Trasversales
Lois Valsa

Otoño cultural madrileño 2014: ¿a quién le importa la cultura?

Revista Trasversales número 33, diciembre 2014 (web)

Otros textos del autor en Trasversales



En España tiene que haber mucho dinero porque se lleva robando desde el siglo XIX y aún hoy queda dónde meter la mano (un empleado de una gasolinera).

Esto es lo que hay: pura ignorancia (entrevista a Jordi Savall en el diario El Mundo)


Una introducción de bajo presupuesto

No se entiende que la pornografía esté gravada con un 4% de IVA. Sin embargo, nos alegramos de que la floricultura sea el primer sector en beneficiarse de una rectificación sobre su política con el IVA (Carta de Jesús Cimarro a Rajoy)

En una España dónde campea la corrupción por doquier y a pesar de los recortes debidos a la estúpida política de austeridad que sigue nuestro incompetente Gobierno, siempre a las órdenes de la señora Merkel, parece que las cuentas para la cultura van a aumentar este año un 4,3 % con respecto al año pasado. Pero en este absurdo juego de lotería unos sectores van a ganar y otros a perder: el patrimonio baja en lo que se refiere a archivos (5,32%), bibliotecas públicas (1,2%) y protección del patrimonio histórico (6,67%) al igual que los fondos destinados a la conservación y restauración de bienes culturales en la misma proporción; también baja el teatro (8,3%), la estrella de los Presupuestos el año pasado sobre todo con el programa Platea para dotar a los espacios escénicos municipales. El cine gana lo que pierde el teatro aumentando un 8,5% el Fondo de Protección a la Cinematografía y el cine en concreto aumenta un 5%; y también suben la música y la danza (los fondos del INAEM un 4,4%) y los museos (8,13%) sobre todo el Prado y el Reina Sofía (8,2 y 7,4) aunque baja la Biblioteca Nacional en medio del apoyo a las instituciones singulares. El aumento en la transferencia a la Fundación Thyssen para 2015 llama mucho la atención.

Por el contrario, el museo Lázaro Galdiano pierde el 45% del dinero de Cultura al igual que el Patio Herreriano y el MARCO de Vigo que pierden un 28% cada uno. El MNAC de Cataluña y el IVAM de Valencia reciben lo mismo que en 2014. También se mantienen el Teatro Real, la Real Academia Española, la de Historia (el Diccionario Biográfico Español tendrá asimismo su partida sin haber hecho las correcciones debidas en algunas entradas faltas de rigor científico, como la de Franco por ejemplo) y la de Bellas Artes de San Fernando. Por segundo año consecutivo retroceden los fondos públicos para combatir la piratería. Por el contrario, en pleno año electoral, aumentan las ayudas a comunidades y ayuntamientos para organizar festivales de música y cine y Cultura además destinará 1,5 millones para el proyecto de San Sebastián 2016. En síntesis y resumiendo: menos subvenciones para ciencia y más I+D militar: según el Gobierno la investigación civil crecería un 1,3 pero la investigación militar sube un 43%. ¿Lotería e Ideología?

Por otra parte, la decisión del Gobierno de no dar curso a la Ley de Mecenazgo, que habían prometido Mariano Rajoy y su ministro Wert, ha provocado una reunión de artistas, coleccionistas e inversores en la que se que ha expresado el malestar ante esta decisión del Gobierno que ha difuminado el texto legal prometido dentro de la reforma fiscal. Los responsables de la Fundación Arte y Mecenazgo ven esta postura como una auténtica “tomadura de pelo”. Sin embargo, el omnipresente Javier Gomá, lo digo porque, curiosamente, aparece por todos los foros con su “invisible ideología” a cuestas, cree que “Hacienda no podía permitirse más generosidad ahora”. El filósofo “ejemplar” es partidario del mecenazgo privado en las artes y una ley que lo refuerce: “con el dinero de la Hacienda pública se hacen carreteras, cárceles y hospitales….”. Se supone que todo esto antes de nos cuelen, y nos impongan si nos dejamos, el PTTI, el acuerdo secreto, que por suerte se ha “filtrado”, entre EE:UU. y la UE, que permite a las grandes Corporaciones Ultraliberales entrar a saco en lo público que en España aún no ha logrado arrasar la política del PP y su Gobierno.

Por último, representantes de la industria del cine, el teatro y la música han escrito “angustiados” al presidente denunciando su decisión de no bajar el tipo del 21%, el más alto de Europa, que se aplica en España desde el 1 de septiembre de 2012. Según ellos, este ivazo lastra el crecimiento de estas industrias culturales. Esta tasa es en Francia del 5%, en Alemania del 7%, en Italia del 10%, en Portugal del 13%. Jesús Cimarro, empresario teatral, le recuerda a Rajoy su época al frente del Ministerio de de Cultura. E esos momentos escribió un prólogo a un libro sobre el 10º aniversario de su empresa Pentación: “La continuidad en un proyecto empresarial de artes escénicas supone siempre un motivo de satisfacción para los gestores de dicha empresa y para los responsables de las administraciones públicas”. Continúa Cimarro: “Estremece la osadía con la que, leído ahora, usted afirmaba que “la misión del Ministerio de Educación y Cultura consiste en fomentar la creación y la difusión nacional e internacional de los espectáculos escénicos. Para todos los que amamos el teatro y trabajamos en su desarrollo constituye una excelente noticia la consolidación de una empresa productora y distribuidora de artes escénicas”. Remata: “Lamento que, debido al cierre de numerosas empresas de nuestro sector, no pueda usted ya celebrar muy a menudo esas excelentes noticias”.


Libros: editores y libreros unidos frente a la invasión monopolística de Amazon

En este sector hay que destacar la lucha entre Amazon y los editores que se ha desatado en la mayor cita mundial del gremio, en la inauguración, en octubre, de la 66ª edición de la Feria del Libro de Francfort. Después de, al menos, tres años continuados de recesión en el sector ha saltado un gran pulso entre el gigante de la distribución y el sector editorial y los libreros. Antes había saltado entre la gran tienda en Internet y la francesa Hachette. Ahora todas acusan a la empresa norteamericana fundada por Jeff Bezos de chantaje en sus prácticas comerciales y de abuso en su posición de dominio. La Comisión Europea le ha abierto una investigación para ver si la autoridades de Luxemburgo habían acordado subvenciones o exenciones fiscales favorables a Amazon que tiene su sede en ese país. También se ha sabido ahora que la directora de la Federación Europea e Internacional de Libreros (EIBF) pidió hace unos meses a la Comisión Europea que investigase a Amazon por posibles prácticas monopolísticas. También había una denuncia desde la potentísima Asociación Alemana de Libreros y Editores por las presiones que Amazon había realizado al grupo sueco Bonnier (con sellos emblemáticos en Alemania) para forzarle a un acuerdo, dificultando la distribución de sus libros como ya hiciera con Hachette desde el pasado mayo. También ha tenido contestación en Inglaterra e incluso en EE.UU. Finalmente, un millar de autores alemanes ha firmado un documento contra el monopolio de la empresa.

La enorme crisis del sector es la que, en el fondo, ha generado una resistencia agresiva contra Amazon. Se ha notado en la feria la menor afluencia de editoriales y de público aunque se manifieste de una forma lenta pero seguida. En lo que se refiere a España el parte de bajas es notable y han desaparecido los stands institucionales que acogían sellos más pequeños y otros se han reducido o fusionado. Se ha notado la falta de Edhasa y Siruela, y ha faltado la Agencia Literaria Carmen Balcells que llevaba acudiendo más de treinta años. Lo único que parece crecer año tras año es la representación de los agentes (había más de 600 inscritos) en una feria cada vez más pensada para los contenidos. Jorge Herralde, el editor de Anagrama, resumía la feria así: “Está siendo una feria zen”. Además, hay que señalar que, en medio de este sombrío panorama, el país invitado, Finlandia, una potencia editorial, haya pasado bastante desapercibido. Tres de cuatro padres finlandeses declaran tener la costumbre de leer en voz alta a sus hijos para que adquieran el hábito de la lectura. ¡Una luz dentro de un oscuro túnel! Quizá por ello, el hecho más relevante ha sido que el ministro italiano de Cultura, Dario Franceschini, haya anunciado que como Italia tenía la presidencia de la Unión Europea este semestre iba a promover entre sus homólogos que el IVA del libro electrónico fuese en cada país el mismo que el que se aplica a los de papel. ¡Sería una importante medida política!


Editoriales resistentes

Un buen ejemplo de editorial resistente es la editorial Funambulista que ha celebrado sus primeros diez años en el garito de la librería la Central de Callao. Un simpático lugar dentro de la librería, una maravillosa catacumba de bóvedas de ladrillo, propicio a la resistencia de pequeñas editoriales como ésta. Max Cruz, su director, ha recordado, en compañía de Pilar Gómez Bedate, viuda de Ángel Crespo, que su voluntad era “dar a conocer otras voces, nuevas u otras voces no nuevas pero que conviene que no se dejen de escuchar y publicar al menos un 25% de primeras obras o de gente desconocida, que es dónde un editor cumple mejor su papel y donde cobra sentido el oficio”. Desde entonces (2004) la editorial lanzado 180 títulos intentando ser fiel a esta filosofía.

Para celebrar este 10º aniversario nos ha regalado un libro que está a su vez de aniversario: Libro del desasosiego. Un día en la (no) vida de bernardo Soares, de Fernando Pessoa. Como ha recordado Lacruz “ahora hace treinta años que lo publicó mi padre, Mario Lacruz, en Seix Barral, por primera vez en español, en la traducción de Ángel Crespo”. Pilar Gómez Bedate, responsable de aquella primera edición, contextualizó con precisión aquellos momentos, y Luis Morales, antólogo y traductor de esta nueva edición, nos habló de su trabajo. De nuevo, una buen trabajo de edición. Ser funambulista significa aceptar el riesgo de lanzar libros que pueden no ser aceptados, entendidos, valorados, comprados…Una editorial resistente, un ejemplo para estos tiempos de recortes en papel, en libros, en cultura.


Arte: arte resistente, y cesiones generosas, frente a la bajada del presupuesto

En este sector hay que destacar el SOS lanzado por el emblemático Museo Reina Sofía presentando una temporada marcada por la falta de presupuesto. La gran novedad ha sido el nombramiento de la gestora cultural Ana Tomé para la Fundación, una entidad cuyo primer objetivo va a ser conseguir recursos económicos para el museo. Porque, en el último año, las trasferencias pueden haber disminuido más de un millón de euros y las entradas han vuelto a los niveles de 2012, una vez pasado el efecto de la exposición de Dalí. Parece, según su subdirector gerente, Michaux Miranda, que se ha tocado fondo y ya no se puede recortar más: “Se puede bajar el consumo energético, pero lo siguiente es apagar la luz”. El presupuesto de este año ha sido de poco más de 33 millones de euros. Pero, según su director, Manuel Borja-Villel, la mala situación económica no va a afectar a las exposiciones: “Si tuviésemos el mismo presupuesto de hace cinco años el programa sería el mismo que hemos presentado hoy. Estos y no otros son los temas que nos interesan en el museo”. No se contempla aumentar el precio de las entradas que están a seis euros, y se ha ampliado la gratuidad. Una de las formas de lograr ingresos más eficaces es que las muestras de la colección se realicen fuera del museo: la más notable tendrá lugar en el Palazzo Strozzi de Florencia (el museo italiano le pagará al Reina Sofía 300.000 euros). En Madrid, la temporada, que comienza el 28 de octubre con Un saber realmente útil, se cubrirá con 14 exposiciones.

El museo se ha reforzado recientemente con la cesión de la Colección de Soledad Lorenzo (385 obras entre pinturas, esculturas y fotografías) a favor de la colección permanente del museo Reina Sofía. El ejemplo de Soledad Lorenzo es como titulaba su artículo, en El País, el que fuera primer director del museo en el que declaraba como “un acontecimiento de primera magnitud en el mundo del arte español, un acto de generosidad que marca un hito en la historia del museo Reina Sofía”. Por su parte, el actual director del Museo considera “esta cesión como un acto modélico en un país en el que no existe una tradición de mecenazgo y en el que no se suele identificar lo público con lo de todos, sino con lo de los demás”. En su artículo en el diario El País (La potencia de los relatos), además de agradecer la cesión de su colección por parte de la exgalerista Soledad Lorenzo como un hecho de suma importancia, señalaba que “su incorporación hará que algunos autores representados de un modo insuficiente en el museo dejen de estarlo y completará la presencia de otros que sí lo están”. Y seguía: “Pero sabemos que la relevancia pública de una colección no se mide tanto por la riqueza contable de sus fondos como por el potencial de los mismos a la hora de generar relatos”. A esto se ha sumado después la cesión del gran archivo Lafuente que se va a mantener en una sucursal del museo Reina Sofía en Santander.


