas, sino también en el principio de participación paritaria en todas las instituciones de autogobierno, que cada día pone en tela de juicio el patriarcado. Y el autogobierno, a pesar de mil contradicciones y en condiciones muy duras, expresa realmente un principio común de cooperación entre libres e iguales. Más aún: coherentemente con el giro antinacionalista del PKK de Ocalan, con el que las YPG / YPJ están vinculadas, hay un claro rechazo no sólo de todo absolutismo étnico y de todos los fundamentalismos religiosos, sino también de la propia declinación nacionalista de la lucha del pueblo kurdo. Y esto en el Oriente Medio de hoy, donde simplemente por razones de religión u origen étnico se sacrifica y se es sacrificado.

Basta con escuchar las palabras de los guerrilleros y de las guerrilleras del YPG/YPJ, que no es difícil de encontrar en la red, para entender que estos muchachos y estas muchachas, estos hombres y estas mujeres, han tomado las armas para afirmar y defender este modo de vivir y cooperar. Es entonces fácil comprender las razones de la ofensiva del ES contra Kobane. Pero también es fácil ver por qué no intervienen en su defensa los turcos, la columna de la OTAN en la región, y por qué es tan "tímido" el apoyo de la "coalición contra el terrorismo". ¿Os imagináis lo que pueden pensar los emires del Golfo de la experiencia de Rojova y del principio de igualdad de género? ¿Y los norteamericanos, los "occidentales"? Vale, las muchachas que sonríen con un Kalashnikov serán puro glamour, pero para EEUU y la UE el PKK sigue siendo una organización "terrorista", cuyo líder fue entregado a las cárceles turcas por la astucia del "zorro del tablero"(Massimo D'Alema, para quien no lo recuerden). Y además: ¿el PKK no nació una organización marxista-leninista,? Por lo tanto, no son más que comunistas.

¿Y ahora? Nos corresponde reivindicar el comunismo, salir a la calle y defender a Kobane y a Rojova. A partir de ahí, hay que reinventar, materialmente, la oposición a la guerra. Debemos reconocer las conexiones entre la Rojova y nuestra historia más reciente, debemos ser capaces de escuchar los ecos de Seattle, de Génova, del zapatismo, porque esos ecos están ahí. Y sobre todo hay que ver el hilo de continuidad que se extiende desde las revueltas en el Magreb [Poniente] y en el Máshreq [Levante] en 2011, pasando por el 15M español y el movimiento Occupy, las rebeliones del año pasado en Brasil y Turquía, hilos que hoy pasan por las calles de Kobane y Rojova.

La guerra toca hoy las fronteras de la Europa de hoy, entra en nuestras ciudades a través de los movimientos de hombres y mujeres en fuga, cuando no se hunden en el fondo marino del Mediterráneo. Pero, en la crisis, la guerra amenaza también con saldarse con el endurecimiento de las relaciones sociales y con el gobierno autoritario de la pobreza. La guerra y la crisis no es un binomio nuevo. Pero sí son nuevas las formas bajo las que se presenta: en la relativa crisis de la hegemonía estadounidense, que es una característica destacada de esta fase de la globalización, la guerra desarrolla su propia violencia "destituyente", sin que en el horizonte se desplieguen escenarios realistas de "reconstrucción", incluso aunque nos fuesen adversos. Las tejemanejes de la "coalición antiterrorista" son un gráfico ejemplo de este callejón sin salida.

Salir de este callejón sin salida es una condición necesaria para que las propias luchas contra la austeridad en Europa tengan éxito. Y eso sólo es posible si se afirman, de una manera completamente material, principios de organización de la vida y relaciones sociales radicalmente irreconciliables con las razones de la guerra: por eso la experiencia de Rojova toma para nosotros un carácter ejemplar. Mientras en Kobane luchan casa por casa, miles de personas se manifestaban en Estambul y otras ciudades turcas, enfrentándose con la policía, y cientos de kurdos irrumpieron en el Parlamento Europeo en Bruselas. Se dice a menudo que los que hablan de acción política a nivel europeo pecan de abstracción. Pero imagínate lo que pasaría si en estos días, junto a los kurdos, hubiera un movimiento europeo contra la guerra, capaz de una movilización similar a la de 2013 contra el ataque a Irak, pero esta vez teniendo un interlocutor sobre el terreno. ¿Qué no hay condiciones para ello? Razón de más para empeñarse en construirlas.

¿Es un sueño? Alguien dijo que para ganar hacía falta soñar.

7 de octubre 2014