Mercado del arte y exposiciones en Madrid


Algunos expertos empiezan a ver grietas en el mercado del arte. Grietas que pueden acabar convirtiéndose en fracturas y que anuncian una inminente burbuja. “El exceso de obras a la venta, el auge de las falsificaciones, los precios desorbitados y la especulación que sufren los artistas jóvenes debilitan la solidez de la industria” (El País Negocios, 02/11/2014).El punto de partida del diagnóstico son las cinco pujas de arte contemporáneo y moderno de octubre pasado (que coinciden con la feria Frieze en Londres) en las que las casas de subastas Christie`s, Sotheby`s, Bonhams y Phillips consiguieron 167, 2 millones de euros. Una recaudación, según el experto, sólida con cerca del 85% de los lotes vendidos. ¿Dónde están, pues, las grietas? Debajo del barniz que cubre la pintura del mercado del arte están las grietas. La quinta puja tiene que ver con la colección Essl de siete mil obras del empresario alemán de este nombre que se vio obligado a vender su colección porque su negocio andaba flojo pero Christie`s tuvo que garantizarle todos los lotes. Es decir, la compra de 40 piezas a un precio concreto, aunque no se alcanzase en la subasta. Porque hay un gran riesgo que revela la tremenda competencia entre las firmas de pujas para conseguir piezas de primer nivel.

Esta subasta evidencia, según el coleccionista Marcos Martín Blanco, propietario de una colección de 800 piezas, que “no todo es tan sólido como parece”. Según él, los dos principales termómetros del mercado del arte contemporáneo, Andy Warhol y Gerhard Richter, anduvieron flojos en la puja. A ello se añade el hecho de que “entre el 70% y el 90% de las obras que nos encargan autentificar son falsas”, señala el responsable de una firma suiza especializada en esa materia. Por otra parte, los artistas jóvenes que se han revalorizado mucho en poco tiempo y las galerías que los representan sufren mucha presión para poder mantenerse y para poder mantenerlos arriba. Y todo ello se representa, además de en lo privado, también en lo público: “El mercado del arte está en manos de operadores privados con intereses muy concretos que no siempre coinciden con los comunes que debe representar un museo”, remata Bartomeu Marí. ¿Hasta cuándo se puede soportar la tensión de los precios? ¿Dónde están los límites? Por eso, la cuestión, en un mundo en el que los artistas acaban siendo activos financieros, no es si estamos dentro de una burbuja, sino cuándo estallará, señala un experto de una consultora.

En Madrid, en este otoño, las exposiciones fuertes no se han presentado agrupadas todas en una semana, primera semana de octubre, por ejemplo, como otros años, sino que se han mostrado de una manera sucesiva y más dispersa. La Comunidad de Madrid ha sido muy tempranera en todas sus salas. En su sala del Canal de Isabel II (Alrededor del sueño, hasta el23 de noviembre) hemos podido ver una completa retrospectiva (trescientas fotografías de la que la mayoría son inéditas y realizadas en torno a la ciudad de Madrid, además de una selección de imágenes de sus proyectos anteriores sobre Nueva York, La Habana y Shangai) de la obra fotográfica del fotógrafo de Valladolid Ängel Marcos (1955). En esta exposición, comisariada por José María Díaz-Maroto, queda clara su postura crítica bien argumentada en los paneles: los grandes sueños colectivos de la Modernidad han quedado desactualizados y se muestran a través de imágenes cargadas de un fuerte impacto visual e historiográfico. La ciudad ha desaparecido como elemento determinante de la idea de proceso global. ¿Dónde está la ciudad? ¿Por qué seguimos llamando ciudad a lo que solo es urbanismo global integrado? Estamos así frente al “punto ciego” de Canetti, un punto a partir del cual las cosas han dejado de ser verdaderas. La única pega que le encuentro a esta exposición es un exceso de obra que llega a saturar un espacio mágico y esencial.

En las salas de Alcalá 41 se puede ver aún, hasta el 11 de enero, El rastro de las letras. Escritores y fotógrafos en España,desde el Romanticismo hasta la Generación del14., una interesante muestra, comisariada por el experto Publio López Mondéjar y por Lucía Laín como adjunta, en la que se revive un siglo de historia de la literatura española con una muestra de fotografía del XIX y el XX. En ella se reúnen más de 250 piezas, entre retratos, objetos y documentos del Romanticismo a la Generación del 1914, incluyendo escenas públicas y privadas de personajes como Azorín, Ortega y Gasset, Pardo Bazán y Rosalía de Castro. También incluye un audiovisual con registros sonoros y numerosas filmaciones cinematográficas de la época. Además de la Comunidad de Madrid, en esta exposición han participado Acción Cultural Española (AC/E) y la Real Academia Española (RAE), que la ha incluido en la programación de su III Centenario. La exposición se organiza en cinco ámbitos diferentes y, en cada uno de ellos, se incluyen citas y frases de los autores más representativos de la época. Una densa muestra que requiere bastante tiempo de visita para observar imágenes panorámicas de Madrid reproducidas en gran formato, los primeros retratos fotográficos de los literatos españoles, los viejos estudios fotográficos, las tertulias y cafés y el siglo XX protagonizado por reporteros gráficos, grandes retratistas, los miembros de la Generación del 98 y los escritores de la emergente Generación del 14. Un buen trabajo de investigación, bien ordenado cronológicamente por López Mondéjar, que se constituye en el primer estudio en su campo hecho en España y en los países de su entorno cultural a manera de brillante retablo del mundo literario español. Un magnífico catálogo, libro de historia y fotografía, o, más concretamente, del retrato fotográfico en España y su reflejo en el mundo de los escritores, da cuenta de su importancia.

Hay que señalar, ya que esto se repite una y otra vez, que es bastante indignante que en las ruedas de prensa de estas salas, sobre todo en Alcalá 41, se repitan las escenas bochornosas en las que el comisario de turno les explica a las autoridades las exposiciones (¡cuando no las explican las mismas autoridades a sus amistades!). La prensa ha pasado a ser un bulto decorativo que sigue a la comitiva cuando no la obligan a salir porque Ignacio González, el presidente de la Comunidad, “no quiere que haya nadie dentro”. ¡Qué fuerte!

La Fundación Mapfre también ha comenzado fuerte el curso con una exposición con pegada, Sorolla y Estados Unidos, en la que se podrá ver, hasta el 11 de enero, la obra de un Joaquín Sorolla (1863-1923) maduro que hizo fortuna y renombre internacional en EE.UU ya que su obra fue coleccionada por las elites estadounidenses. En 1909, cuando ya había alcanzado todos los grandes honores y premios a los que un pintor español de su época podía aspirar, Sorolla realiza, con un éxito sin precedentes, su primera exposición en Nueva York, en la Hispanic Society of America. Bajo el patrocinio de esta institución, presenta sus obras a continuación en Búfalo y Boston, y, dos años más tarde, en Chicago y San Luis, con lo que el pintor se convierte en el pintor español con más repercusión en Estados Unidos. La presente exposición relata la historia de este Sorolla cosmopolita que proyectó el arte español en Estados Unidos con sus playas, jardines y retratos, que acabaron seduciendo a los grandes museos y coleccionistas privados norteamericanos, los cuales adquirieron buena parte de las obras más representativas de esa etapa culminante en la trayectoria del pintor. La exposición parte de las obras de Sorolla conservadas en EE.UU. antes de la llegada del pintor para incidir luego en el papel crucial de su gran mecenas, Archer Milton Huntington, y en la relación con otro benefactor suyo, Thomas Fortune Ryan. En la exposición destaca la exquisita galería de retratos realizados por el pintor para su sofisticada clientela norteamericana. Luego se detiene en los paisajes y jardines que renovaron la imagen de España y en las escenas de playa que tanto atrajeron a los coleccionistas estadounidenses. Se cierra con el Sorolla más espontáneo que pinta todo lo que le rodea deslumbrado por la modernidad de Nueva York o Chicago.

Otra interesante exposición, que se pudo ver, hasta el 23 de noviembre, en su nuevas salas de fotografía de Recoletos (Bárbara de Braganza, 13) que han sustituido a las de Azca, fue la de Stefhen Shore (EE.UU., 1947). La primera gran retrospectiva, comisariada por Marta Dahó, con casi trescientas imágenes, de este fotógrafo muy precoz que y luego pionero en el uso de la fotografía en color. Un amplio recorrido retrospectivo por las distintas etapas fotográficas de este fotógrafo conocido por sus inexpresivas imágenes en las que reivindica, en sus escenas banales, la antiespectacularidad de cualquier turista anónimo. Quiere a toda costa ser amateur autodidacta frente al “instante decisivo” de Cartier Bresson. Sus mentores fueron en sus inicios Walter Evans y luego Andy Warhol (Factory, 1965-7). Entre 1967 y 1971 se centra en el conceptual. Trata de investigar el efecto que impone la cámara en la percepción del mundo.

En una segunda exposición, en estas mismas salas de la Fundación Mapfre, se puede ver aún, hasta el 8 de febrero, una magnífica exposición del gran fotógrafo Alvin Langdon Coburn (Boston, 1882-Gales, 1966). Todo un acontecimiento fotográfico en Madrid ya que es una oportunidad excepcional para contemplar la más completa panorámica del artista realizada en Europa tras la última exposición itinerante organizada por la George Eastman House de Rochester en 1998. Esta institución y el Nacional Media Museum de Bradford tienen las colecciones de obras del fotógrafo más importantes del mundo. Esta exposición ofrece una selección de 180 fotografías-en su mayor parte vintage- que “dejan constancia de la tenacidad y coherencia de su evolución creativa: desde sus retratos de destacadas figuras del pensamiento y la creación del siglo XX, hasta sus fotografías de paisajes urbanos e industriales de Nueva York o Pittsburg de perspectivas poco convencionales, o sus extraordinarios paisajes del Gran Cañon o Yosemite. Sin olvidar sus atrevidos trabajos vortográficos creados a partir de formas cubistas, sin duda una de las principales aportaciones al terreno vanguardista de su época”. Todo un gustazo para los visitantes e incluso para una cuidadora de las salas que declara “disfrutar más con estas fotos que con las de la anterior exposición”.

En el Museo ICO se podrá ver, hasta el 1 de febrero, un modélico montaje, al que ICO nos tiene acostumbrados con la supervisión de Cano Estudio, con la exposición Juan Navarro Baldeweg. Un Zodíaco. Un zodíaco, un anillo de constelaciones, un anillo de anillos: “una determinación común rige las interrelaciones entre pinturas, proyectos, esculturas e instalaciones y pasa y se trasfiere de unas a otras”. En ella se muestran los proyectos más importantes, muchos realizados y otros que no se llevaron acabo, del reconocido arquitecto con proyección internacional, Navarro Baldeweg, a través de dibujos y un espacio especialmente interesante de maquetas. Una buena ocasión para conocer de cerca el trabajo de uno de los arquitectos españoles más importantes y más conocidos, quizá también por su dedicación a la pintura. Mi única duda sobre esta importante exposición es que la enorme densidad académica de este anillo de constelaciones llegue a alcanzar al gran público. La bella instalación central llena de sus maquetas estoy seguro a pesar de todo de que lo atrapará. Y lo que sí queda claro en el recorrido es el buen nivel internacional de este arquitecto.

El Museo del Prado ha presentado, en primer lugar, y ambas hasta el 8 de febrero, dos importantes exposiciones. Una es la selecta colección, comisariada por José Manuel Matilla, Dibujos españoles en la Hamburguer Kunsthalle: Cano, Murillo y Goya, quizá la más importante exposición de dibujo español fuera de España, sobre todo porque hace un recorrido cronológico de una obra que está razonada en un magnífico catálogo. El núcleo de esta exposición de 85 dibujos, que ha sido exhibida en EE.UU., está formado por un mayoritario conjunto de dibujos sevillanos de Murillo, Herrera el Mozo y Valdés Leal, a los que suman los dibujos de Cano, Castillo y Scout, entre otros. Goya también está presente en esta exposición con una nutrida serie de dibujos, entre los que destacan algunos preparatorios para una serie de copias de los retratos de Velásquez.

La otra, una pequeña pero intensa exposición, es Las Änimas de Bernini. Arte en Roma para la corte española, en la que destacan, entre la selección de la obra de este gran artista italiano del siglo XVII, que reúne 39 obras, fundamentalmente esculturas, pero también óleos y dibujos, Änima Annata y Änima Beata. Delfín Rodríguez, el comisario, hizo una presentación exhaustiva de su propuesta investigadora, que se gestó hace tres años, y que se puede seguir muy bien a través de los textos del catálogo. De dos obras iniciales se pasó a una propuesta muy amplia con un largo recorrido cronológico de este polifacético artista. Por cierto, su primera monográfica en España en la que han participado muchos prestadores con ejemplos muy precisos para reconstruir un proceso. Otras obras de Patrimonio al final no se han unido. La muestra se ha constituido también en una novedad historiográfica ya que es la primera vez que se organiza una exposición que contempla y plantea, de modo monográfico, las complejas relaciones artísticas, culturales, diplomáticas y políticas que Gian Lorenzo Bernini, toda una leyenda, mantuvo con la Monarquía Hispánica durante el siglo XVII.

El Museo Thyssen, siempre en busca de una deseada audiencia, ha presentado dos exposiciones. Una de moda, la primera incursión del museo en este mundo, hasta el 18 de enero, es la de Hubert de Givenchi, el famoso modisto ya retirado. La primera gran retrospectiva de este famoso modisto francés, un creador esencial del siglo XX y leyenda viva de la historia de la alta costura, que él mismo ha ideado y ofrece por ello un enfoque excepcional de sus creaciones a lo largo de casi medio siglo, desde la apertura en 1952 en París de la Maison Givenchy hasta su retirada profesional en 1996. El diseñador ha seleccionado alrededor de un centenar de sus mejores vestidos, procedentes de museos y colecciones privadas de todo el mundo y muchos de ellos inéditos para el público que dialogan en las salas con un conjunto de obras de las colecciones del museo. Hay que destacar que Givenchy fue un gran admirador de Cristóbal de Balenciaga y de él heredó una forma de hacer y entender la costura que se caracteriza por la pureza de líneas y volúmenes.

La otra exposición, que se podrá ver hasta el 1 de febrero, vuelve otra vez (¡ya pensábamos que no quedaban más impresionistas que descubrir!), sobre el enorme filón del impresionismo, en este caso americano, Impresionismo americano, con casi 80 obras sobre cómo interpretaron el impresionismo los artistas norteamericanos desde finales del siglo XIX. Concretamente, en las décadas de 1880 y 1890 y su desarrollo posterior, en torno a 1900. Sin duda es la primera muestra en España dedicada a la expansión del impresionismo en Estados Unidos. Esta exposición, que viene ya de Giverny y de Edimburgo en Escocia, está comisariada por Catherine Bourguignon, conservadora de la Terra Foundation for American Art y especialista en arte francés y americano de finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX. Como señala Javier Maderuelo en su reseña (“El impresionismo sumiso”) de Babelia sobre los impresionistas americanos: “Excepto Whistler, no aportaron nada nuevo ni a la técnica ni a la temática sumisión rayana en el plagio”. De plagio pone como ejemplo las 12 pinturas de John Leslie Breck con respecto a los almiares de Claude Monet. Incluso a un servidor le parecía estar viendo a veces obras de Sorolla en medio de este costumbrismo americano.

El CBA le ha hecho un homenaje a Blanca Sánchez que fue coordinadora de Artes Plásticas de este centro con la exposición, hasta el 14 de diciembre, Blanca doble. El mundo y la colección de Blanca Sánchez Berciano, que había sido comisaria general de la exposición La Movida (CAM, 2006). Toda una agitadora cultural al tiempo que coleccionista. Además, allí, también merece la pena visitar una importante exposición, hasta el 11 de enero, Escritura experimental en España, 1965-1983. Pero hay que leer el prólogo de Javier Maderuelo del catálogo para conocer a fondo (los fondos del Archivo Lafuente que ha investigado) una creación experimental de esa época que había quedado postergada, e incluso olvidada a veces, sobre todo por su postura ajena al mercado. Una exposición nada fácil para el gran público pero que sí gratificará a los especialistas. Por último, se puede ver también, hasta el 4 de febrero, una exposición olfativa, comisariada por el experto Chander Burr y bajo la supervisión de Cano Estudio, El arte del perfume 1889-2014, en la que participan las más importantes casas internacionales de perfume. Está dedicada a la presencia del elemento olfativo en la historia del arte. Aquí se trata a los perfumistas como artistas vinculados a los diferentes movimientos artísticos y a los perfumes. El Chanel nº 5 de Ernest Beaux se relaciona con el modernismo; o el Prada Amber de Carlos Benaïm se vincula con el neorromanticismo.

Por su parte, el Museo Reina Sofía le ha dedicado, hasta el 2 de marzo, su primera exposición, República con la presencia del público, a la obra de Juan Luis Moraza (Vitoria, 1960), una muestra que abarca desde la escultura al video en interacción con el público. Se compone de tres grandes proyectos (Repercusiones, Implejidades y Software) realizados por el artista en los últimos años.. Una exposición que propone trasformar el museo convirtiéndolo en un museo participativo, en un museo simbólico y en un museo demográfico. El museo no debe ser una simple acumulación de objetos.

Luego ha seguido con una densa muestra, Un saber realmente útil, hasta el 9 de febrero, una exposición, visualmente muy potente, y muy resistente y combativa a la hora de replantear el tema educativo en el museo. Una auténtica exposición-manifiesto que destaca el papel del conocimiento en la emancipación social del individuo. Sería, como expresó el director del museo, un buen complemento de una anterior exposición, Playground, en la que se parte del presente con referencia a la historia. Y como señalaba algún crítico, “la propuesta es de las más complejas, completas y singulares del presente año expositivo”. Para entrar a fondo en la cuestión merece la pena leer los textos del catálogo, especialmente el de Luis Camnitzer. A partir del concepto de “nueva educación” la exposición nos propone nuevas formas de aprendizaje, y, al mismo tiempo, nos presenta otras formas de enseñanza y pedagogía heterodoxa, nada jerarquizadas, ni académicas, que enlazan con cuestiones y disciplinas vinculadas a otras vías de ver y hacer arte, así como a temas de género, raza y/o clase social, interrelacionadas entre sí. En esta exposición hay que destacar también las múltiples e interesantes actividades relacionadas con ella como conferencias y debates y recorridos del colectivo español Subtramas. Este colectivo ha concebido un programa de acciones públicas para saberes realmente útiles, en las propias salas de la exposición, en el que participan distintos colectivos sociales y culturales. A través de tres tipos de acciones: conversadoras (diálogos y conversaciones), narradoras (conferencias, lecturas y acciones) e instigadoras (intervenciones y talleres).

Otra exposición del Museo Reina Sofía, hasta el 5 de enero, es la dedicada a la artista palentina Patricia Gadea (Madrid 1960- Palencia, 2006), Patricia Gadea. Atomic Circus, que es la primera retrospectiva suya como figura esencial de la figuración madrileña de los años 80 y 90. Ha entrado, después de haber caído en el silencia, por la puerta grande (¡justicia poética!) del museo Reina Sofía con esta amplia exposición de 120 obras que abarca desde pinturas y cartones en gran formato hasta las últimas aguadas y dibujos, la mayoría inéditos. Merece la pena (re)descubrir la obra de esta artista corrosiva. Una auténtica depositaria de la cultura popular española a la que se acerca con humor tierno.

También en este museo se puede ver, hasta el 13 de abril, otra exposición, El retorno de la serpiente. Mathías Goeritz y la invención de la arquitectura emocional, en la que, comisariada por el mejicano Francisco Reyes Palma, se muestra sobre todo la etapa mexicana de este importante artista y agitador cultural que pasó por España y fundó la Escuela de Altamira. La primera gran retrospectiva que se celebra en España de este reconocido artista mexicano de origen alemán. La exposición se articula desde la “arquitectura emocional”, un principio planteado por el propio artista en su artículo homónimo publicado en 1954, que fundamenta la teoría y la estética de su trabajo, tanto en el diseño de edificios como en pintura, escultura, grafismo o en la poesía visual. Con este concepto, Goeritz apelaba a la necesidad de idear espacios, obras y objetos que causaran al hombre moderno una máxima emoción frente al funcionalismo, al esteticismo y a la autoría individual. Un verdadero agitador, revolucionario dinamizador e incluso provocador de la escena artística en cualquier lugar por dónde pasase. En esta muestra es posible acercarse a la obra de este artista total a través de esta ambiciosa retrospectiva de más de 200 obras en la que se incluyen dibujos, bocetos, maquetas, fotografías, esculturas y cuadros sobre tabla. El arte pasa así a ser un proyecto metaartístico extendiéndose al ámbito de lo social, lo político y lo público. En México ideó las Torres de Ciudad Satélite, en colaboración con el arquitecto Luis Barragán. Su Serpiente Negra ya impacta cuándo se entra en las salas del museo, y, a continuación, sus obras revelan el carácter experimental analítico, e incluso lúdico, de su producción.

En la sede del Palacio de Velázquez, comisariada por Joao Fernández, se puede ver, hasta el 12 de abril, una exposición, Luciano Fabro, la primera de carácter antológico que se le hace después de la desaparición del artista, en la que se hace un recorrido a través de los trabajos más esenciales y conocidos de este artista italiano inclasificable (Turín, 1936- Milán, 2007). A lo largo de cuatro décadas de creación artística participó de todos los movimientos por lo que sus piezas pueden ser clasificadas de minimalistas, dadaístas, narrativas, barrocas o clásicas, según el momento. En esta exposición presenta cerca de 60 obras realizadas en materiales muy diversos, entre otros, mármol, seda, espejos, cristal de Murano, bronce, latón, pasta o acetato, que muestran un recorrido a lo largo de cuarenta años de trabajo. La escultura es desde luego el eje de la muestra que está estructurada en torno a dos de sus series más conocidas, Italias y Piedi, curiosamente en salas confrontadas del espacio expositivo. Puede que el grupo más conocido sea el dedicado a Italia iniciado en 1968 pero en el trabajó hasta su muerte. “Cuando tengo una idea, la pruebo sobre Italia”. Por ello, su recreación cartográfica del mapa de Italia en forma de bota, recreada en numerosos materiales, le ofrece una ocasión para retratar con ironía su situación política, cultural y social. Junto a estas emblemáticas series, tenemos otras piezas igual de sugerentes. Se puede considerar a Fabro un buen representante del arte Povera aunque él nunca se consideró adscrito plenamente a este movimiento. Pero, como se puede comprobar, de acuerdo a sus palabras, en el excelente texto escrito por Margit Rowell para esta exposición, sí que aceptó la existencia de ciertos rasgos identitarios afines. “El nombre hizo fortuna porque una de las cualidades comunes a todas estas obras es que eran povera en sentido metafísico: extremadamente simples, sin adornos, desnudas, aún cuando estuvieran bien hechas o las imágenes fueran bellas o tuvieran cierta elegancia. El único significado que tiene sentido es el de la desnudez, el despojamiento”.

En la sede del Palacio de Cristal, hasta el 16 de marzo, se puede visitar Janet Cardiff & George Bures Millar. El hacedor de marionetas, una instalación de esta pareja de artistas canadienses que nos incita a curiosear dentro de una roulotte.

La Fundación Telefónica le ha dedicado, hasta el primero de marzo, una primera exposición al proceso creativo de elBulli, Ferrán Adriá. Auditando el proceso creativo, en la que muestra a través de murales, dibujos, objetos y mucho audiovisual, más que la cocina del famoso chef el laboratorio de un equipo de creación. La segunda es sobre el inventor y científico Tesla que había caído en el olvido y esta exposición, comisariada por Miguel Ángel Delgado, trata de recuperar a partir de su obra de Belgrado y de otros archivos. Por último, en la variedad está el gusto, se puede visitar Paco Roca. Dibujante ambulante, una interesante exposición, con más de 200 objetos, sobre el método de trabajo del dibujante y Premio Nacional del Cómic. Como se puede apreciar el propósito de estas exposiciones es comprender los procesos creativos de los artistas.

En el Caixafórum se ha presentado, hasta el 1 de marzo, un magnífico montaje retrospectivo, Roni Horn, de la importante obra de esta artista, una de cuyas claves es la androginia con la que subvierte la división establecida entre los géneros masculino y femenino. Una artista que, además, permanece invisible ya que ni siquiera acudió a la rueda de prensa de presentación de la exposición. En lucha permanente con el tiempo trata de capturarlo, segundo a segundo, en sus fotografías. Esta exposición, con algún cambio, proviene de Barcelona dónde recibió el Premio de la Fundación Joan Miró en la que se expuso antes. En ésta podemos ver no sólo sus fotografías sino también parte de su bella y delicada obra escultórica. En el catálogo se puede, para conocer su trayectoria más a fondo, leer una extensa entrevista a la artista. En este centro también se puede visitar, hasta el 8 de febrero, una pequeña pero importante exposición, Las reducciones jesuitas en Paraguay, una exposición muy bien documentada que nos muestra el desarrollo, con luces y sombras, de un proceso comunitario de los indios guaranís, tutelado por los jesuitas de Loyola en Sudámerica. En esta zona de selva y llanura, denominada la Paracuaria, en la que habitaban estas tribus indígenas, se produjo una experiencia singular. Aquellos territorios estaban bajo el dominio de la Corona española y en el siglo XVII fue cuando se produjo esta original experiencia que duró hasta la caída en desgracia de los jesuitas en el siglo XVIII.

En la Fundación Juan March, se puede ver aún, hasta el 18 de enero, una importante exposición, Depero futurista (1913-1950), dedicada a la obra y la figura del italiano Fortunato Depero (1892-1960), a través de las cuales se quiere plantear una visión renovada de la que ha sido llamada “la vanguardia de las vanguardias”: el futurismo italiano. Un movimiento plástico y literario de vanguardia cuyo punto de partida, pistoletazo nunca mejor dicho en esta agresiva vanguardia, y metáfora que se haría literal con el estallido de la Primera Guerra Mundial en 1914, fuera el manifiesto publicado por Marinetti el 20 de febrero de 1909 en el periódico parisino Le Figaro. Un movimiento caracterizado por la radicalidad de sus propuestas que trataban de abolir todo el enfoque tradicional del arte del pasado (considerado puro passatismo) glorificar el dinamismo, la máquina, la velocidad y la guerra, liberar a las palabras de la gramática y multiplicar los puntos de vista para expresar la interacción dinámica con el espacio circundante.. Los años fundacionales del movimiento, entre 1909 y 1915 (la Guerra fue una cesura para el futurismo porque algunos futuristas participaron y murieron, como Boccioni), constituyeron una novedosa y dinámica contribución a la pintura, la escultura y la literatura europeas. Este es el contexto en el que va a entrar Depero en 1915, año en el que será admitido oficialmente en el movimientofuturista. Y firmará con Giacomo Balla, el 11 de marzo de 1915, el manifiesto Ricostruzione futurista dell`universo (Reconstrucción futurista del universo), que supondrá uno de los hitos más importantes en la evolución de la estética futurista, y en el que ambos propondrán, precisamente,, la globalización de las artes y la fusión del arte con todos los aspectos de la vida cotidiana, además de declarar acabado el lenguaje tradicional y proponer la elaboración de un lenguaje nuevo-que Depero llamará la “onomalengua”- que uniese la vida con el nuevo arte ¿Por qué Depero es un artista casi desconocido hoy a pesar de ser, según los responsables de la March, un precursor vanguardista de casi todo el arte contemporáneo, o sea como antecedente de la práctica artística considerada como un trabajo multimedia y como trabajo colectivo (Casa d´Arte Futurista), en entender que la ciudad futurista y del futuro era Nueva York y ya no París, de que el artista necesita promoción de los medios y auto-publicidad, de nuestro mundo altamente tecnificado, desde las nuevas tecnologías hasta la ingeniería genética, en utilizar el fotomontaje y el fotocollage, de los accionismos de la performance o de la escritura experimental? Sobre todo cuando la mayoría de los futuristas siguieron trabando en el campo limitado de la pintura, volvieron a la figuración o abandonaron el movimiento.

La Casa Encendida nos ha traído, hasta el 11 de enero, una magnífica e importante exposición, Metamorfosis. Visiones fantásticas de Starewich, Svankmajer y los hermanos Quay, en la que se puede contemplar y disfrutar (hacía tiempo que no veía a la gente reírse en una exposición), de la obra de estos cuatro grandes artistas-cineastas y de sus recíprocas influencias. De su enorme imaginación ha bebido por ejemplo, Tim Burton y también otros famosos directores de cine. No se puede perder la oportunidad de conocer la creación de estos grandes artistas de la animación, de la poesía de la animación. La exposición se complementa con un ciclo de cine que se puede ver todos los martes en la Casa Encendida en el que se presentan los cortometrajes de estos cineastas y también los de otros como Segundo de Chomón. Y se amplía, también hasta el 15 de enero, en el Museo Lázaro Galdiano con otra exposición, Joyas de la Colección Lázaro en el universo de Svankmajer, una selección de obras habitualmente no expuestas de la Colección del Museo relacionadas con la obra del cineasta y coleccionista checo Jan Svankmajer; y con otra en el Museo de Ciencias Naturales, hasta el 11 de enero, Metamorfosis. Visiones fantásticas de Starewitch, una selección de fragmentos de películas del cineasta, antropólogo y entomólogo. Jan Svankmajer, el último genio surrealista que se niega a las definiciones, tiene claro que “nuestro ojo está pervertido” y por ello reivindica la prioridad del tacto como una forma de reconstruir nuestro ojo interno. Para él, las tres fuentes básicas de la creación son la infancia, los sueños y el erotismo. De todas formas, lo que ocurre cuándo somos niños es básicamente un ejercicio de domesticación. Piensa que “todo está pensado para que no pensemos… La comunicación, lo que entendemos por ella, no es más que una sucesión de frases hechas sin sentido… La cultura popular existe para que nos entretengamos el tiempo que pasa desde que salimos del trabajo hasta que volvemos de nuevo a el”. Remata: “Disney es el mayor corruptor de la imaginación de los niños que ha conocido la Humanidad”.

La Fundación Carlos de Amberes se nos ha transformado en un Museo. Antes había pasado de fundación benéfica a fundación cultural. Ahora ha convertido sus salas de exposiciones en un museo dedicado monográficamente a artistas flamencos y holandeses de los siglos XVI y XVII. El Museo sigue presidido por la gran pintura de Rubens, “El Martirio de San Andrés”.Este proyecto ha sido posible en gran parte porque se han podido traer, por obras de remodelación, las piezas del Museo de Bellas Artes de Amberes (hasta el 2017). Entonces este Museo de Amberes le ha cedido temporalmente veintiuna obras muy representativas de sus colecciones muchas de ellas muy vinculadas a España. El Museo del Prado, con su habitual generosidad, ha aportado diez obras excepcionales. Patrimonio Nacional ha aportado un tapiz. La exposición es exquisita, con unas obras estupendas desde luego, aunque el futuro del Museo no se vea tan claro.

En la Residencia de Estudiantes se presenta, hasta el 8 de marzo, una interesante exposición, promovida por AC/E, Redes internacionales de la cultura española, 1914-1939, en la que se trasmite con claridad, a través de documentos de archivo, libros, videos y obras de arte y actividades complementarias, la importancia que llegó a alcanzar la cultura española en esa época. Una muestra, pues, complementaria a la que ocupó las salas de la Biblioteca Nacional en la pasada primavera en relación a la Generación del 14. Como se sabe, la Residencia en la que se presenta la exposición, fue una de las instituciones nacida por iniciativa de la Institución Libre de Enseñanza (ILE) fundada en 1876. Este enorme auge cultural fue barrido por culpa de la incivil Guerra promovida por el Caudillo Francisco Franco que traicionó a las instituciones legales de la República. Las tumbas de los asesinados en aquel periodo siguen selladas en un horrible olvido en la memoria histórica de España. Al menos que esta exposición nos devuelva algo de nuestra memoria colectiva en relación a nuestra cultura que en ese periodo tenía resonancia y conexiones internacionales. La Junta de Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas creada en 1907 (JAE) concedió pensiones permitió que los jóvenes universitarios españoles completasen su formación en el extranjero. Hoy vemos cómo se recortan los Erasmus y nuestras mejoras cabezas tienen que emigran a otros países.

En el Museo ABC se puede ver, hasta el 25 de enero, una muy interesante exposición, Francisco Sancha. El alma de la calle, de este importante artista casi desconocido en España, pero que es uno de los grandes dibujantes españoles más populares de las tres primeras décadas del siglo XX, especialmente por las estampas costumbristas madrileñas que realizara para el semanario “Blanco y negro” entre los años 1904 y 1911. El Museo ABC conserva 902 dibujos de Sancha en su Colección. Ese periodo, como muestra muy bien el estupendo catálogo cuyo laborioso texto de investigación es de Felipe Hernández Cava, fue el de su mayor reconocimiento, en medio de una estancia previa en París y su estancia posterior en Londres, dónde sus obras más significativas fueron sus trabajos antigermánicos durante la Primera Guerra Mundial. Luego, ante el empuje de los vanguardistas, su estrella fue declinando. Su carácter bohemio y generoso le hizo vivir siempre en una situación precaria y en la angustia de no poder proporcionar una vida digna a sus hijos y a su esposa, Matilde Padrós, una de las primeras mujeres universitarias españolas, y, según Ortega, “la mujer más inteligente que había conocido”, pero que sacrificó su vida a su esposo e hijos. Sancha murió en la cárcel de Oviedo en 1936 dónde trabajaba para el diario socialista “Avance” desde poco antes del estallido de la guerra civil.

Por último, en las Galerías, que hicieron su Apertura en septiembre, ha habido también importantes exposiciones en su primer periodo otoñal. Como no puedo alargarme destacaré la de Francisco Ruiz de Infante, La Línea de los Ojos (The Death Line), en la galería Elba Benítez; y la de Jorge Galindo, Money Painting, en la galería Helga de Alvear, ambas hasta noviembre. Por otra parte, en Ivorypress Art+Books se ha podido ver, hasta noviembre, una interesante y delicada exposición de Maya Lin, Rivers and mountains, que muestra la trayectoria de esta artista y arquitecta estadounidense de origen chino poco conocida en España. De todas formas, me gustaría destacar, también en la galería Elba Benítez una importante exposición en la que por fin se puede pisar y tocar, O protesto e a serpente, del artista brasileño, reconocido internacionalmente, Ernesto Neto (Río de Janeiro, 1964). Esta es la cuarta exposición en esta galería que nos muestra obras de este gran artista, en la estela de los grandes artistas de Brasil como Lygia Clark., Helio Oiticica y Cildo Meireles, que en este momento parece dar un giro más político aún pero sin dejar de ser sensual (“la sensualidad es el rasgo más político de mi trabajo”). Un giro que tiene su raíz en su reciente exposición retrospectiva en el Guggenheim de Bilbao (hay que ver el video al final de la galería) y que tiene que ver con las grandes protestas callejeras de Brasil y la represión policial. “Esta represión me recordó a Kafka, a la necesidad de cambiar algo pero no saber cómo”. En esta exposición la serpiente sería la metáfora de la fuerza de la naturaleza, y la protesta sería como un intento de frenar la brutalidad institucional en la que vivimos. “Mis nuevos trabajos son una crítica a este momento actual”. Para este cambio comienza cambiando el mito judeocristiano de la serpiente haciendo de la serpiente un animal benigno y no origen del pecado: la serpiente es la vida, una fuente de luz. Sin olvidar nunca el cuerpo, todos sus sentidos y no solo la vista, que “no miente”: “La tierra es el cuerpo y la naturaleza es la cura”. Ni la alegría que es el motor creativo del artista: no hay escultura sin fiesta. ¡Una exposición que no os podéis perder!


Teatro: frente a los recortes red colectiva de teatros de barrio


Frente al panorama económico de recortes generalizados ha surgido en el barrio de Lavapiés, la zona de Madrid con más escenarios, una nueva red de teatros que agrupa a quince salas como iniciativa autogestionada para enfrentarse a la crisis. El manifiesto de la nueva red Lavapiés Barrio de Teatros se presentó en la sala Mirador. Con esta iniciativa pretenden sumar recursos para contribuir a la sostenibilidad económica de las salas, reivindicar el teatro y la cultura como bien público, promover la creación y el pensamiento contemporáneos y crear nuevos públicos y atraerlos al barrio. Tratarán de llevar el teatro a la calle, generar ciclos y festivales o acercarlo a los jóvenes. Todo sin ayudas públicas y de forma autogestionada. “A la crisis económica, social y cultural que vivimos, oponemos un deseo, una aspiración, una voluntad. Y arriesgamos nuestras fuerzas en la búsqueda en la búsqueda de una alternativa de creación y difusión del teatro basada en la dignidad. ¿Pero es suficiente una reacción individualizada y de supervivencia? ¿Basta con protestar? ¿Es suficiente la indignación? No nos sirve de nada un descontento que no se articula colectivamente y que permanece en la acción individual”. Para más información sobre esta nueva red hay que consultar su página web (lavapiésbarriodeteatros.es).

Un ejemplo de resistencia práctica es la que desarrolla la sala Cuarta pared iniciando el curso con la undécima edición de su Territorio danza 2014: “los venenos de esta crisis han producido en nuestras artes escénicas una evolución resistente y lateral”. Este años se lo han dedicado a dos creadoras excepcionales como son Ana Vallés (Matarile Teatro, Compostela, 1986) y Carmen Werner (Provisional Danza): “Parte de los enormes frutos de la danza contemporánea de hoy son fruto de la fecunda ruptura generada en los años ochenta y noventa por estas creadoras”. Durante tres semanas de programación, en la que la viga maestra ha sido la compañía residente en la sala, Provisional Danza, impulsada desde 1987 por Carmen Werner, hemos podido ver en danza a siete compañías. La fiesta de apertura estuvo a cargo de Provisional Danza con la pieza coral Bailar, volar, culminación del taller realizado por Carmen Werner. “La danza, como el ser humano, se propone retos y en el intento de superarlos surge la creación, el arte”. Esta pieza es un claro ejemplo de ese vuelo. Por su parte, Ana Vallés se pregunta, en su pieza Staying Alive, “¿Por qué sigo haciendo teatro? ¿Para qué sirve el teatro?”. Contesta que en medio de la que está cayendo hace teatro por necesidad, por pura emoción. Emotivos días de danza en la siempre hospitalaria sala.

Por otra parte, la cartelera teatral madrileña mantiene un buen nivel tanto a nivel público como privado. El CDN, en su sede del Valle-Inclán, en la sala grande, ha presentado, un año más, el interesante ciclo “Una mirada al mundo” en el que han participado compañías de diferentes países.

Al tiempo, en su sala pequeña, Alfredo Sanzol firmaba y dirigía su nueva comedia, La Calma mágica, coproducida por Tanttaka Teatroa. Hasta el nueve de noviembre se pudo ver esta obra misteriosa y llena de emoción y muy divertida, interpretada por un reparto estupendo tanto de hombres como mujeres. A pesar de sus continuos y desconcertantes giros al final la obra me acababa ganando.

Luego, también en la sala Francisco Nieva, ocurría uno de los hechos teatrales más importantes en mucho tiempo. ¡Todo un acontecimiento teatral! Me estoy refiriendo al sobrecogedor monólogo, El Testamento de María, que cuenta la historia de Jesús desde la perspectiva de su madre, en el que el personaje de María es interpretado por la gran Blanca Portillo. Basado en un texto de 2011 del magnífico autor irlandés Colm Tóibín este monólogo de setenta minutos, bien traducido por Enrique Juncosa, ha sido muy bien adaptado y dirigido, en su primera incursión teatral, por uno de mis directores de cine preferidos, Agustí Villaronga. También ha contado con la protectora escenografía del gran artista que es Frederic Amat. Ha sido una experiencia teatral maravillosa, además de la bellísima puesta en escena, tener enfrente, muy cerca, a esta enorme actriz en su por ahora último “tour de force” actoral. En su magnífica interpretación de María nos conmueve hasta lo más hondo sin recurrir a ningún truco melodramático. Todo resulta tan natural como la vida misma de una madre que sufre por su hijo como podría hacerlo cualquier madre de siempre y de hoy. La Portillo logra trasmitirnos ese dolor que sale de lo más hondo de su corazón.

En su sede del teatro María Guerrero, en su sala pequeña y dentro de su importante ciclo “Escritos en la Escena”, se repuso, hasta el 23 de noviembre, la obra, Haz clic aquí, del joven director José Padilla que antes la había presentado en esta misma sala sin acabar. En ese formato yo no la había visto. Ahora se representa ya acabada y con un nuevo reparto. En ella Padilla desarrolla una brillante disección dramática sobre los riesgos y peligros de la Red a la hora de buscar la verdad y la justicia: “El problema radica en que estos juicios, tan tajantes como apresurados, tienen incidencia en la vida de las personas” (José Padilla. Programa de mano). En esta obra, cercana al teatro documento pero que no llega a serlo, a partir de una noticia de un periódico, se trata, un hecho ocurrido hace cuatro años, de una brutal agresión callejera, a la salida de una discoteca, a un adolescente que ha sido filmada por un abogado que la cuelga en Internet, concretamente en YouTube, para que, a través de su difusión, se pueda encontrar a los culpables. En esta especie de thriller local costumbrista, de ritmo rápido, destacan unos intérpretes convincentes, que doblan sus papeles con solvencia, a la hora de trasmitirnos esa atmósfera urbana de sábado noche. Son éstos: Ana Vayón (Ruth), Nerea Moreno (la madre y amiga de la joven), Pablo Béjar (el golpeado), Gustavo Galindo (abogado y amigo de la madre de Ruth) e Inma Cuevas (la periodista y amiga de la joven). Todos convincentes sobre todo cuando se alejan de la crispación y el grito.

En la sala grande de este teatro, del 5 al 23 de noviembre, se ha presentado una obra de Pierre de Marivaux (1688-1763), El Juego del Amor y del Azar, muy bien traducida por Mauro Armiño, y muy bien dirigida, con un elenco de jóvenes actores, por el gran maestro Joseph María Flotats. También ha contado con la eficaz escenografía de Enzo Frigerio. Es indudable que Flotats ha logrado un montaje de un gran refinamiento estético como corresponde a su gran talento de director de escena. Se puede discutir el mayor o menor nivel de esta obra, en su combate entre el amor y la razón, sobre todo en comparación con nuestros clásicos, pero lo que es indudable es la maestría con la que Flotats dirige a estos jóvenes actores. Se queda uno boquiabierto con sus interpretaciones que el director lleva a un perfeccionismo en los más mínimos detalles que sólo se alcanza con un trabajo muy laborioso e intenso. ¡Necesitamos en España ejemplos como éstos que más bien son la excepción y no la regla! Este nivel sólo lo consigue un director que está al pie del cañón cada día. Yo estuve en un día normal y ví como el público premiaba su trabajo con sus aplausos. Al acabar la obra allí estaba Flotats en el pasillo hablando con alguien. En lo que se refiere al texto a mí el enredo del amor y del azar, muy bien llevado por cierto, se me hizo bastante entretenido exceptuando el largo parlamento de Lisette en la última parte que se me hizo pesado. Es un lujo que no se debe desperdiciar contar con directores como Flotats que se entrega al máximo lo mismo en la rueda de prensa que en los ensayos de las funciones. Da mucho gusto observar esta enorme entrega teatral, en este caso con una obra del poeta del amor del teatro francés.

En los Teatros del Canal se pudo ver, hasta el 5 de octubre, una interesante obra, Jugadores, escrita y dirigida por Pau Miró e interpretada por un reparto de lujo en el que estaban Jesús Castejón, Luis Bermejo, Ginés García Millán y Miguel Rellán. El texto refleja un mundo local de perdedores que no tienen nombre y que podemos identificar por el barbero, el actor, el enterrador y el profesor, unos personajes que utilizan el riesgo para escaparse de la gris realidad. Luego, pudimos ver hasta el 26 de octubre, una obra, Lluvia constante, un thriller negro de Keith Huff, dirigido por David Serrano. Esta obra, igual que la anterior, tuvo un seguimiento de público muy bueno e incluso mejor. Público y crítica valoraron muy bien las interpretaciones, para algún crítico, poderosísimas y memorables, de Roberto Álamo y Sergio Perís-Mencheta. A mí, sin embargo, sus interpretaciones me dejaron bastante frío ya que Peris, para mí, no llegaba aunque lo intentaba y le costaba, y Álamo quedaba lejos de su memorable interpretación de Urtain. El texto, quizá porque tuve la mala suerte de leer el programa de mano en que el director y también adaptador de la obra, David Serrano, lo ponía por las nubes tampoco me sedujo lo suficiente. Total que salí, más bien a mi pesar, bastante decepcionado.

En los Teatros del Canal se pudo ver, hasta el 1 de noviembre, Las niñas no deberían jugar al fútbol, una obra escrita y dirigida por Marta Buchaca que ya había tenido mucho éxito en Barcelona. Esta obra ya se había representado antes en la aún poco conocida pero ya importante sala La Trastienda de Madrid, un nuevo espacio que “trata de favorecer proyectos teatrales de textos contemporáneos y autores emergentes” y que la ha traído a un espacio mayor como el de Canal (sala Negra). ¡Magnífico texto el de esta autora! ¡Qué precisión en un drama psicológico de intriga que me arrastra de principio a fin! Las buenas interpretaciones de sus intérpretes ayudan a tal tarea.

Más tarde, desde el 26 de noviembre al 7 de diciembre, se ha visto una de las obras, Casa de muñecas, de Henrik Ibsen más representadas y que ha propiciado el mayor número de estudios críticos y cuyo personaje central, Nora Helmer, se ha convertido en un icono absoluto del teatro. Escrita en 1879 y estrenada en 1880 esta obra se ha constituido como un alegato de la libertad femenina que no “feminista” ya que el autor reflexiona sobre la alienación del individuo en la sociedad. La corrupción, la alienación económica, la descomposición de las estructuras de organización tradicional patriarcal como la familia, la justicia y las diferencias de clase son los elementos con los que juega es escritor noruego. No hay que repetir que su final es uno de los más hermosos jamás escritos en teatro. Uno siempre va a verla pensando que sí se puede decir algo nuevo sobre esta pieza emblemática del teatro universal. En este caso se ha sido partido de una adaptación de Jerónimo Cornelles y Ximo Flores, que ha dirigido Ximo Flores y ha interpretado Rebeca Valls en el papel de Nora. La obra se desarrolla en un escenario burgués con escaso mobiliario en el que destaca una pecera con un par de peces, que quizá exprese el encierro de la protagonista en su casa. Ella y su marido también están encerrados en un sistema social opresivo del que ella intenta al final salirse dando un portazo.

Al mismo tiempo, en los Teatros del Canal, durante solo tres días de diciembre (4, 5 y 6), hemos tenido la oportunidad de ver una segunda Nora, Querido Ibsen: soy Nora, a partir de un texto inédito (2012) de la autora argentina Griselda Gambaro de 86 años, que plantea una lúcida reescritura de Casa de muñecas, al enfrentar, desde una perspectiva feminista, a la protagonista nada menos que con el mismísimo autor. Una deconstrucción, pues, del texto de Ibsen, algo así como Ibsen en la era del copyright, en “una operación de inversión y desplazamiento”, según su director. Esta obra está dirigida por Silvio Lang y protagonizada por Belén Blanco, una conocida actriz de teatro y televisión en Argentina. En ella, el autor pasa a ser un personaje de la obra que es cuestionado, y se defiende, continuamente. Debe negociar con la protagonista sobre todo lo que dice y lo que hace: el autor ya no es el que “hace hablar” al personaje sino una manera de intervenir en los intercambios y negociaciones de una identidad en construcción. Una obra, pues, en la que la protagonista se emancipa del autor que supuestamente le da la voz. La protagonista se declara tan propietaria como el autor de su imagen en un litigio, en la era del copyright, por la autoría.

En el Fernando Fernán Gómez si me gustó, en su sencillez, el montaje de un musical de bolsillo Excítame, mezcla más bien de thriller, musical e historia de amor, del norteamericano Sthefen Dolginoff, autor de texto y música. La versión es de Pedro Víllora y Alejandro de los Santos, también intérprete, y está dirigida por José Luis Sixto. Parte del hecho real de que dos universitarios de Chicago, influidos por lecturas poco maduras de Nietzsche, asesinaron en 1924 a un chico de catorce años para demostrar que eran superhombres capaces de cometer el crimen perfecto. Un austero e imaginativo montaje de mínima escenografía va mostrando con precisión la progresión de los hechos. Aitor Arozamena interpreta muy bien al piano la partitura de Dolginoff. Se representó hasta el 19 de octubre.

En la activa Pensión de las Pulgas pude ver primero Carne viva, una obra escrita y dirigida por Denise Despeyroux, que “entrelaza en un inteligente rompecabezas una investigación policial y un tremendo melodrama familiar” que se desarrolla en plena crisis económica. La trama se desarrolla en el mismo edificio del teatro (número 48 de la calle Huertas de Madrid): concretamente en una antigua comisaría de lujo que se ve afectada por los recortes y que tiene que subalquilar dos de sus espacios del inmueble. La acción trepidante transcurre, simultáneamente, pues, en tres espacios de La Pensión de las Pulgas. Los espectadores van pasando de uno a otro y la recepción de la obra será distinta para cada grupo de espectadores según dónde empiece o termine su deambular. Un buen reto que los intérpretes enfrentan con su buen hacer actoral. En La Pensión también pude ver otra obra, Cliff (acantilado), un texto de Alberto Conejero, dirigido por él y por Alberto Velasco, e interpretado por un buen actor, Carlos Lorenzo. Este actor da vida a algunos momentos del gran actor Montgomery Cliff (¿Cómo puedo no ser Montgomery Cliff?) en un papel nada fácil, al menos para mantener arriba el texto todo el tiempo, en el que se perfilan sobre todo los delirios etílicos del personaje.

En el teatro circo Price pude ver, en septiembre, Mulan, Trouppe acrobática de Chongquing, “una historia épica presentada por una compañía legendaria”. Fue fundada en 1951 y es uno de los más famosos grupos de acrobacia de China. Disfruté mucho con la gran preparación acrobática de estos jóvenes chinos que en ciertos momentos me recordaron al Circo del Sol. La historia de Mulan, muy convencional y dispersa, me gustó menos.

En el teatro Lara se ha podido ver, hasta el 13 de diciembre, una obra, Mejor historia que la nuestra, de Lucía Carballal, una autora murciana que con este texto fue accésit del premio Marqués de Bradomín 2012. Está bien dirigida en el off del teatro por Francisco Carril y muy bien interpretada por el experimentado Chema Muñoz, acompañado de Antonio de Cos, Cristina de Anta y Natalia Huarte. La temática es muy interesante ya que en ella se junta el derecho del enfermo con pronóstico letal a renunciar a un tratamiento médico agresivo, con la difícil relación entre padres e hijos.

En Las Naves del Matadero se presentó, en octubre, una pieza, En el desierto, de la Compañía Losdedae, con textos de Pablo Messiez y Guillem Clua, con dirección teatral de Guillem Clua, y con dirección artística y coreografía de Chevi Muraday. Una pieza que entremezcla teatro y danza, en el que “bailan los actores y las palabras”. Un magnífico montaje con sabor a los orígenes en el que era muy importante leer previamente el programa de mano y después entregarse a la magia del espectáculo barroco y tenebrista sin preocuparse de entenderlo todo. “Los que van hacia un lugar incierto. Huyen porque fueron expulsados de su hogar de origen y en la huida se cruzan, se encuentran. Les une una necesidad común: resistir. Descubren que sosteniéndose los unos a los otros evitarán desaparecer”.

En el Teatro del Arte se ha podido ver una obra tierna y nostálgica, Luciérnagas, con texto y dirección de Carolina Román (de ella se pudo ver otra pieza, en esta misma sala, la magnífica En construcción), e interpretada por tres estupendos y jóvenes actores (Fede Rey, Jaime Reynolds y la excelente Aixa Villagrán en el papel de Lucía). Una estupenda dirección de estos frescos actores cuya naturalidad me admira. Un teatro sincero y sin pretensiones que a medida que avanza nos va ganando, se me va metiendo suavemente en el alma, sin caer en el melodrama, ni la afectación ni la sobreactuación.

En la sala Lagrada, la compañía ESPACIOOSCURO del teatro, dirigida por Miguel Torres, ha presentado, hasta el 16 de noviembre, una obra de Samuel Beckett, Los días felices (Happy days), 1961, New York. Me ha encantado la actriz Cuchi Sánchez en el difícil papel de Winnie bajo la estupenda dirección de Torres. ¡Qué expresividad la de esta mujer! El actor Feliciano Casado la acompaña en su tarea sin hacer ruido. ¡Precioso final que no quiere aplausos! ¡Prueba otra vez, fracasa de nuevo, fracasa mejor! ¿Qué nos dan las salas alternativas para que una obra tan larga y difícil de Beckett provoque casi un lleno?

En la sala Cuarta Pared se pudo ver una comedia muy negra, Happy End, de la compañía vasca de larga andadura Vaivén Producciones que ya cuenta en su haber con unos cuantos premios. Esta obra parte de un texto de Borja Ortiz de Gondra y está dirigida por Iñaki Rikarte: Este montaje, interpretado con solvencia por dos actrices y un actor, nos habla de la crisis y “sus derivados”, en forma de negocios que afloran a cuenta de la desgracia ajena. Con un humor muy negro da voz a quienes sienten que “la crisis aprieta pero sí ahoga”. El final abierto tiene dos posibilidades que el público debe compartir sobre todo para alcanzar un debate social y moral para muchos.

En la sala pequeña del teatro Español pudimos ver en escena al polifacético y experimentado Denis Rafter en su interpretación, además de escrito y dirigido, de un monólogo sobre la vida del gran Oscar Wilde. En el París de 1900 el autor, antes famoso precursor de la modernidad, está solo y arruinado en sus últimos días. “Muriendo por encima de sus posibilidades” ya solo le queda su gran ingenio. Beloved Sinner es el último trabajo de Rafter cuyo texto se compone de textos conocidos de Wilde que nos muestran, con humor y ternura, el autorretrato de un hombre abocado a la autodestrucción. Creo que este monólogo, para que alcance mayor intensidad, debe ser recortado, por ejemplo en la parte del ruiseñor y la rosa, por el bien de Wilde y de Denis y de su gira internacional. Al tiempo felicito a Denis (y a la comunicación de Cultproject) por su valentía a la hora de arriesgarse teatralmente con esta hermosa propuesta otoñal.

En el teatro Alfil se puede ver, todos los viernes a las 20 horas, una obra, el monólogo Un obús en el corazón, del libanés Wadji Mouawad (Beirut, 1972) más conocido por ser el autor de Incendies, estupendamente dirigida por el experimentado Santiago Sánchez (LÓm Imprebís) que logra sacar siempre a sus actores todos sus registros. Un esfuerzo continuado en su carrera el de este gran director que dignifica con cada obra el trabajo teatral. En este caso dirige a un actor, antiguo campeón de España de los pesos pesados, que debuta en escena y al que a partir de ahora habrá que seguirle la pista, el armenio Hovik Keuchkerian, protagonista también de una película y que acaba de sacar un disco-libro, Resiliente, con lo más reciente de su producción poética. Esto se nota en el aliento poético que inunda todos los registros que le saca a su recitado. Un emotivo encuentro de un autor lejano pero al tiempo muy cercano, de un director entrañable, y de un actor lleno de registros, que el público aficionado al teatro no debe perderse.

Finalmente sólo me queda felicitar a la compañía de teatro Chévere por su Premio Nacional de Teatro 2014 que ha reconocido el trabajo comprometido, trasgresor y humorístico, de esta compañía gallega. El premio, dotado con 40.000 euros, le fue otorgado por la mayoría de la mesa y ha sido, claro está, para el colectivo teatral, y para mí también, una grata sorpresa. Concretamente, para uno de sus directores Xesús Ron (Xron para los amigos) este galardón es un reconocimiento al “teatro más anónimo y combativo” hecho desde Galicia y en gallego. Parece que este Gobierno, quizá para lavar sus vergüenzas sobre todo culturales, está dando unos premios a la gente más crítica, en este caso a una poco conocida compañía gallega conectada, a diferencia del Gobierno, con nuestra realidad social. “Hacemos el esfuerzo por llevar la lengua a todas partes y que la gente joven pueda acercarse a ella desde un teatro fresco, comprometido y actual”, dice Xron ¡Esperamos ver a esta compañía pronto en Madrid!


Cine: ¿cómo superar un IVA tan agresivo?


Por segundo año consecutivo se celebró la llamada “fiesta del cine” de tres días que permitía comprar entradas a 2,90 euros. El récord de la Fiesta del Cine (“2.196.101 espectadores en los tres días de entradas a 2´90”) ha reabierto el debate sobre el precio de las entradas. El presidente de los exhibidores reconoce que “hay circuitos de salas muy caros entre semana que tienen que bajar sus precios; debemos cambiar esa percepción del cine como un ocio caro. Pero es inexcusable la bajada de ese brutal 21% del IVA, que nos abriría la puerta para negociar con los distribuidores la rebaja”. Los empresarios del sector han pedido a Rajoy masivamente una revisión del impuesto con miles de cartas.

Por otro lado, parece que el año 2014 se ha convertido ya en el mejor año del cine español en el que la taquilla ha alcanzado su cuota máxima con 123 millones de euros recaudados y una cuota de mercado del 25`5 % que no se alcanzaba desde hacía 37 años. Casi 21 millones de espectadores han elegido en 2014 películas españolas, un 89% más que el año anterior. A fecha del pasado 7 de diciembre - falta, por tanto, el grueso de este mes, un periodo vacacional tradicionalmente muy bueno para las entradas a las salas- las películas españolas han recaudado un 75´5% más que en 2013. Todo ello a pesar del 21% del IVA, medida en vigor desde hace dos años y contestada por toda la industria cultural, y del precio de las entradas que crítican los espectadores. Sobre todo, aunque hay otras también, Ocho apellidos vascos y El niño se han convertido en las películas más taquilleras. Ante este cambio de signo, los productores se muestran todavía prudentes, aunque esperanzados. Parece haberse roto por fin la falta de sintonía entre el público y los filmes de producción propia.

El Festival de San Sebastián, en su 62 Edición, también ha apostado, más que otros años, por el cine español con cuatro películas a competición: Magical Girl (Vernut), La isla mínima (Rodríguez), Autómata (Ibáñez) y Loreak (Garaño y Goenaga). La cosecha de este año ha sido excelente desde el cine de autor a la ficción. La calidad del cine español se ha impuesto en el Kursaal. Con escasa financiación los cineastas españoles están realizando magníficas películas.

Por su parte, la FILMOTECA ha presentado, en colaboración con el Centro Coreano de Madrid, un interesante ciclo coreano (séptima muestra) para dar a conocer a tres de sus directores más importantes salidos de la KAFA (Korean Academy of Film Arts, fundada en 1984), en especial el magnífico Bong Joon –Ho que nos dio una estupenda conferencia en dicho centro respondiendo amable y agudamente a las preguntas que le formularon. Se puede decir sin dudar que este multipremiado director con cada una de sus películas ha revolucionado a parte de los cinéfilos de Occidente, que ha influido a muchos creadores y que de su cine han bebido al menos películas como La isla mínima o series como True detective. Últimamente ha recibido la Espiga de Honor de la Seminci, el festival de cine de Valladolid. La Filmoteca nos ha ofrecido sus mejores películas como Memories of murder (2003), The Host (2006), Mother (versión en color, 2009, que él, por capricho y costeándolo de su bolsillo, ha pasado a blanco y negro) o la última, Snowpiercer (Rompenieves), (2013) En este ciclo también se ha presentado a otros directores coreanos como Jan Joon-hwan y Kin Tae-yong.

También se ha podido ver un importante ciclo de Cine Polaco Contemporáneo, organizado por el Instituto Polaco de Cultura y la Fundación Przestrzén Wspólna, en el que hemos podido conocer a sus importantes directores y una cuidada selección de películas de la filmografía polaca de los últimos años. Una estupenda forma de acercarnos a la historia y a la cultura de Polonia, que nos queda a mucha distancia a pesar de tenemos muy cerca a sus emigrantes.

También se ha podido ver un interesante ciclo de cine Palestino cuya película más destacada ha sido Omar que ya ha tenido mucho éxito en los cines.

Y claro está, la programación amplia y variada de los Premios Goya nos pone al día en lo que se refiere al cine español, sobre todo en unos momentos de alto nivel creativo a pesar, o por, la crisis y los recortes y el IVA. Es necesario seguir su trayectoria actual para ver todo lo que ha ido germinando en medio del escaso interés gubernativo por la cultura. La Filmoteca con su programación tiene un importante papel en este sentido y creo que lo cumple eficazmente.

He recuperado, porque no había tenido ocasión de verla, la película del director Jaime Rosales, Hermosa Juventud, con la que da un gran giro en su carrera que, como él mismo manifiesta, le llevaba directamente al cine de museo, para centrarse en el aquí y el ahora de nuestra crisis. “Más que una película social me parece una película espejo. Yo lo que quería era ofrecer un retrato lo más preciso posible de la gente joven en España en la actualidad. No he intentado imponer una tesis, ni una verdad, ni una mirada”, precisa el director. Para ello ha renovado su “casting”, que es dónde empieza, para él, la dirección de actores que sobre todo “se sientan cómodos improvisando”. En su propuesta tiene muy claro que “la salud de una cinematografía no depende de la financiación”. De esta manera ha logrado destilar en esta película verdad y autenticidad a raudales: los intérpretes alcanzan a ser los personajes, en especial Ingrid García-Jonsson a la que habrá que seguir a partir de ahora. Estamos ante una mirada casi documental que logra acercarse sin tapujos a nuestra terrible y cruel realidad (el rodaje de una secuencia porno por dinero es un buen ejemplo). Si a muchos les aburrieron sus anteriores películas con ésta lograrán una reconciliación con su cine que a partir de ahora se nos hace muy necesario para conocernos mejor.

Entre las muchas películas de los Goya voy a destacar una película, Loreak, de los directores Garaño y Goenaga que me ha sorprendido muy gratamente. No sólo por ser una película vasca en la que da gusto oír hablar en euskera a los personajes y estar avalada por el festival de San Sebastián, sino por el alto nivel cinematográfico alcanzado por estos jóvenes directores y por sus actores. Una película en la que el eje del guión son las flores (Loreak) que van mandando o depositando los protagonistas. Un buen ejemplo de un cine emotivo en el que los sentimientos aún pueden más que el dinero que domina este mundo y en el que las flores son capaces de superar la tristeza y las depresiones de los personajes. Un buen cine preñado de humanidad en un mundo dislocado y cruel. Historias que se cruzan a lo largo de la película y que al final confluyen en las que se muestran las dificultades de comunicación entre los miembros de dos matrimonios. Las flores vienen a mostrar de una forma nada violenta esas dificultades comunicativas y otras posibilidades de convivencia

Pero no puedo olvidarme, en el ciclo de los Goya de la Filmoteca, de una película, Magical girl, el segundo largometraje dirigido por el joven director Carlos Vermut, quién se ha llevado la Concha de Oro a la Mejor película y además Concha de Plata al Mejor director en San Sebastián. Esto solo había pasado en este festival en 1997 cuando el francés Claude Chabrol recogió ambos premios por Rien ne va plus. Un cine, pues, el de este director que nace con buena estrella a pesar de ser muy diferente a lo que suele hacerse en el cine español (algún crítico lo ha puesto en relación con el tronco fundacional de El extraño viaje (1964) de Fernando Fernán Gómez y también con el cine oriental (algunos trabajos del japonés Sion Sono). Yo, si bien veo en esta película pinceladas de diferentes directores de cine español, pienso que contiene un universo propio y posiblemente no del gusto de muchos críticos ni del gran público. Otro crítico al que le costó entrar en la película lo llamaba “raro con talento”. Carlos Vermut, en el coloquio posterior en la barra, me hablaba del cine de Buñuel. Para mí tiene que ver con un sentido del humor muy particular el de este director de apariencia muy fría que se atreve a diseccionar el Mal (el mundo, el demonio y la carne) como efecto perverso de querer hacer el Bien. Todo ello desarrollado en forma de puzzle que una persona bondadosa (José Sacristán) y al tiempo un asesino trata de resolver. Cine misterioso y enigmático, simbólico, entroncado en la banalidad de la vida cotidiana que sufre la crisis y los recortes en educación (Luis Bermejo como profesor en paro). Vermut ha logrado arrastrar a grandes actores para realizar esta película lo cual es también un mérito: de Luis Bermejo a Israel Elejalde, de José Sacristán a Bárbara Lennie, ésta en un personaje complejísimo. Esta película en la que no es fácil entrar desde luego me ha seducido con su poética y sorprendido muy gratamente por su rareza.

En los cines comerciales de Madrid se han podido ver algunas películas de gran calidad o al menos películas dignas a las que voy a referirme a continuación. Los espectadores no pueden quejarse del nivel cinematográfico que hemos tenido en la cartelera madrileña otoñal.

Black Coal, una película, la tercera, del cineasta chino Diao Yinan, Oso de Oro a la mejor película, un premio quizá exagerado, en el Festival de Berlín, y Oso de Plata al actor, es un magnífico thriller policial de autor que va desconcertando al espectador sino está motivado con sus giros inesperados para al final llevarlo a buen puerto en la investigación que se pretende. Perfección cinematográfica e imperfección criminal se juntan en una acción tortuosa sobre un criminal en serie que comete sus asesinatos con años de diferencia. Una película sencilla y parsimoniosa con escenas muy bellas, que ha tenido sus detractores pero que a mí me ha gustado mucho. Una atmósfera desasosegante impregnada de carbón, lluvia, hielo y nieve sucia que te llega a las vísceras. Un hiperrealismo sin florituras que te traspasa y queda en la memoria.

Blue ruin, una película del director estadounidenseJeremy Saulnier, Premio Fipresci de Cannes y otros premios incluido el de mejor director en Gijón, que reúne inteligencia, misterio y humor a partes iguales a la hora de contar un relato de venganza de una forma muy cómica. Algunos se han acordado de Sangre fácil de los hermanos Cohen. Estamos, pues, ante otro thriller, pero que en este caso indaga en la forma de vida americana a través de la venganza que lleva a cabo un asesino novato (muy bien interpretado por Macon Blair). Un ejemplo de desnudez formal en sus pocos diálogos que sin embargo alcanza un clasicismo que nos conmueve con la fuerza de sus imágenes; Y nos hace sentir cierta simpatía por ese asesino adorable que se mueve en un ámbito, la sociedad americana, en la que las armas son la otra cara del rezo de acción de gracias de cada día.

Alguien a quién amar, una película del director danés Pernillo Fisher Christensen, que estuvo en el 64 Festival de Berlín y en la 59 Seminci (Cine de autor) de Valladorlid. El protagonista, bien interpretado por Mikael Persbrandt, es un músico conocido, que, después superar su adicción a las drogas, se ha aislado del mundo a no las personas con las que comparte su actividad musical. En esta historia algún crítico ha querido ver un auténtico culebrón bajo su capa exquisita y moderna. La propuesta de la película es que nunca sabemos quién nos puede cambiar la vida sobre todo en el caso de este personaje famoso y con dinero al que su única hija chantajea sentimentalmente para sacarle dinero entre otras cosas para drogas de las que al final será víctima. La vuelta al mundo, un mundo helado casi siempre, del cantante la va a lograr su nieta.

La sal de la tierra, es una película documental de nacionalidad francesa de Win Wenders y Juliano Ribeiro Salgado, el hijo del fotógrafo, en la que ante la cámara el fotógrafo repasa su vida y su obra y explica cómo considera a las personas la sal de la tierra. Wenderse más que hacerse notar le hace un rendido homenaje al fotógrafo a la autoridad moral y estética del retratado. Y se somete tanto que sólo muestras las luces de Salgado a pesar de ser un fotógrafo que ha tenido muchas críticas desde distintos lugares. Yo mismo cuestionaba su evolución esteticista que hacía que sus fotografías en blanco y negro acabasen dándole más importancia a la belleza que al drama que mostraba sobre todo porque este fotógrafo ha tocado el horror. Además en su espectacular obra hay el peligro de que, por ejemplo en relación al cambio climático, los espectadores se fijen más en su grandeza quedando camuflado el gran problema que intentaba mostrar ¡Qué impresionante! ¡Qué bonito! Por otro lado, no se debe olvidar su legado humanista y su lirismo realista que hace daño a los ojos cuando remonta el puro esteticismo.

El desconocido del lago, una película del director francés Alain Guiraudie, otro thriller pero, en este caso, con sexo explícito homosexual que impactó mucho en Cannes en 2013 y que generó bastante polémica. Una original reflexión sobre el amor entre hombres, que muestra el amor furtivo entre hombres que no se conocen y que cruzan sus miradas y se rozan en una playa y sus alrededores dónde se produce un asesinato. Un cine reflexivo y tolerante con los cuerpos que se rozan en la oscuridad o entre las hierbas. El eje es un crimen que genera una ausencia y que tiene que investigar un oscuro inspector de policía. Se crea una atmósfera llena de misterio alrededor de estos cuerpos y sus miradas furtivas que muy pocas veces se ha visto en el cine.

Dos días, una noche, una película de los hermanos Jean-Pierre y Luc Dardenne que ha pasado por la sección oficial del Festival de Cannes y por la Seminci de Valladolid y que ha tenido una resonancia enorme por su cine social de combate capaz, en esta ocasión de llegar a todos los públicos con una historia fácilmente comprensible sobre todo para los que están sufriendo los efectos de la crisis. El problema es que muchos de los que la sufren mucho no la verán a pesar de que los directores enfocan la cámara directamente al rostro humano y su sufrimiento diario para tratar de ayudar a entender el mundo de hoy. Esta película de despidos laborales se apoya en la gran interpretación de Marion Cotillard que nos trasmite sinceridad por todos sus poros en el papel de esa mujer trabajadora que tiene que luchar por su trabajo y superar la depresión para lograr el apoyo de sus compañeros en solo un fin de semana. Un gran cine del siglo XXI que cuestiona a fondo pero sin juzgar. “Hoy es necesaria la solidaridad y hay que dar testimonio de ella”, dicen los directores. Para rematar: “En esta crisis el miedo está muy presente”.

Rastros de sándalo, una película de María Ripoll que trata de dos hermanas y dos culturas, que es reconfortante ver cuando nos enfrentamos en Europa al populismo, a los nacionalismos y a las diferentes culturas identitarias en Europa. Esta historia de dos hermanas indias de una familia muy pobre en la que una de ellas es adoptada por una familia de Barcelona y educada como una occidental nos muestra bien otra forma de ver las emociones. Esta película que ha pasado ya por unos cuantos festivales habla también del poder del cine al que se rinde un homenaje en un viaje intercultural de Bombay a Barcelona en el que se muestran ambos mundos intentando evitar los clichés y las postales. Bien fotografiada por su directora de fotografía, Raquel Fernández, y bien interpretada por sus actrices Nandita Das y Aina Clotet, además de un equipo técnico lleno de mujeres, implicó siete años de trabajo. A algunos les puede parecer un melodrama pero a mí me pareció una película delicada y sensible que te inunda suavemente como lluvia fina y te hace llorar sin querer.

Escobar: Paraíso perdido, es una película, en la que debuta como director y guionista el también actor Andrea Di Stefano, que está interpretada por el gran Benicio del Toro en el papel del narcotraficante colombiano, y por Josh Hutcherson en el papel de guiri que observa la vida de Escobar. Un personaje real, el gran capo colombiano de la droga (1949-1993), se convierte en personaje de ficción en esta película que no cae en el simple biopic sino que utiliza un formato de thriller para expresar el ritual de iniciación que sufre un joven canadiense que viene con su hermano y su novia en busca del paraíso del surf. Por casualidad se cruza con una sobrina de Escobar con la que acaba casándose con lo que acaba formando parte de la familia del capo. Por esta relación de parentesco tiene la oportunidad de contemplar la crueldad y el asesinato que practican Escobar y sus sicarios. Su punto de vista, pues, es el que utiliza el director para mostrarnos las diferentes facetas del narcotraficante como el amor a su madre, su catolicismo que llega a amenazar a Dios, su astucia, su crueldad que se contrapone a sus muchas obras sociales y piadosas. Esta opción de acercamiento al personaje no me parece desacertada. La película se cierra con la escena primera, idílica, de cuando llegan al paraíso que luego se convierte en un infierno para estos jóvenes. No es una gran película pero es una película digna para ser una primera película del director que no llega a profundizar más en el tema de este personaje y del mundo del narcotráfico.

Winter sleep (Sueño de invierno), una película del gran director turco Nuri Bilge Ceilán, indudablemente otra obra maestra suya. A pesar de que a algún crítico muchas veces apresurado le hay podido parecer un ejercicio vacuo de 200 minutos, hay que reconocer en esta película un gran ejercicio de estilo del director. Y no sólo porque se haya impuesto en el Festival de Cannes 2014 con la Palma de Oro en medio de bastantes películas de gran calidad. Por otra parte, en este enorme ejercicio de clasicismo, bastantes críticos han recordado y señalado al gran maestro sueco Bergman como guía de Ceylan en esta película, en sustitución de Antonioni, su anterior maestro en la recreación de atmósferas en otras películas suyas. Se ha hablado también de personajes chejovianos en relación a esas gentes que viven en ese aislado paisaje invernal de la Capadocia, que casi siempre, dos a dos, van tejiendo sus diálogos en primeros planos sostenidos. La grandeza visual de una cuidada fotografía (Gökhan Tiryaki) y el esmero narrativo se combinan en ellos para lograr dar profundidad a todos los temas humanos que se combinan en esta historia. Ceylan logra atraparnos sin caer en el desmayo de principio a fin en las bellísimas y dialécticas redes que nos tiende ¡Que la larga duración de la película no disuada al público sobre todo aquel que ama el cine!

Mister Turner, una magnífica película escrita y dirigida por Mike Leigh, y muy bien interpretada por Thimothy Spall, que se ha llevado el Premio de interpretación masculina en Cannes 2014 primero, y ahora acaba de ganar el Premio de cine Europeo por su interpretación. Una película que yo creo que está en su justo metraje de 150 minutos, aunque a algún crítico le haya parecido muy larga, para contextualizar con una buena documentación los últimos 25 años de la vida de este excéntrico y genial pintor inglés, J. M. W. Turner (1775-1851). Por otra parte, nos muestra de una manera realista la contradicción manifiesta entre su genialidad como artista y su grosería, parece gruñir cuando habla, en el vivir cotidiano; entre su brutalidad con los demás (abandona a su sometida ama de llaves de la que goza sexualmente) y su ternura en ciertos momentos por ejemplo con su padre cuya muerte le afecta profundamente. Un miembro popular y anárquico de la Real Academia de las Artes donde es celebrado y denigrado al tiempo por sus colegas, por el público y por la realeza.

La señorita Julia, una película dirigida por Liv Ullmann, según la obra de teatro (1888) de Strindberg, y muy bien interpretada por Jessica Chastain y Colin Farrell en los papeles principales de señora y criado. Liv Ullmann es fiel al texto aunque lo sitúe en Irlanda quizá para aprovechar el acento de Colin Farrell: un drama que narra un enfrentamiento de clase, de sexo y de principios en una casa noble a finales del siglo XIX. La directora le da vigencia al texto de una forma literal y nos lo sirve con una elegante y refinada puesta en escena, teatral en el mejor sentido. A muchos les puede parecer rígido y pesado pero a mí me resulta fluido y muy atractivo tanto que mi atención no decae en todo el tiempo de metraje que no es corto (129 minutos). Un texto provocador para su época en Suecia pero que ahora, aunque algunos de estos temas estén obsoletos como el conflicto de clase de esa época, plantea de una forma natural el conflicto universal de sexo (deseo) y poder.


Música

Antes de nada hay que señalar que el gran músico Jordi Savall ha rechazado el Premio Nacional de Música 2014 debido a la política cultural del Gobierno. No es el primero ni será el último. Alega que este gobierno va contra la Cultura. No hace falta decir que se ha armado un enorme revuelo en el mundo de la cultura.

El conocido ciclo de la Fundación Ibermúsica ha ofrecido de nuevo a Madrid un calendario (14-15) de conciertos de sumo interés, tanto en su serie Arriaga como en su serie Barbieri. Con los conciertos de Ibermúsica la capital no tiene nada que envidiarle, a nivel musical, a cualquier ciudad del mundo ni a las grandes capitales musicales. Por ejemplo, en la serie Arriaga, que nos trajo nada menos que a la London Symphony Orchestra, una de las cinco orquestas mejores del mundo. Estuvo dirigida por el gran Bernard Haitink, quien a sus 85 años dispone de una energía envidiable para llevar la orquesta a su los más altos niveles interpretativos. En esta ocasión nos ofrecieron dos días impagables de música, en especial el lunes 3 de noviembre, con la Sinfonía número 8 en do menor, Aab 108 (2ª versión de 1890); edición de Leopold Nowak de 1955, de A. Bruckner que alcanzó su cumbre en el espectacular y maravilloso cuarto movimiento. El director, apoyado en la partitura, dirigió a la orquesta con enorme solvencia y con una energía envidiable. Da muchísimo gusto ver el despliegue sinfónico de una formación tan sincronizada y en todo su esplendor tan bien dirigida por esta portentosa batuta, interpretando una música que nos conmociona. La belleza que trasmite Bruckner es una belleza que hiere ya que pasa de la calma a la tempestad con un vitalismo explosivo. Al final se produjo una gran ovación pues el público madrileño aficionado sabe agradecer la buena música.

Otra enorme ovación, gratificada por tres propinas, se produjo en el magnífico concierto del pianista Evgeny Kissin, el 16 de noviembre, en el que tocaba a Beethoven (Sonata número 21 en do mayor, op 53, “Waldstein”), Prokófiev (Sonata número 4 en do menor, op 29, “de viejos cuadernos), Chopin (Tres nocturnos y Seis mazurcas) y Listz (Rapsodia húngara número 15, “Marcha Rákóczi, s.244). Todo un homenaje al bicentenario de los pianos Hazen. Este músico de personalidad arrolladora, que contrasta con una figura, llena de tics, varada en otra época, sigue siendo exigente al máximo. Tanto que a los 17 años ya había conquistado al público de España, un país de su preferencia. Hace no mucho ya había asombrado al público madrileño, en noviembre de 2013, con un recital de obras de Shubert y Scriabin. De nuevo lo ha hecho con su calidez musical y su técnica precisa y enérgica que no se aviene con su blanda y nívea figura pero cuyo nivel interpretativo acomete a Chopin y a Beethoven con la misma exigencia y soltura alcanzando alturas espirituales. Chopin es el piano romántico por excelencia y él lo borda con brillantez en todos sus matices y colores. ¡Genio y figura! Aparentemente frío por fuera pero muy caluroso por dentro.

Ibermúsica también nos trajo la siempre interesante Orquesta de Cadaqués bajo la dirección titular del experimentado y apasionado Jaime Martín y la compañía de dos buenos solistas, el estupendo pianista Alexander Romanvsky que se presentaba por primera vez en España con Ibermúsica, lo mismo que el otro solista, el eficaz trompeta Luis González. La música era de H. Parra (Barcelona, 1976), y el Concierto para piano, trompeta y orquesta de cuerda número 1 de D. Shostakóvich. La segunda parte era la sinfonía número 3, la “Escocesa”, de F. Mendelssohn. El público, en gran parte abonado, les recibió y les despidió calurosamente.

El Ciclo de Grandes Intérpretes que organiza la revista musical “Scherzo” nos trajo a la gran pianista japonesa Mitsuko Uchida muy apreciada en Madrid por su pianismo exquisito y sus emotivas interpretaciones. Su concierto se centró en dos grandes del repertorio como son los estupendos Impromptus D. 935 de Shubert y las Variaciones Diabelli de Beethoven. Dos formas de entender, pues, la música para piano separadas solo por cuatro años de distancia. Un programa “en los límites del piano”, según señala Arturo Reverter en los comentarios incluidos en el programa de mano. Disfrutar en tan pocos días de Kissin y Uchida, dos pianistas tan excepcionales como diferentes, es un lujo para los aficionados madrileños. El piano romántico se amplía, se complementa diríamos, gracias a sus magníficas aportaciones interpretativas.

Por último, Juventudes Musicales de Madrid, en su ciclo de Conciertos y Solistas Extraordinarios, nos trajo a la Manheimer Philharmoniquer, la orquesta más joven de Europa (en 2011-2012 hizo su primera aparición internacional en China), dirigida por Boian Videnoff que se nota que la ha ido moldeando desde 2009 pues la conoce y dirige con soltura. Una enorme oportunidad profesional para músicos jóvenes que este importante director promueve. En la primera parte interpretaron en la obertura “Coriolano”, Op 62. de Beethoven y el Concierto para violonchelo Op. 129 de Robert Schumann acompañados por el gran Mischa Maisky. Todo lo que se pueda decir para alabar a este excelente violonchelista, uno de los pocos del mundo que ha estudiado con Mstislav Rostropovich y con Gregor Piatigorsky, es poco. Rostropovich ya lo había valorado como “uno de los talentos más destacados de la joven generación de violonchelistas”. Y ha seguido creciendo tanto en su “ciudadanía del mundo”, como en su exquisita forma de tocar el violonchelo del que este concierto ha sido un buen ejemplo. ¡Qué maravilla! En la segunda parte del concierto tocaron la Sinfonía número 3 en La menor, “Escocesa”. Op 56 de Mendelssohn.

Hemos tenido, pues, la oportunidad, en pocos días, el 19 de noviembre (Mannheimer) y el 25 de noviembre (Cadaqués), y en la segunda parte de ambos conciertos, de escuchar la magnífica “Escocesa” de este gran músico de Berlín muy apreciado sobre todo en Inglaterra y a quién el paisaje de Escocia había impresionado tanto como para reflejarlo en esta obra.

Finalmente, para cerrar, la gastronomía que es como música celestial. La Asociación Española para la Sostenibilidad Forestal ha presentado en Madrid el libro de recetas “El bosque en tu paladar”, elaborado con la colaboración de la chef Charo Val (usa recetas y productos de su tierra, el Moncayo) a partir de productos de bosques gestionados de forma sostenible y con certificado PEFC, en colaboración con la bodega Abadía Retuerta. Esta propuesta une la gastronomía con el mundo forestal y fusiona la pasión por los bosques de PEFC con el apasionado concepto culinario que propone Charo Val: una cocina sostenible con aromas a bosque. Una propuesta pionera en España que se inició en 2012 que fomenta la sostenibilidad en el sector alimentario para materiales como el papel y el cartón utilizados en los embalajes, la madera de las barricas de vino, el corcho para los tapones o los pellets con energía ecológica para cocinas y restaurantes. Con el sello PEFC internacional garantiza que sus productos provienen de bosques gestionados de forma sostenible a través de la edición de una guía. Con la dirección de Enrique Valero, la bodega Abadía Retuerta es una avanzada en la sostenibilidad de su entorno.

También tuve oportunidad de conocer y saborear en directo, en la Casa de Galicia de Madrid, los productos agroalimentarios de una interesante experiencia cooperativa, SONDAQUI, que tiene lugar en la provincia de A Coruña en la que participan productores de distintas áreas (vinos, embutidos, helados conservas etc…). Una importante experiencia de elaboración artesanal con materias primas de Galicia que nos ofrece aún sabores que por desgracia se están perdiendo en este mundo globalizado. En Galicia no existe sólo el millonario Inditex y hay que empezar a ver y a apoyar los difíciles cambios que están llevando a cabo, con enorme esfuerzo, los pequeños propietarios.



Trasversales